Parecería ser que para el HSBC Bank Argentina S.A. los tiempos no suelen ser los mismos cuando tiene que responder sobre los cuestionamientos a un funcionario leal al kirchnerismo o sobre un dirigente opositor. Tardó sólo tres días en admitir que los 400 mil pesos que aparecían en la cuenta del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno , se trababan de un “error en una operación financiera”.
Pero sugestivamente tardó bastante más cuando tuvo que salir a desmentir en octubre de 2005 que el candidato del ARI, Enrique Olivera, no tenía cuentas bancarias en esa institución.
Todo comenzó con una presentación del director de Deportes de la Ciudad, Daniel Bravo, quien solicitó a la Oficina Anticorrupción (OA) que investigara al candidato del ARI, Enrique Olivera, por haber “omitido la existencia” de más de dos millones de dólares en la declaración jurada , que estarían depositados en el HSBC de Nueva York y en el Credit Suisse.
La denuncia conmovió el tramo final de la campaña electoral en la ciudad de Buenos Aires, y afectó seriamente sus chances en las elecciones de octubre de 2005.
Según la denuncia presentada ante la Oficina Anticorrupción, Olivera omitió “la existencia de una cuenta” radicada en el Banco Credit Suisse First Boston de la Confederación Helvética, número 420028471, “que al día diez de octubre de 2005 registraba un saldo positivo de 1.671.571,05 dólares”, en la declaración jurada patrimonial y financiera que el ARI colocó en su página de Internet. La presentación también comprende “una cuenta privada” a nombre de Olivera, orden n 90037537, “radicada en el Banco HSBC de Nueva York cuyo saldo positivo es de 566.157,37 dólares, al 26 de septiembre de 2005”.
Llamativamente la respuesta del HSBC llegó cuatro días después de las elecciones en la que aclaraba que el legislador porteño electo por ARI, no poseía cuentas en ninguna sucursal de la entidad, con lo que desestimó la denuncia presentada en su contra por un funcionario ibarrista cuatro días antes de los comicios.
Dos años después, el ex funcionario Daniel Bravo, presentó ante la Justicia un texto de retractación, en el que reconoció que los datos de la presentación judicial contra Olivera eran falsos y que con la denuncia creó “injustamente un manto de dudas” sobre el entonces candidato a legislador porteño por ARI, a las elecciones legislativas de octubre de 2005.
Sin embargo el daño se había producido. Elisa Carrió, que marchaba con posibilidades de ganar los comiciones legislativos terminó segunda detrás de Mauricio Macri. A fines de 2006 Olivera consiguió que la Cámara del Crimen recovara un fallo en primera instancia que exculpaba a Bravo quien si bien no fue a juicio oral asumió, según reveló el abogado de Olivera, Santiago Vegezzi, “haber sido un vehículo de una inmerecida imputación”.