POLITICA
Cumbre 2005

Un error diplomático de Washington

Fue el primer encuentro entre los 34 presidentes de las Américas, desde que se iniciaron estas reuniones en 1994, en el cual el continente quedó dividido.

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Kirchner, De Vido y Fernández. | Presidencia de la Nación

Ello ha sido consecuencia del error diplomático de Washington en hacer del ALCA el eje de la reunión y del hecho que la influencia de EE.UU. en América del Sur ha disminuido respecto a la década pasada.

Pero la división muestra que las dos partes no son lo mismo.

Sobre 34 países, los cuatro que integran el Mercosur mantuvieron su posición “crítica” al proyecto y Venezuela su oposición frontal

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Es decir que sólo 5 países no acompañaron la posición norteamericana.

El continente americano representa un tercio del PBI mundial y los tres países que integran el NAFTA constituyen cuatro quintas partes del mismo. Fue así como 29 países que representan casi el 30% de la economía mundial terminaron respaldando la posición de Washington, que pone al libre comercio como instrumento válido para disminuir la pobreza y el desempleo. Y quienes tienen una visión distinta representan algo menos del 5% del PBI mundial.

Aún los dos países más chicos del Mercosur (Paraguay y Uruguay) asumieron una posición más flexible que los dos mayores (Argentina y Brasil).

Políticamente, la diplomacia brasileña adoptó una actitud de perfil bajo, dejando que Chávez ejerciera su rol “anti-Bush”, al presidir la “anti Cumbre” junto con Evo Morales y Maradona y que Kirchner en su discurso reiterara su críticas al FMI, la globalización y el consenso de Washington.

Lula insistió en que el tema del ALCA estaba “sobredimensionado” y abandonó las deliberaciones antes que terminarán, por la sencilla razón de que quiere concentrarse en la reunión bilateral que tiene con Bush hoy en Brasilia.

En este encuentro, Bush buscará un acuerdo con Brasil, el país líder de América del Sur

Es que dejando a un lado el libre comercio, la relación bilateral entre ambos países tiene hoy más coincidencias que diferencias.

Para la Argentina, el encuentro bilateral con Bush, mostró más diferencias que coincidencias. Kirchner no vio satisfechas sus expectativas de que Washington comprometiera nuevamente el respaldo para las negociaciones con el FMI y tuvo que escuchar el reclamo de seguridad jurídica. Bush, quizás esperó de su par argentino una posición más “neutral” en su condición de país anfitrión y escuchó un discurso abiertamente crítico de sus políticas.

Es que para Kirchner, no pasa desapercibido el hecho que Argentina es el país de América latina donde Bush y los EE.UU. registran hoy la peor imagen

Volviendo a la Cumbre, los temas políticos estuvieron ausentes, como sucedió dos meses atrás en el encuentro de los jefes de estado y de gobierno de Ibero América, que se reunió en Salamanca.

Cuestiones como la crítica situación de Haití, donde habrá elecciones bajo el mando de una fuerza de paz sudamericana que no logra controlar la situación; la frágil situación institucional de Ecuador, que enfrenta un conflicto de poderes y una drástica caída en la popularidad del presidente de transición; la compleja situación de Bolivia, que tendrá elecciones en diciembre en un proceso inestable con riesgos de fractura y la reaparición del conflicto limítrofe entre Perú y Chile; no pueden ser tratados por la falta de cohesión política.

Algo similar ocurre con los temas económicos, como lo ha demostrado la controversia por el libre comercio.

Los acuerdos se reducen a objetivos sociales como bajar el desempleo y la pobreza, sin acordar cuándo ni cómo

A ello se suma la proliferación de este tipo de encuentros, ya que durante el segundo semestre de 2005, los presidentes del Mercosur ampliados fueron convocados a cinco de ellas, situación que les ha restado significación.

La Cumbre puso en evidencia la falta de cohesión política en el continente, pero también mostró que pese a su mala imagen, EE.UU. sigue logrando alinear a la mayoría de los gobiernos.