Espía

Apostillas de reuniones varias y festejos por venir. El foco principal lo tuvieron, siendo una boda, la joven pareja de novios; él, nieto de una conocida periodista radial ya “jubilada”. Pero en las mesas periféricas montadas en el restaurante Central de La Rural había una fauna variopinta y uno de los que generó golpe de codos entre los invitados –no de los más jóvenes– fue el fiscal Carlos Stornelli quien esa noche albergaba resultados positivos de la “búsqueda del tesoro” en tierras de Lázaro Báez. Tanto que fue de los que pisó la pista de baile entusiasmado. El otro  fue José Torello.

70 más 50. Dos por uno. Quienes aducen  su fama de poco afecto a usar la chequera dicen que lo hace para acotar gastos; el resto, que la coincidencia del número redondo de ambos motivó la gran fiesta conjunta. Y es que ya están repartidas todas las invitaciones para el festejo que Cristiano Rattazzi hará en octubre para celebrar sus 70 años y los 50 de su pareja Gabriela Castellani.

70 en Barrio Parque. Otro que también llegó a la séptima década y alejado de la primera línea de la política es el ex gobernador de Río Negro, el radical Horacio Massaccesi. Y para ello dejó su terruño patagónico y aceptó la celebración que le organizaron varios amigos porteños –y muchos de ellos correligionarios– en una casona de Barrio Parque.

Y si vuelven... Tiene un hermano más famoso, el larretista Felipe Miguel, pero en Estados Unidos, Rodrigo es más conocido entre argentinos que allí viven porque hace campaña a través del Club de la República. Esta ONG que él fundó tuvo el padrinazgo del embajador Fernando Oris de Roa y en la sede diplomática en Washington lanzó el  “Proyecto Conectar” para seducir a profesionales argentinos radicados en Estados Unidos para que regresen al país. Tenaz tarea con un dólar tan volátil.  

Público y privado. La agenda oficial ubicó a Juan Manuel Urtubey en Montevideo donde se reunió con el intendente Daniel Martínez y suscribió un convenio marco de cooperación para acompañar a dicha capital en su postulación como Ciudad Mediadora. La extraoficial, en José Ignacio con su mujer Isabel Macedo y su hija, relajados y compensando así el viaje laboral a Uruguay.

Original lanzamiento. Gisela Marziotta finalizó la presentación de su último libro en un inédito formato y lo hizo en librerías barriales y cafés literarios donde charló con los vecinos de la Ciudad. Amores bajo fuego (Editorial Planeta) es un libro 100% periodístico, una investigación de más de dos años que narra las historias de amor de cinco parejas en los años ‘70. “Ordenar y explicar los hechos verídicos me resulta más movilizante que inventar una historia”, dice Marziotta quien se sumergió en la dura realidad de personas que lucharon para defender sus ideales. “Todo en el libro es verídico, no hay una coma de ficción. Si digo que se tomaron de la mano mientras caminaban por Rivadavia, fue así”, explica esta periodista a quien, por su formación y trayectoria, le es más fácil dar cuenta de los hechos en detalle que ficcionar. Periodista desde antes de cumplir los 18, se fue haciendo un lugar en los medios. Todo terreno, hoy trabaja Página12, Infobae, AM 750 y Crónica HD. El proceso de escritura de Amores bajo fuego fue difícil. “Lloré, sufrí y me emocioné con cada una de las historias  porque los protagonistas y sus familiares debieron rememorar tiempos violentos que dejaron atrás para continuar con sus vidas. Los cuadernos, cartas y anotaciones que fui recopilando, los documentos a los que tuve acceso eran tesoros familiares que en muchos casos no querían o no podían compartir con facilidad”, relató con gran entusiasmo. Las presentaciones en los barrios porteños “me permitieron contarle a cada uno de los vecinos, en primera persona, las sensaciones extremadamente fuertes que viví durante el proceso de escritura y acercarles los detalles minúsculos pero intensos de los protagonistas que muchas veces quedan afuera del libro por cuestiones lógicas de espacio”.