La negociación con los docentes dejó expuesto al ministro de Educación, Alberto Sileoni. Aunque fue acompañado por el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quienes tomaron un rol protagónico, su figura quedó desdibujada.
Según pudo reconstruir este diario, el titular de la cartera educativa se enojó cuando el Gobierno decidió dar a conocer los primeros datos de la inflación real, lo que habría complicado sus primeras reuniones antes de la paritaria formal. Uno de los que llevaron la voz cantante en esas reuniones es el secretario de Educación y mano derecha de Sileoni, Jaime Perczyk.
En la CGT repiten que fue Sileoni quien, en reuniones privadas, se quejaba de que los maestros “trabajan cuatro horas” y que, por ello, los pedidos de aumento no pueden ser muy altos. Lo culpan por haber planteado el presentismo, un punto delicado para los sindicatos que, históricamente, han rechazado.
De todas maneras, Sileoni seguirá en su cargo. En el Gobierno lo consideran un hombre leal al proyecto y uno de los pocos que pueden manejar la cartera educativa