Al igual que el verano anterior, Florencia Kirchner eligió pasar unos días por la Unidad Turística de Chapadmalal. Sin embargo, a diferencia del verano de 2009, la hija menor de Néstor y Cristina Kirchner consiguió pasar inadvertida y lejos de cualquier escándalo nocturno.
Florencia Kirchner llegó al chalet presidencial a mitad de semana y por la tarde junto a una amiga para hacer menos tediosa las jornadas en el complejo que, por un lado, permite la privacidad y seguridad lógica que ella necesita, pero por otro, dista mucho de ofrecer lo que un adolescente busca en tiempos de ocio. De hecho, desde Alfonsín hasta los Kirchner, Chapadmalal nunca fue el destino de vacaciones elegido de ninguno de los hijos de los presidentes.
Al día siguiente de su llegada, a las tres y media de la tarde, Florencia Kirchner bajó a la playa del complejo. Después de tomar sol durante quince minutos en unas reposeras, caminó por la escollera y apenas metió los pies en el agua. Pese a que continúa manteniéndose delgada, no se sacó por un segundo el short y la musculosa.
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