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La hora del desbande

Será que, finalmente, pase lo que pase, solo se trata de (sobre) vivir.

El presidente, Mauricio Macri.
El presidente, Mauricio Macri. | Noticias Argentinas

Tras un cachetazo como el de las PASO, que traslada al terreno de los milagros la chance de que Mauricio Macri pueda llegar al ballottage, arrancaron varios fenómenos usuales ante la evidente probabilidad de que se viene una nueva administración. Uno de ellos, del que nos ocuparemos aquí, es el del desbande amigo.

Muchos ministros, gobernadores, intendentes, legisladores, aliados y el círculo naranja (mezcla de rojo y amarillo) comienzan a pensar y actuar en función de otro muy posible cambio de ciclo político.

Radicales apuestan a octubre pero con la mira puesta en el Congreso

Es ese contexto el que permite entender, no necesariamente justificar, distanciamientos y acercamientos impensados hasta hace una semana, cuando imperaba la hipótesis de una mayor paridad electoral.

La factible salida de algunos funcionarios (como Marcos Peña y Nicolás Dujovne, el quiebre de María Eugenia Vidal, los arrepentidos de la boleta corta (como Juan Schiaretti), los jefes comunales que ya compran tijeras, los radicales que vuelven a exponer la conveniencia de tomar distancia y los empresarios PRO que peregrinan a las oficinas de Alberto Fernández (otros, más recoletos, ya lo venían haciendo en espacios menos visibles) exponen una suerte de “sálvese quien pueda” que tiene tantas dosis de pragmatismo como de lógica de supervivientes.

Será que, finalmente, pase lo que pase, solo se trata de (sobre) vivir.

 

Sigue en: La hora del desbande, Parte II