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Análisis

Las desprolijidades de comunicación del gobierno

Generan mucha confusión y revelan problemas de gestión interna. Hacia afuera generan una enorme confusión respecto de cuál es el posicionamiento y para qué dialoga Alberto Fernández cuando dialoga.

Esta semana la palabra del presidente de la Nación quedó muy afectada a partir de lo que pasó con la vacuna rusa. Esta sorpresa que causó en la Argentina un dato que Vladimir Putin reveló y que según los infectólogo conocían, en el sentido de que la experimentación con los adultos mayores de 60 años termina en la tercera etapa de experimentación y que esta fase todavía está en proceso, en Rusia. Nunca había sido debidamente explicado en la Argentina. Más bien lo contrario. Porque el presidente había dicho que la vacunación iba a empezar justamente con los adultos mayores. Entonces se queda con la sensación mucha gente que hay improvisación, falta de información y es un asunto extremadamente delicado que hay que manejar con mucha precisión.

Eso es lo que les falta muchas veces al presidente de la Nación en su comunicación, que puede revelar fallas de gestión y también problemas serios, como por ejemplo, esta misma semana pasó un hecho que todavía muestra más cómo el presidente de la Nación genera confusión allí donde no debe y en principio no quiere. La foto con Liz Solari, esta ex modelo, actriz, activista vegana que fue a entregarle al presidente de la Nación un petitorio firmado por 600 mil personas, planteándole un rechazo al acuerdo que está en negociación con China.  

Los que son a favor del acuerdo, lo que plantean es que esto es mucho mejor porque es más valor agregado y le da valor a las exportaciones. Matías Kulfas, por ejemplo, titular del Ministerio de la Producción, está muy a favor de esto y tienen mucha esperanza que de ahí vengan divisas el año que viene. Y los que están en contra plantean por un lado la crueldad del modelo producción cuando escalan y también la cuestión medioambiental.

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Ahora esto, que es un debate que se puede dar de manera intensa dentro de un gobierno, el gobierno estaba cerrado hasta que cuando el canciller e Felipe Solá, que tampoco se caracteriza por la claridad en su forma de comunicar, anuncia que está firmado el acuerdo. Surge toda una oposición a través de redes sociales. La Cancillería anuncia que van a renegociar con China, cosa que hace demorar un poco el acuerdo para incorporar ciertas cláusulas. 

Inesperadamente cuando parecía todo cerrado dentro del gobierno y tenían el acuerdo con China nuevamente encaminado, se conoce una foto del presidente de la Nación, no solamente recibiendo a Liz Solari, sino que apoyado sobre la urna, la que dice "No al acuerdo con China" y él no es que está recibiendo este petitorio de mano de Liz Solari, está respaldandolo en el momento en que se saca una foto, así como se pone la corbata verde cuando habla de la legalización del aborto.

Esa foto, lo que está diciendo que el presidente avala o por lo menos genera esa confusión. Al día siguiente, Matías Kulfas, el ministro de Producción, dijo que "De ninguna manera dieron marcha atrás, que el acuerdo fantástico que solo se opone al 1 por ciento de los veganos". Tampoco es un argumento muy válido ser poquitos para desacreditar un argumento, pero en todo caso tuvo que salir Kulfas a contradecir la imagen del presidente. Él está con Liz Solari, pero apoyado sobre la urna aparece claramente una foto avalando ese petitorio o por lo menos dándole un lugar, que da la sensación de que en principio no es coherente.

La verdad es que son desprolijidades que generan mucha confusión y que a veces revelan problemas de gestión interna, y si no, por lo menos hacia afuera generan una enorme confusión respecto de cuál es el posicionamiento y para qué dialoga Alberto Fernández cuando dialoga.