ESPECTACULOS
al tope del ranking de espectadores

En medio del bajón de la crisis, las comedias apuntalan al teatro

Nicolás Vázquez, Martín Bossi, Verónica Llinás, Karina K y Julieta Vallina analizan el fenómeno del público que prefiere escapar de la difícil realidad del país a través de la comedia.

Mariano Demaria 20190416
Mariano Demaría lleva 14 semanas de éxito en El Nacional. | Cedoc

Según Aadet (Asociación de Empresarios Teatrales), desde su estreno el 9 de enero, Una semana nada más (Teatro El Nacional), la obra de Clément Michel, dirigida por Mariano Demaría, es el espectáculo teatral que va primero en la taquilla. El éxito que interpretan Nicolás Vázquez, Flor Vigna, y Benjamín Rojas integra una serie que tienen, como principal objetivo, despertar la risa de los espectadores.

En 2019, al mismo tiempo que la situación socioeconómica argentina se deteriora, se consolidan las propuestas escénicas humorísticas, aunque Vázquez no está muy seguro de esta asociación: “No creo que la gente elija las comedias, sino que elige vivir una experiencia, ir a ver una obra de teatro que la modifique. Da la casualidad de que, en este momento, eso está pasando con comedias. Sí, es verdad que, cuando uno entra al teatro, viene con el quilombo que tenemos todos, porque nadie está exento de que le pase algo en la vida. Entonces, el teatro hace que puedas abstraerte de todo, y pasás una hora, dos horas, en las que puedas ser feliz, reírte, vivir otra historia, y no la que estás viviendo en ese momento. Con la obra me propuse que las personas entren y se olviden de todo”.

Hacer reír en teatro siempre es difícil

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Martín Bossi, la figura del Bossi Master Show (Astral), festeja su tercer año en cartel, con nuevos personajes a los que imita: el Potro Rodrigo, Tato Bores, Freddie Mercury. Coincide con Vázquez: “No sé si estadísticamente las comedias venden más que el drama. Si las obras de teatro están bien hechas, sean del género que sean, van a convocar gente”. Y ante el interrogante de “¿Cómo explicarías que los argentinos se rían en el actual contexto de la Argentina?”, se anima incluso a poner en duda esa posibilidad: “Voy a responder con una pregunta: ¿se ríen?”.

En ¿Qué hacemos con Walter? (Multiteatro), de Juan José Campanella y Emanuel Diez, Karina K encarna a una de las vecinas dentro de una reunión de consorcio. Según la actriz, “la bajada de la comunicación suele ser más negativa que positiva. La comedia [en cambio] es un medio para transformar el pensamiento, generar esperanza, inspiración. El tono de humor ge-nera empatía incluso en las diferencias. Cuando el público se siente reflejado, como en esta reunión de consorcio, encuentra esa visión inteligente, para enfrentar estas situaciones cotidianas. En definitiva, lo mismo que puede lograr el drama puede lograrlo la comedia, pero esta opción se relaciona con la coyuntura, con la situación social, con lo socioeconómico”.

“Si no podés hacer reír sin ofender, entonces no hay que hacer humor”

Por su parte, Verónica Llinás, quien actualmente hace, junto a Darío Barassi, Carcajada salvaje (MultiTabarís), de Christopher Durang, dirigida por Corina Fiorillo, reflexiona sobre por qué el público parece preferir la comedia: “Tal vez sea porque la risa se parece a la felicidad. Es saludable, catártica y relajante. El humor es la forma más sabia de abordar las cosas que duelen. La gente se ríe siempre, hasta en los peores contextos, porque es una necesidad. Incluso en países en guerra, devastados, los seres humanos absorbemos la desgracia naturalizándola para poder seguir adelante con nuestras costumbres, con nuestra vida. Por otro lado, cuanta más angustia se tiene, más necesidad de olvidarla, y la risa es un buen antídoto”.

Julieta Vallina se anima a  poner palabras a la Argentina de 2019: “La realidad está siendo tan hostil, tan agobiante, tan insoportable de aguantar, que la poca gente que tiene posibilidad de ir al teatro o al cine, sabe que, si ve una comedia, se va a distender y va a tener un momento, como de oxígeno. El acto social de ir a reírse en conjunto con otras personas es muy poderoso”.

La actriz hace Los vecinos de arriba, de Cesc Gay, junto a Rafael Ferro, Diego Peretti y Muriel Santa Ana, dirigidos por Javier Daulte. Luego de dos temporadas en el Metropolitan, ahora salieron de gira por todo el país. Ella continúa su análisis sobre el sentido del humor: “Para los actores, hacer reír cada noche te hace sentir que cumplís una función importante en la sociedad. Pareciera que esto [el teatro, la comedia] no es de vital importancia, pero el arte tiene sentido: modificar a las personas, generarles pensamientos, imágenes. Dicen que la comedia es: tragedia más tiempo. Cuando la gente se ríe con vos, es como si abrieras una puerta a un mundo nuevo; es muy liberador. Los vecinos de arriba y, la obra que hice antes, La respiración, tienen que ver con los vínculos, la pareja… La gente se siente muy identificada cuando el actor se muestra vulnerable, no en un lugar idealizado, sino a través de personajes que muestran sus miserias”.

De qué se rien los comediantes

Karina K: “A mí me hacen reír los mínimos recursos, que me llevan a lo máximo de la emoción. Siempre me gustaron el teatro del absurdo y el clown y la esencia del bufón: el que se burla de las instituciones, de la Iglesia, de la religión, de la política… Es la combinación de ingenuidad, inteligencia y sátira”.

Nicolás Vázquez: “El humor es parte de mi vida; me gusta mucho la complicidad con un compañero, con tu pareja, con amigos. Cuando uno se ríe con esa carcajada para afuera, es alucinante”.

Verónica Llinás: “Es muy raro que yo ría a mandíbula batiente. Soy muy difícil para la risa; muy pocas cosas me hacen reír, y menos si están pensadas con ese objetivo. No quiere decir que nada me cause gracia, sino que mi risa es más bien interna. [Soy] el peor espectador para una comedia, como los magos con otros magos, que, en vez de fascinarse con los trucos, miran tratando de descubrirlos. Me hacen mucha gracia los loros. Los loros son animales muy graciosos”.

Julieta Vallina: “Me río mucho de mí misma. Me da risa el humor físico; me encantan Abbot y Costello, Chaplin, Niní Marshall, Buster Keaton. Me encantan el humor surrealista y la finura del humor inglés; Benny Hill; sitcoms como La niñera”.

Martín Bossi: “Me río de mis amigos de mi infancia, de mi tío Horacio el polaco, me río con los chicos”.

Hacer reír en teatro siempre es difícil, por Mariano Demaría (*)

Personalmente, creo que reír hace bien, va mucho mas allá de la crisis que puede existir en un momento u otro del país. Hay algo en el cuerpo que se activa y te hace sentir mejor, como cuando comes algo que te gusta, la risa siempre cura y sana.

No creo que sea solo en determinadas situaciones. Tampoco creo que todos se rían de las mismas cosas ni que si la gente está de pésimo humor cualquier cosa les divierte o les causa gracia, siento que es mas difícil hacer reír que hacer llorar, la risa en el teatro tiene que ver exclusivamente con un timing preciso, cada palabra tiene que estar en el momento exacto y en el lugar justo.

Hay una energía que traspasa, al menos me pasa a mi como espectador y como director, sentir esa carcajada constante que explota, me emociona profundamente. Y particularmente, con Una Semana Nada Más, el público se identifica con los personajes, porque así fue escrita y adaptada, las situaciones de la convivencia salen de nuestras historias de vida y así es como funciona. Se escuchan en la platea los comentarios y también se ven los codazos en las parejas. En tiempos de crisis o no, si el espectáculo esta bien hecho, siempre las risas funcionan.

(*) Director de la obra "Una semana más" de Michelle Clement en El Nacional, que lleva 14 semanas en el primer puesto.