CIENCIA

Candidatos al próximo Premio Nobel

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Me parece un descubrimiento alucinante y hasta creo que es muy posible que sea reconocido con un Premio Nobel de Física (¿incluida Gabriela González quizás?). Es un resultado muy importante porque estas observaciones nos dan una confirmación muy sólida de una teoría central de la física: la teoría de la gravitación de Einstein.
Por otra parte, se trata de una verdadera proeza experimental. Estos experimentos registran variaciones de longitudes que corresponden al centésimo del tamaño de un protón. Se trata de distancias ridículamente minúsculas. Recuerdo muchos seminarios de física reciente, en los que los miembros del equipo LIGO nos explicaban en detalle el experimento y siempre me pareció impresionante que sea posible detectar variaciones tan tenues.
Además, las observaciones del LIGO nos aportan nuevas evidencias  de cómo colapsan los agujeros negros. Ahora sabemos que, al colapsar, emiten estas ondas. Y podemos calcular cómo es la forma de esas ondas. Lo más interesante es que todas las predicciones anteriores fueron confirmadas con estos nuevos hallazgos.
Las recién observadas ondas gravitatorias complementan a las que ya conocemos del espectro electromagnético. Pero, en contraposición a las ondas de radio y los rayos de luz visible, lo que vibra –en este caso ondas gravitatorias– es el mismo espacio-tiempo.
Y esto es, también, algo que hasta ahora no habíamos detectado de modo directo. De alguna manera es como si a la astronomía le hubiéramos agregado un nuevo sentido, además de la visión.
Otro punto llamativo del estudio es el paper en el que se dieron a conocer los primeros resultados: ¡tiene más de mil autores! Algo que revela la complejidad y el grado de colaboración que hoy requieren algunos temas de investigación de avanzada.

* Físico argentino de la Universidad de Oakland, en Michigan (EE.UU.)