Toyota tuvo en 2018 su mejor año en términos de producción y volumen de ventas en Brasil. Si bien celebró el logro, el fabricante de automóviles japonés enfrenta el desafío de propiciar la producción local de un vehículo deportivo utilitario (SUV, por sus siglas en inglés) compacto en medio de la falta de capacidad en sus plantas en el país.
El SUV es el modelo faltante en la gama de productos de Toyota para el mercado brasileño, señaló Rafael Chang, presidente de Toyota do Brasil. "Estamos hablando con la empresa matriz para traer este proyecto lo antes posible porque el mercado está moviéndose hacia los SUV y estamos perdiendo una parte del mercado", comentó Chang en una entrevista el 12 de febrero.
Chang señala que, a pesar del deseo de producir un SUV compacto local, es necesario que haya un estudio de factibilidad exhaustivo para aumentar la capacidad de producción en el país sin comprometer el crecimiento sostenible de la compañía. "Hay muchos factores a la hora de decidir esta inversión, no solo si el mercado tiene un cierto volumen, sino también relacionados con la competitividad", explicó Chang.
Chang señala que, a pesar del deseo de producir un SUV compacto local, es necesario que haya un estudio de factibilidad exhaustivo para aumentar la capacidad de producción
“Sabemos que necesitamos un pequeño SUV en Brasil. Estamos trabajando duro para traerlo", declaró Steve St. Angelo, máximo ejecutivo de América Latina y el Caribe y presidente de Toyota Brasil, Argentina y Venezuela, durante una conversación con la prensa en Sao Paulo el mismo día. "Mi sueño es que cada uno de nuestros autos, Etios, Yaris y Corolla, puedan tener un hermano SUV".
Actualmente, Toyota ofrece dos modelos de SUV en Brasil, el SW4 fabricado en Argentina con un costo de 155.000 reales (US$42.000) y el RAV4 proveniente de Japón y comercializado en 150.000 reales (US$40.000). Ambos son más grandes que los SUV compactos de fabricación local y cuestan casi el doble. En 2018, el SW4 vendió 13.481 unidades, ocupando el puesto 11 en el segmento, mientras que el RAV4 vendió 4.221 unidades y se ubicó en el lugar 21, según datos de la Federación Nacional de la Distribución de Vehículos Automotores. El líder del año pasado en la lista fue el Jeep Compass, fabricado por FCA en el estado de Pernambuco, con 60.284 unidades.
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El límite de capacidad de producción en las plantas de la compañía en Brasil llevó a Toyota a pronosticar un aumento de 9,5 por ciento en las ventas de 2019 respecto al año anterior, por debajo de la expansión de 11,4 por ciento esperada por la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores para el mercado en general. "Nuestra capacidad no alcanza la velocidad de crecimiento del mercado", admitió Chang, y agregó que durante la crisis no se despidió personal ni se tomó alguna medida drástica.
En términos financieros, añadió Chang sin dar detalles, las operaciones brasileñas "fueron mejores en su momento y pueden mejorar", y aclaró que la evaluación de la sede es positiva, pero citó la filosofía japonesa llamada "kaizen" al manifestar que "nunca estamos satisfechos al 100 por ciento, siempre existe la oportunidad de mejorar aún más nuestra competitividad, no solo aquí en el mercado interno, sino de abrir aún más las puertas a las exportaciones".
