SOCIEDAD
MENDOZA

Es empleada doméstica y madre soltera, se acaba de recibir de maestra jardinera y su historia se volvió viral

El empleador de la mujer contó en Twitter los años de esfuerzo que ella invirtió para poder cumplir su sueño. "Soy la primera en mi familia en recibirme en una carrera", contó a PERFIL.

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Lorena junto a Hugo y Mariana, con quienes trabaja hace 13 años. | Twitter /@elangelGmendo

Lorena Jiménez tiene 40 años y hace más de una década que trabaja como empleada doméstica en una casa de familia en Las Heras, Mendoza. Argentina y madre soltera de una jovencita de 13 años llamada Azul, proviene de una familia muy humilde: un matrimonio boliviano que no tuvo la oportunidad de estudiar y que se instaló en esa provincia en busca de un futuro mejor. Gracias a un gran empeño, hace unos años pudo terminar el secundario, pero la mayor alegría se concretó este 29 de noviembre, cuando se recibió de Profesora de Nivel Inicial (maestra jardinera). Su historia, contada por su empleador, se volvió viral en Twitter.

"Hace unos quince años ya, una mañana tocaron el timbre en casa, era Lorena. Era una chica jovencita, madre soltera, de un barrio pobre hija de inmigrantes bolivianos y necesitaba trabajar para criar a su hijita recién nacida ya que el padre se había desentendido", así comienza la serie de publicaciones que hizo en su perfil de Twitter Hugo Laricchia, casado y con dos hijas, jefe de la familia que le dio trabajo a la mujer. El posteo en cuestión, que superó los 33 mil likes y fue trending topic, resume en pocas palabras muchos años de sacrificio de una persona que quiso salir adelante y cumplir su sueño.

"Lorena es una especie de hermanita menor o de hija mayor en mi familia. Decidí escribir su historia porque me gusta escribir. Hay muchos detalles que no están en el hilo de Twitter, son cosas que yo fui viendo en este tiempo de su sacrificio y quería contarlo porque puede servir de ejemplo para mucha gente. Aguanté hasta que se recibió para contarlo", aseguró Laricchia en diálogo con PERFIL.

Lorena, mucho más tímida, no esperaba tal repercusión. En diálogo con este medio, precisó: "Todo esto me da vergüenza, pero por supuesto que me siento feliz, todavía no caigo. Fue un sacrificio enorme, horas sin dormir ni salir, sin poder ir a algún cumpleaños —incluso de familiares— y con mucho cansancio".

"Hoy que me recibí lo pienso y la verdad no puedo creer todo lo pasado en estos cuatro años que es lo que duró la carrera. Ahora, mi mayor sueño es ejercer, esperemos que sea pronto", agregó.

La mujer siempre trabajó en casas de familia. Aún hoy vive con sus padres jubilados (él era albañil, ella empleada doméstica), que nunca pudieron estudiar. Por eso, Lorena no puede dejar de agradecerles toda la ayuda que le dieron: se hicieron cargo de cuidar a su hija mientras ella pasaba muchas horas fuera de casa como empleada doméstica y luego muchas más cuando empezó a cursar la carrera. En tres años terminó el secundario y comenzó con el profesorado que finalizó hace pocos días. Allí realizó prácticas en barrios marginales con niños que tenían muchas necesidades y eso la convenció aún más que ese era su camino.

"Llegó a casa a las 8 de la mañana y me contó que se había recibido y nos abrazamos y lloriqueamos. Sabía que era linda su historia, que iba a haber gente que se sintiera identificada pero nunca me imaginé tanta repercusión. Me gusta porque es un buen ejemplo: ella tuvo condicionamientos de tiempo, de plata, pero hizo un gran sacrificio. Muchas veces vino o a trabajar sin dormir porque estudiaba por la noche. Además es madre soltera", recordó Hugo acerca de cómo decidió reflejar en pocas palabras y en una red social, el esfuerzo de la mujer.

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Lorena había podido solo terminar la primaria y a los 15 comenzó a trabajar. Con el correr de los años tuvo a su hija, hoy de 13 años, a quien con solo dos meses de vida debía dejar cada día al cuidado de sus padres para ir a trabajar. "Empecé trabajando a prueba en la casa de Hugo por una semana y me quedé", contó.

Incentivo. Si bien Lorena se decidió y con esfuerzo pudo lograrlo, esa semilla que tenía en su interior germinó gracias a la ayuda que le dieron los Laricchia. "El mérito es solo de ella porque se la pasó estudiando. Yo de grande quise empezar a estudiar derecho y después no pude seguir pero cuando me juntaba en casa a estudiar, ella me veía y eso le generaba motivación, quería integrarse y lo hizo a través del estudio. Es indudable que a través de la educación pública y el esfuerzo personal se puede lograr. Ahora, toca el cielo con las manos ahora", añade quien aún quien sigue siendo su jefe, dado que hasta que consiga trabajo como docente, Lorena tiene planeado continuar con su trabajo en la casa de familia.

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En ese sentido aseguró que entre aquella mujer que hace casi 15 años fue a buscar trabajo y la profesional que hoy tiene su título hay un abismo: "Son dos personas diametralmente opuestas. Lorena siempre tuvo una escala de valores muy fuerte y eso es mérito de su familia, pero tenía muchas dificultades para comunicarse con los demás, era muy tímida y vergonzosa. Hoy es absolutamente extrovertida. Se adaptó muy bien, el cambio en lo personal ha sido fabuloso porque la educación le dio seguridad con ella misma y eso es algo notable".

Ante eso, la mujer ahora profesora de nivel inicial indica con orgullo: "Soy la primera en mi familia en recibirme en una carrera de la facultad. Mis padres al estar viejitos están tranquilos porque saben que mi hija y yo vamos a estar bien cuando ellos no estén. Sin su ayuda no podría haber llegado hasta acá, tanto ellos como mi hija son parte de este logro". Asimismo, concluyó con un mensaje para quienes piensen que no pueden lograr lo que se proponen: "Los sueños se tienen que cumplir, cuesta mucho, pero la recompensa es gratificante".

FDS/FF