Somos poco generosos con nuestros políticos aun cuando insinúan inteligencia. A riesgo de parecer oficialista, digamos que es injusto, tanto en Entre Ríos como en Buenos Aires, ignorar la proyección de lo conversado en la reunión del 23 de enero por el presidente electo de Uruguay, José Mujica, y el gobernador de Entre Ríos (kirchnerista, viajero, compañero de turismo de la Presidenta) en Tacuarembó. Es comprensible que luego de casi tres años y medio de cierre del puente General San Martín, entre Gualeguaychú y Fray Bentos, el único aspecto de las relaciones sobre el río Uruguay que realmente preocupa en Buenos Aires es que los pobrecitos argentinos sufren inconvenientes en su camino a Punta del Este. Pero hay más. El 15 de febrero Urribarri prometió que se va a concretar el ferrocarril que conecte ambos países. El inicio de estudios y obras estaba previsto para antes de la jura de Mujica. La pastera ex Botnia (no se entiende por qué la ciencia moderna no puede filtrar o destilar la horrenda flatulencia de esa fábrica que, efectivamente, ha afectado la calidad de vida en Gualeguaychú), debe superarse para salir del punto muerto instalado entre países hermanos.
Es importante que un primer mandatario convoque a un jefe provincial de otra nación a una especie de “cumbre”. El gobernador entrerriano salió de aquella reunión con ideas para el desarrollo en el río del los pájaros (como lo llamó Aníbal Sampayo), respaldo político para la construcción del ferrocarril entre Concordia y Salto, usando la ruta de la represa de Salto Grande para una nueva vía. Urribarri ya había ordenado los estudios para la línea, dado que es parte de su política de resucitar la red ferroviaria en toda la provincia. La lista de proyectos incluye la creación de una universidad binacional sobre el río que comparten Argentina y Uruguay, un centro biotécnico y la recuperación del río Uruguay y los puertos para la navegación comercial.
Son propuestas necesarias y posibles. Bien haría el gobierno argentino en alentarlas, total, dado que nuestro federalismo es un fracaso, por qué no intentar el fortalecimiento del bloque regional que constituye el Mercosur.
*Ombudsman de PERFIL.