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trampas

Mentira y verdad

¿Qué irá a pasar con María Eugenia Vidal, y aun con la fuerza política que integra, ahora que se descubrió que la escena del encuentro con una mujer de condición humilde, ofrecida desde la ternura y la entera autenticidad, estaba siendo en verdad fraguada, no era más que un engaño vil y maquiavélico?

Vidal en Carlos Casares
La gobernadora en su último destino antes de completar la segunda recorrida por los 135 municipios | Prensa Gobernación

¿Qué irá a pasar con María Eugenia Vidal, y aun con la fuerza política que integra, ahora que se descubrió que la escena del encuentro con una mujer de condición humilde, ofrecida desde la ternura y la entera autenticidad, estaba siendo en verdad fraguada, no era más que un engaño vil y maquiavélico? ¿Qué irá a pasar, dado que la sinceridad es uno de los principales capitales simbólicos con los que cuenta el Gobierno? ¿Qué irá a pasar, ahora que quedó tan flagrantemente en evidencia que la mano sobre la mano, la cabeza inclinada, la mirada dulce, la sonrisa de comprensión, eran apenas una burda mentira?

Nada. Yo creo que no va a pasar nada. Y eso porque la adhesión al PRO se sostiene, a mi criterio, menos en la presunción de su honesta transparencia, en la que no parece fácil creer, y menos en su programa de gobierno, que a esta altura no parece fácil de discernir, que en el odio (no el desacuerdo absoluto, o la oposición tajante, tampoco el antagonismo drástico, ni siquiera la lucha visceral, sino un odio bien definido) que han sabido estimular y sostener con gran pericia.

Por lo demás, el video trampeado, siendo falso en lo fundamental, contiene, empero, una verdad. La escena de la víctima diciendo a la victimaria que soportará lo que le toque, que aguantará lo que venga, que sabrá resignarse a su suerte, aunque guionada y actuada, expresa algo cierto: que es eso, precisamente, lo que el gobierno se propone conseguir. Y no hay razones para suponer que no vaya a conseguirlo.

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