COLUMNISTAS
opinión

Hagamos de cuenta que todo esto es normal

20231224_milei_ministros_cadena_nacional_presidencia_g
Experimento único. Milei intenta aplicar un modelo anarcocapitalista con una transición minarquista. | Presidencia

Insisto en que los periodistas en general y los analistas políticos en particular tenemos la suerte de presenciar un experimento único: un presidente que intenta aplicar el primer modelo anarcocapitalista de la historia de la humanidad. Un outsider sin estructura partidaria, minoritario en términos legislativos, que está dispuesto a eliminar el Estado por considerarlo “una violación a la libertad individual”.

Con eso solo, tendríamos páginas y horas para informar y pensar sobre lo que vino y lo que está por venir. Pero, además, este experimento único está liderado por alguien que está convencido de que su perro muerto no murió y que Conan junto a sus clones le dan consejos que su hermana Karina se encarga de decodificar.

Lo que los periodistas oficialistas traducen, para atemperar el impacto esotérico, como “Javier quiere mucho a sus perros”.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Si no fuera porque se trata de un ensayo que presenciamos desde adentro, sería una suerte completa. Pero estando acá, en medio de una Argentina que va de banquina en banquina, se parece más a la “suerte” que sienten los corresponsales de guerra cuando les toca cubrir un nuevo conflicto bélico.

Es fascinante, pero muy peligroso.

Karina: de Guido Kaczka a la mujer más poderosa. Milei, con uniforme camuflado y...

Aaron. El experimento tiene su costado humano. Esta semana se hizo viral un video en el que se veía a Karina Milei y a sus padres compitiendo por un electrodoméstico en el programa de Guido Kaczka.

Era 2016 y ella fue con su perro Aaron para que participara de un juego que la hiciera ganar un televisor. No ganó, pero toda la familia parecía agradecida por la oportunidad de estar en un programa tan popular.

Por entonces, Karina era bastante conocida en las redes sociales por las tortas que vendía y, al parecer, eran exquisitas. Una actividad que abandonó hace poco más de dos años, cuando su hermano se lanzó a la política.

Pero aquel día de 2016, ni ella ni nadie imaginaba que, siete años después, se convertiría en la mujer más poderosa del país. Lo que de alguna forma habla de la movilidad social ascendente que, pese a todo, todavía existe en el país.

Javier dice que le debe a ella su presidencia, que Karina es Moisés y él es Aarón (igual que el perro), hermano mayor de Moisés y su gran comunicador.

Desde aquella nada, ella y él construyeron un personaje que estuvo en el lugar justo y en el momento adecuado para ser funcional al devenir histórico. Ellos están convencidos de que se debió a que Dios les dio esa misión, pero fue un amplio sector de la sociedad el que generó a un representante que espejara bien sus angustias y esperanzas.

El 30% que viene de votarlo dos veces sin necesidad de un balotaje esperaba de Milei lo que Milei acaba de hacer: un giro copernicano para sacar al Estado del medio. O para empezar con esa tarea: un modelo minarquista que, como explica el Presidente, es el camino hacia el anarcocapitalismo definitivo.

Habrá que ver en los próximos días la reacción del 26% de ciudadanos para los que Milei no fue la primera opción electoral y recién lo apoyaron en la segunda vuelta. Es de suponer que este porcentaje también lo votó para impulsar algún tipo de revisión del rol del Estado (leitmotiv de su campaña), aunque la duda es si sospechaban la magnitud de esa revisión.

... un DNU con estética castrense y 366 artículos. Un país de banquina en banquina

Algunos ya ven distintos hilos conductores entre los 366 artículos de su decreto de necesidad y urgencia para favorecer espuriamente a determinados sectores empresarios. No coincido, creo que Milei intenta cumplir con lo que prometió y es honesto en esa creencia.

Pero es razonable la inquietud por tratar de entender qué se esconde detrás de este experimento único.

Están los que perciben una conspiración económica para beneficio de unos pocos. Y están los que se esperanzan en que sean las reglas del mercado las que liberen por fin la economía, y justifican cualquier excentricidad institucional y personal del mandatario.

Unos y otros pretenden aplicarle racionalidad a este presente. Arman equipos de estudio, emiten comunicados de rechazo y de apoyo, y procuran leer las entrelíneas del poder.

En parte lo hacen porque tienen la obligación de hacerlo, de hacer de cuenta que todo esto es normal. Y en parte por no aceptar que, desde hace años, somos actores de una tragicomedia tan delirante como real.

Semana intensa. Arrancó con Milei yendo a votar a Macri en las elecciones de Boca. De ahí viajó a Bahía Blanca vestido de uniforme camuflado militar para solidarizarse con las víctimas del temporal y augurarles que “van a resolver esta situación de la mejor manera posible”.

El miércoles, monitoreó desde el Departamento Centra de Policía la típica marcha de los 20 de diciembre organizada por el trotskismo. El objetivo era que no se cortaran las calles. Se logró parcialmente debido a los miles de manifestantes y a la superpoblación de policías que cortaban las calles.

Por la noche llegó una cadena nacional para anunciar el DNU. Recordaba la estética de los comunicados castrenses, con el jefe de Estado rodeado de personas no demasiado conocidas, unas sentadas y otras de pie. Más tarde, siguieron los cacerolazos que el Presidente atribuyó a “gente que sufre del síndrome de Estocolmo”.

Milei responde que a él lo avala la mayoría que lo votó. Como diría Guido Kaczka, la respuesta es correcta, pero no tan correcta.

Él llegó al Ejecutivo con el voto de aquel 56% de ciudadanos, pero llegó a ser representado en el Congreso solo por el voto del 30% que eligió a sus candidatos a senadores y diputados. Legislar, modificar leyes, es función de los legisladores. No del Ejecutivo.

El Presidente, el que fue elegido por el 30% + 26%, tiene la facultad de firmar un decreto de necesidad y urgencia, pero debe pasar por el filtro de un Parlamento que no lo rechace. El futuro de este DNU dependerá de la alianza que hagan los diputados y senadores del 30% de LLA (que salió segundo) con los representantes del restante 70% de la sociedad.

¡Milei cumple!

Herencia y casta. Con cierta astucia, Milei intenta ocultar su fragilidad legislativa y partidaria, sobreactuando fortaleza política.

No es un desafío sencillo. Pretende encabezar una revolución social y económica apoyándose en un núcleo duro del 30% y otro 26% más blando al que no debe espantar. Sin partido, sin Congreso y ante una Justicia cuyas leyes no están preparadas para un sistema libertario.

En pos de esa estrategia, repite a cada paso que el país vive la peor crisis de su historia, esperando que durante muchos meses más una mayoría social culpe de lo malo por venir a la herencia de la casta y no a su gobierno.

Milei dedicó toda la presentación pública del súper DNU para reforzar ese concepto.

 “Durante años han sido tantas las promesas incumplidas, los fracasos de planes y proyectos, tan honda la frustración nacional, que muchos han dejado de creer en la palabra de sus gobernantes, llegando a pensar que a la función pública no se llega para servir, sino para servirse de ella. (Con estas medidas…) se recuperará la confianza y la fe del pueblo en quienes lo gobiernan, para enfrentar la grave crisis que atraviesa nuestro país (…). Nunca fue tan grande el desorden en el Estado, en un marco de generalizada corrupción y de complaciente demagogia”.

No son estos los textuales de Milei, aunque los conceptos son similares. Fueron las palabras de Videla en 1976, a poco de dar un golpe de Estado y cerrar el Congreso.

La apelación de los distintos gobiernos militares siempre fue que llegaban al poder para liberar a la sociedad de la casta política. En cambio, la queja por “la grave crisis que atraviesa el país”, no es exclusiva de las dictaduras sino de los gobiernos que asumen con un signo distinto al anterior (de lo contrario no se habla de crisis sino de “lo que falta por hacer”).

No. Las argumentaciones de Milei para justificar su modelo no son nuevas. Lo nuevo es el modelo.

 Y lo revolucionariamente disruptivo es el líder que una mayoría eligió para ejecutar ese modelo.