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Impuesto rosa

Los productos para mujeres cuestan hasta el 50% más

Higiene personal es un segmento testigo. Las empresas aducen que tienen "características diferentes". Proyecto para tampones sin IVA.

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Impuesto Rosa | Cedoc

Si es de color rosa, es más caro. Al dato de que las mujeres ganan un 27% menos que los hombres se le suma que los productos “femeninos” pero del mismo tipo de los que usa un hombre –desde ropa hasta un desodorante o las cápsulas de ibuprofeno– van desde un 5% hasta a duplicar el precio. A eso se lo llama “impuesto rosa”, o pink tax en su versión internacional. Y se suma, además, al costo específico de ser mujer: el de la menstruación.

En el caso del impuesto rosa en el segmento de productos de higiene personal, los vendedores aseguran que los precios llegan así desde los proveedores. Según datos de la consultora Nielsen, el 68% del gasto de ese segmento lo realizan las mujeres por shampoo, cremas, protección femenina y desodorantes. 

"La tasa de actividad de las mujeres, 46,1%, es muy inferior a la de los hombres que es de 69,6%. A esta desigualdad hay que sumarle el impuesto rosa. En promedio los productos para mujeres cuestan 7% más que los productos similares para los hombres", marca un análisis de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer, FEIM, que apoya la campaña contra el 'impuesto rosa' que en las redes: #NoPinkTax.

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En la semana del 8 de marzo, Mecame, la rama de mujeres de la Confederación de la Mediana Empresa, presentó un informe en el Congreso sobre esta brecha. El análisis fue realizado por Focus Market, que marcó un promedio de 13,7% de brecha en 16 productos analizados en 512 puntos de venta.

“Realizar la comparación no es fácil, ya que justamente existe diferenciación de productos, pero en algunos casos se trata del mismo (o muy similar) con versiones orientadas al público femenino, donde el precio sobre el producto masculino o genérico representa entre un 5% y 100% más”, remarca un análisis del Centro de Economía Política Argentina que arroja diferencias todavía mayores.

Según Focus Market, una máquina de afeitar rosa cuesta un 29,6% más que su par masculina. En la comparación de CEPA, otra en versión pack de 5 unidades tiene una diferencia del 47% cuando es de mujer.

En el caso de accesorios o textiles, las diferencias son más amplias y se justifican con cuestiones de diseño, pero también de marketing, por el gasto asociado a publicitar para las mujeres. Según el informe de CEPA, una misma mochila “para nena” puede costar hasta el doble que una para regular o “para nene”. Las marcas no solo discriminan por precio. También refuerzan los estereotipos de género. 

Algunas empresas ofrecieron explicaciones generales sobre la formación de precios sobre el pink tax, ya que la brecha es global. “Puede haber diferencias entre las características de los productos, con ingredientes específicos o tecnología diferente”, explicó una vocera de P&G a la agencia Bloomberg. Y eso es lo que termina pasando: a un producto para mujer le basta con tener aloe vera en su formulación para justificar la diferencia de precio con uno igual para hombre ante organismos como Defensa de la Competencia. 

“Los precios de los medicamentos los fijan los laboratorios. En el caso de los productos no farmacéuticos, nos basamos en los precios sugeridos que establecen los proveedores y que contemplan el posicionamiento de precio que las marcas quieren darle a cada línea de producto. En ningún caso nosotros alteramos esos posicionamientos relativos para encarecer los productos femeninos”, explicaron fuentes de Farmacity, donde el 65% de las compras las realizan las mujeres.

El estado de California, en Estados Unidos, prohibió las diferencias por género de un mismo producto por ley, aunque no se replica a nivel país. En tanto, hay países que exceptuaron de impuestos a los productos vinculados a la menstruación, como Canadá, Irlanda y Kenia, que fue el primer país en eliminar los impuestos para los productos sanitarios femeninos. En otros países, hay tasas preferenciales. El Reino Unido la bajó a 5%: ser parte de la Unión Europea no le permitió bajarlo más. Quizás el Brexit sirva para eliminarla.

Tampones libres de impuesto

“Solo considerando el ciclo reproductivo de la mujer, existe una serie de costos adicionales”, señala un análisis de CEPA, el Centro de Economía Política. El grupo de economistas midió el consumo de una mujer cuya menstruación se produce desde los 15, tiene dos hijos durante su vida fértil y a los 50 años tiene la menopausia. Sumando el costo de las toallitas femeninas, pastillas anticonceptivas y analgésicos tendrá un gasto de $ 6.518 por año o bien $ 198.700 a lo largo de su vida reproductiva

En el país, el colectivo Economía Feminista lleva adelante desde hace un año la campaña #Menstruacción que promueve que se legisle sobre los impuestos a productos como toallitas, tampones o la copa menstrual, que en varios países del mundo son libres de IVA. Es una campaña que retoma la idea global de la lucha contra el tampon tax. También promueve la entrega gratuita en centros de educación y salud, y a las mujeres en situación de calle. 

Esto generó la presentación de dos proyectos en el Congreso Nacional, que fueron elevados por la diputada Victoria Donda el año pasado. Uno trabaja sobre la cuestión impositiva y otro sobre la gestión y entrega gratuita de los productos, que serían gerenciados por el Ministerio de Salud.

Más allá del tratamiento en el Congreso Nacional, también en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, de la provincia de Buenos Aires y de Rosario se presentaron proyectos que van en la misma dirección.

Nota publicada en la Edición Impresa Nº 1293 del Diario Perfil