Marcos Peña parece estar revisando el optimismo con el que relativiza la incidencia de la situación económica en la realidad política. Es lo que especulan María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta con el renovado intento del jefe del Gabinete para empatizar con ellos: rehabilitó su participación en la mesa política del Gobierno. Alrededor de la gobernadora y el jefe porteño existen dudas bastante lógicas.
En principio, si en efecto es una rectificación al modo de tomar decisiones. Y también sobre la eficacia del gesto. Llega cuando faltan menos de noventa días para inscribir candidaturas. La primera reacción estuvo condensada en una versión que circuló con intensidad. Hernán Lacunza se incorporaría a la conducción del Palacio de Hacienda.
El rumor ilustra el déficit que se está aceptando; la falta de ideas para recrear la expectativa con los estrechos márgenes de acción impuestos por el acuerdo con el FMI. Hacia adentro del oficialismo, Lacunza podría materializar uno de los pocos hechos positivos de las últimas semanas si los docentes aceptan la oferta salarial que les realizó Vidal.
Desde esa perspectiva, sería más que el resultado de una paritaria. Con la oferta de casi 16 puntos de recomposición por 2018, reconocería a los maestros la pérdida de poder adquisitivo ese año. Es decir, la condición de los gremios para llegar a un acuerdo sobre la base de la propuesta oficial para 2019: un ajuste trimestral por inflación. El 11 de marzo Vidal instó a "escuchar lo que nos falta hacer para ser escuchados sobre lo que hicimos" en la cumbre del PRO en Parque Norte.
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Horas antes, la gobernadora y su gabinete recibieron en La Plata a Macri, quien reconoció que no siempre había podido asistir a la Provincia como lo merecía. La noche del viernes 8 el encuentro estuvo por suspenderse, a raíz del tenso diálogo de la tarde entre Vidal y Dujovne. El ministro de Hacienda no le garantizó el envío de los 20 mil millones de pesos que reclama para devolver al Fondo del Conurbano el valor perdido con la devaluación del año pasado.
Feliz domingo. El domingo 10, Peña dijo a Clarín y La Nación que Vidal se había comprometido a no utilizar la Provincia de trampolín político. Fue una redundancia. Nadie lo haría en las actuales circunstancias. Las dificultades del peronismo para definir un candidato capaz de cubrir la demanda satisfecha parcialmente por Vidal es un ejemplo elocuente.
Rodríguez Larreta intervino a favor de Vidal la noche del 8, y el 11 Macri concurrió a La Plata. Mucho antes, el 24 de octubre, lo había hecho Peña para asegurar a la gobernadora y a sus colaboradores que lo peor de la crisis había pasado. El jefe del Gabinete pretendió cerrar el conflicto abierto el 2 de septiembre. En el peor momento de la corrida cambiaria, se debatió en la residencia de Olivos un cambio de ministros que lo incluía.
Es lo que inició el conflicto con Vidal y Rodríguez Larreta, partidarios de sumar dirigentes peronistas al Gobierno. Es una instancia en apariencia agotada. Sin embargo, cerca de Roberto Lavagna especulan con que la ofensiva de Sergio Massa sobre Macri apunta a debilitar su eventual candidatura para auxiliar la reelección del Presidente. La irrupción del economista es percibida por Massa y Juan Manuel Urtubey como una dificultad a sus posibilidades de disputar con Macri.
Más distante de ellos, a Miguel Angel Pichetto se le atribuye el hostigamiento con Marcelo Tinelli a Sergio Massa para que sea candidato a gobernador bonaerense de Alternativa Federal, con Lavagna postulándose a la presidencia. La sanción deportiva y económica a San Lorenzo de Almagro por la Superliga fue un estímulo impensado al conductor, que esta semana comenzó una serie de recorridas. Daniel Angelici tiene peso determinante en esa entidad. La medida fue aplicada luego de que Tinelli comparase a Macri con Cristina Fernández de Kirchner.
Tinelli visitó el jueves la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, donde fue recibido por Diego Molea. El rector es acogido en el Consejo de la Magistratura por Pichetto y Graciela Camaño, otra promotora de Lavagna en nombre de su esposo, Luis Barrionuevo. Con el aval de José Torello y Daniel Angelici, Molea fue elegido para representar a los académicos en el organismo que selecciona y enjuicia funcionarios judiciales.
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Sin embargo, Molea no es un voto seguro a favor de Cambiemos en el Consejo: desea integrar la lista de diputados nacionales si Lavagna compite. Molea tiene una estrecha relación con el juez de Garantías N° 9 de Avellaneda, Luis Silvio Carzoglio, cuyo juicio político acaba de ser convalidado por la Comisión Bicameral de Enjuiciamiento en la Legislatura bonaerense.
Excelencias. Carzoglio eludió la detención de Pablo Moyano en la causa por supuesta asociación ilícita con barras bravas del Club Atlético Independiente. Molea suscribió en noviembre de 2017 un convenio con Claudio “Chiqui” Tapia para que la UNLZ capacitara a dirigentes de la AFA. Ese acercamiento habría sido la excusa para ofrecer a Pablo y Hugo Moyano servicios de sherpa en los Tribunales de Lomas de Zamora.
Su fiscal general adjunto, Fernando Scalera, acaba de solicitar al juez de Garantías N° 1 de Lomas de Zamora, Jorge López, la detención del letrado de los camioneros, Daniel Llermanos, por supuesta extorsión a un testigo clave de la causa: Jorge “Bebote” Alvarez. En Twitter, Tinelli destacó la “excelencia académica” de la UNLZ.
Allí se reunió en secreto con Martín Insaurralde, con temor a quedar expuesto a un reto de Cristina a través de Máximo Kirchner. El intendente de Lomas de Zamora recorrió este fin de semana el interior bonaerense. El PJ evalúa capitalizar la crisis de Unidad Ciudadana en otras provincias para resistir a Axel Kicillof. En privado, algunos se animan a proyectar más lejos: preferirían una derrota con Vidal a quedar asociados a otra que descuentan con Kicillof.
¿Equivaldría a una rebelión contra Cristina de intendentes ligados a Insaurralde? No es seguro, por ahora. Pero es evidente la preocupación porque la ex presidenta fuerce el ingreso de La Cámpora en sus territorios cuando negocien listas. Es una curiosa coincidencia con Vidal y Rodríguez Larreta. Todavía, lo peor no pasó.
