POLITICA
entrevista a luis alvarez

Para el vice de Cáritas, “el Estado se está corriendo” de la política social

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critico. El segundo de Cáritas aclaró que no habla por la Iglesia. | cedoc perfil

El vicedirector de Cáritas aclara que no habla (ni critica) en nombre de la Iglesia, pero afirma que se hace cargo de lo que dice. Se trata del laico Luis Francisco Alvarez, segundo del obispo Carlos Tissera en el brazo social de la Iglesia.

—¿Percibe un aumento de la pobreza?
—Desde hace un tiempo venimos observando en encuentros federales, parroquias y Cáritas que hay mayor demanda. Un incrementarse de la pobreza y el dolor.

—¿A qué lo atribuye?
—Hay que hacer análisis específicos, pero hay disminución o abandono de políticas sociales. Y eso repercute en más pobreza. Además hay nuevos desafíos, como la droga. Antes se focalizaba en centros urbanos; ahora la vemos en pueblos.

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—¿A qué baja en políticas sociales se refiere?
—Hay dos cosas. Una es que las decisiones políticas y económicas repercuten de lleno en las comunidades: el dinero no alcanza. En los niveles medios se soporta. Pero en los pobres, mucho menos.

—¿Y qué otro punto?
—No quiero mezclarme con la política, pero el Estado se está corriendo. No sé si por imposibilidad o convicción. Los planes, jubilaciones y sueldos pierden capacidad de compra.

—¿Tales políticas tensionaron la relación con la Iglesia?
—No en cuanto a las personas. Pero sí por las acciones que repercuten en nuestras comunidades. Si queremos país grande y generoso, hay políticas que parecen atentar.

—¿Por ejemplo?
—Situaciones en las que uno dice: ¿cómo puede ser? Meterse con los mayores, con el trabajo y la educación, que es ponderada pero no se alienta. No se notan señales profundas para acompañar a los más débiles.

—¿Ve un gobierno para ricos?
—Si hay sacrificio, tiene que ser para todos. Y aparecen cifras escandalosas que no se reparten. En el derrame ya nadie cree. No se distribuye. No es una denuncia puntual, pero hay decisiones económicas que afectan al bien común. A nosotros nos piden transparencia, y está bien. Pero el Estado debe serlo, y hay veces que no lo parece tanto.

—¿La figura de Francisco potencia esa mirada social crítica?
—La llegada del Papa alumbró nuevas esperanzas. Puso la pobreza en el centro de la mesa. Eso genera un desencanto para muchos, pero a otros nos ilusiona.n