El Gobierno de Cuba desplegó a lo largo de todo el país un operativo con más de 28 mil estudiantes de medicina, que junto a los médicos de familia tienen el objetivo de detectar tempranamente cualquier caso de infectados de COVID-19 y evitar que personas que puedan haberse contagiado con el nuevo coronavirus, causante de la enfermedad pulmonar, lo trasmitan a otras.
”¿Cómo te encuentras? Ahora te veo”, grita la doctora Yulideikis Rodríguez a una mujer que mira desde el balcón el paso de un grupo de estudiantes de medicina por una calle de la periferia de La Habana.
Hasta el 31 de mayo, Cuba sumaba 2.083 contagios confirmados y 83 fallecidos
”Les preguntamos si han tenido fiebre, tos o algún malestar que pueda coincidir con algún síntoma del coronavirus”, explica a la agencia Dpa Sheila Zaldívar, estudiante de cuarto año de la carrera de Estomatología. A los estudiantes previamente se les formó sobre los síntomas y los factores de riesgo del nuevo coronavirus en las 25 facultades de Ciencias Médicas con las que cuenta Cuba.
Hasta el 31 de mayo, el país caribeño sumaba 2.083 contagios confirmados (alrededor de 172 activos) y 83 fallecidos. La pandemia hizo que las calles fuesen las nuevas aulas de estos estudiantes que tienen la misión de ir puerta por puerta para detectar contagios.
Coronavirus: ahora Bolsonaro acepta a los médicos cubanos
”Ya antes del bicho este yo iba a que me diesen aire”, dice Antonio, que sufre asma bronquial y acude todos los días al médico para recibir aerosol. Ahora se ha convertido en un caso de especial seguimiento.
La doctora Rodríguez comenta que conoce a las casi 1.200 personas que atiende el área de su consultorio médico en la comunidad. Se trata de pequeños centros médicos de atención primaria situados en todos los barrios del país, cuyo sistema de salud es totalmente gratuito.
Ante cualquier emergencia, la atención está garantizada a cualquier hora del día porque en la parte superior del consultorio está la vivienda del médico. “El covid se suma a la presión diaria que tenemos, pero no podemos dejar que se vaya de las manos”, señala Rodríguez, de 36 años, quien cuenta a sus espaldas con tres años de misión médica en un barrio de extrema pobreza en Venezuela.
Ginés González García: "Esto no es la dictadura de los infectólogos"
Los consultorios médicos fueron creados en 1984 y son el primer nivel de atención y detección sanitaria que es capaz de controlar y dar seguimiento, desde los casos de dengue o diabetes al desarrollo de los embarazos.
En medio de la pandemia, Cuba ha enviado brigadas médicas a combatir el covid-19 a 23 naciones, incluso a países europeos como Italia y Andorra. A pesar del despliegue fuera de sus fronteras, el sistema de salud parece tener suficientes reservas con los más de 90.000 médicos con los que cuenta Cuba.
”Diariamente se hace la pesquisa activa por todas las casas de la comunidad, puerta a puerta, si no están volvemos a pasar, con el objetivo de buscar algún paciente que presente la sintomatología”, explica la doctora Rodríguez.
El método se basa en la sinceridad de la persona que abre la puerta. Pero, ¿y si miente y esconde los síntomas? “Es a la buena fe de las personas, pero la mayoría han visto lo agresivo que ha sido el virus y confían en nosotros”, responde Rodríguez.
Desesperado por la vacuna, el mundo superó los 300.000 muertos por Covid-19
"Una persona que tiene fiebre o se siente mal, siempre tiene algún signo que detecta el médico, es difícil mentir”, añade Rodríguez destacando la importancia de la relación entre el paciente y el médico en un país con pocos recursos para invertir en tecnología.
En el plan de trabajo del día están priorizadas las casas que tienen especial seguimiento: las personas que viven solas, las de edad avanzada o que tienen problemas respiratorios crónicos.
En Cuba la población está acostumbrada a tener que abrir sus puertas al Ministerio de Salud Pública en campañas de salud masiva como la de la fumigación en la lucha contra el dengue.
”La dificultad está en los pacientes asintomáticos, que al no presentar síntomas hace más difícil la detección”, observa José Ángel Aquino, que está en el último año de carrera de medicina.
Una vez detectado un caso de una persona que tenga el nuevo coronavirus se remite al hospital, la vivienda se desinfecta y se pone en cuarentena a todos los contactos.
Quilmes, Matanza y Avellaneda concentran un tercio de los nuevos casos
En la clínica se le realiza en tiempo real un PCR, siglas en inglés de ‘Reacción en Cadena de la Polimerasa’, una prueba de diagnóstico que permite detectar un fragmento del material genético de un patógeno.
Si diese positivo, se traslada al hospital a todas las personas que tuvieron contacto; si diese negativo, se mantiene el seguimiento durante 14 días a los que convivieron.
”La familia es normal que se preocupe, pero también saben que es nuestra labor, por eso elegimos estudiar esta carrera, para enfrentar este tipo de situaciones”, dice a dpa Sheila Zaldívar mientras apura el paso porque ve nubes que amenazan lluvia y todavía quedan varias casas que visitar.
Las autoridades cubanas están logrando vencer la pandemia aplanando su curva, pero en paralelo le crece otra crisis: la económica. El cierre de fronteras al turismo ha significado el estrangulamiento de su segunda fuente de ingresos, que da empleo a más de medio millón de personas y aporta el diez por ciento del PIB.
El alcohol en gel mantendrá el mismo precio que tenía el 15 de febrero
Desde el 23 de marzo no hay turismo en la isla y su impacto se nota en las largas colas para comprar en las tiendas alimentos, productos de higiene y de primera necesidad, que son racionados.
Grandes aglomeraciones que durante horas esperan su turno para hacer compras se convierten en un foco de infección en Cuba, como sucedió recientemente en la icónica tienda “La Época” de Centro Habana, donde una persona terminó diseminando la tos por la ciudad con 62 nuevos casos.
Fuente: Dpa
Fotos: Dpa y Afp
