CULTURA
Entrevista

"Higiene sexual del soltero": el libro que debate sobre el lugar de los varones en un mundo en transformación

La última novela de Enzo Maqueira relata la formación amorosa y social de un hombre, moldeado por el patriarcado, desde su ingreso a la primaria hasta su adultez. Privilegios y costos de ser varón.

Enzo Maqueira,
Enzo Maqueira, | Planeta/Cedoc

¿Qué es un hombre? ¿De qué manera la escuela, la familia y otras instituciones modelan a un niño para convertirlo en una máquina que reprime sus emociones y se cuestiona poco? A modo de diario íntimo, "Higiene sexual del soltero", el nuevo libro de Enzo Maqueira, indaga en la construcción de la masculinidad y abre el debate sobre lugar de los varones en un mundo en transformación.

La novela, que publica Tusquets, recorre la vida de un chico, "Junior",  desde que entra a la escuela, donde empieza a tomar conciencia de ciertos mandatos, hasta que lucha por liberarse de los condicionamientos de su género. Maqueira explica que una buena parte de la historia tiene un contenido autobiográfico, pero a su vez retoma los temas que ya ha trabajado en otras de sus obras, como "Electrónica", "Hágase usted mismo" y "Ruda macho".

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"Fue el corolario de toda una vida y una obra construida, en parte, alrededor de una pregunta acerca del rol de los hombres en esta sociedad. ¿Cómo nos configuran como hombres, qué significa serlo? A diferencia de mis otros libros, no me había dedicado específicamente a desarrollar 40 años de la vida de un niño convertido en hombre y cómo intenta romper con esa construcción de masculinidad", explica Maqueira a PERFIL.

Además, en diálogo con este medio, analizó qué consecuencias ha generado en los hombres la irrupción de los feminismos en Argentina, con mucha más fuerza tras el primer "Ni una menos" en 2015, y el surgimiento de movimientos que aparecen como respuesta ante los cambios que propone.

 

- "Higiene sexual del soltero" es el título de un libro que encontraste en la biblioteca de tu abuelo. ¿Qué recordás haber leído en ese texto?
Yo tendría 13 años, la época de la pubertad y del interés por el sexo, en un momento que no se hablaba mucho de eso en ningún lado. La sexualidad era para la mujer una represión absoluta y para los hombres era entendida como un deseo irrefrenable que debía ser saciado sí o sí. No se decía mucho más, solo algunos mandatos que circulaban, como que la tenías que "tener grande" y tener muchas mujeres, eso era todo lo que sabíamos del tema.

Hurgando en la biblioteca de mi abuelo encontré ese libro. Era un manual para que los solteros se cuidaran de las enfermedades venéreas y se preguntaba si el hombre debía mantenerse célibe hasta el matrimonio o tener “amigas”. También reforzaba mitos, como que los hombres somos más sexuales y las mujeres más emocionales. Decía cosas terribles, como que los hombres tendemos aburrirnos y queremos cambiar de mujer todo el tiempo.

Así y todo tenía buenas intenciones. El autor era Ciro Bayo, un poeta y bohemio que viajaba por el mundo y comenzó a escribir libros por encargo como este, que debe ser el más exitoso porque le encontré varias ediciones, la primera en 1910. Recuerdo que en una parte decía “no es no”, que era muy importante el consentimiento de la mujer en las relaciones

- Si bien es algo que existe hace mucho tiempo, ¿qué pensás que trajo la irrupción de los feminismos en la Argentina y también en vos desde 2015?
En mí, trajo un marco teórico. Venía trabajando estos temas sin bibliografía, sin referentes, sin palabras y conceptos adecuados. A mí desde chico, al igual que a "Junior", me pasó de no dar la talla para ser el tipo de hombre que me querían configurar que fuera. Los feminismos significaron herramientas para aprender a lidiar con esos conflictos. 

Consulto a varias referentes. A Luciana Peker, con quien hablé mil veces; a Rita Segato, que dijo más de una vez que el feminismo o los feminismos vienen tanto a liberar a las mujeres como a los hombres. Por eso el primer capítulo de este libro se llama “La Cárcel”.

El patriarcado significa un encorsetamiento para la mujer pero también para los hombres. Antes pensaba que yo era inteligente y los además eran tontos porque yo no corría, no me ponía a pegar patadas, no me peleaba, me gustaba leer poesía y escuchar música clásica. Con el tiempo descubrí que yo era un pibe en conflicto con los mandatos de masculinidad y los demás también los tenían, pero no sabíamos porque los hombres no hablamos de nuestros problemas.

Enzo Maqueira,

- ¿Qué significa ser varón heterosexual?
Bueno, hay como una trilogía: lo primero es que vas a ejercer la violencia, todas tus emociones van a estar reprimidas. No podés llorar, no se nos permiten mostrar nuestras emociones pero sí se nos reserva una, la rabia.

La segunda es el tema del fútbol. El fútbol como aglutinante, como muestra de capacidad, hombría y virilidad. A mí no me gustaba y no lo entendía. Después con el tiempo me gustó, sigo siendo malo pero en esa época no entendía ese mundo de varones que corría y se desafiaba para ver quién tenía el poder.

La tercera son las mujeres. A los hombres se nos dice que tenemos que tener muchas mujeres, cuantas más, mejor. Eso es un mandato que a "Junior" en la novela y a mí nos costó bastante porque va a un colegio católico solo de varones y la única mujer que conoce, además de su madre, era la Virgen María. Cuando cambia de colegio y va a uno mixto no puede entender que las mujeres tengan deseos. Como no lo sabe, supone que las tiene que “engañar” para que estén con él, les tiene que decir que está enamoradísimo.

- ¿Cuál es el rol de la Educación Católica en este en esta construcción de la masculinidad y si alguna vez te sentiste contrariado por su simbología?
Lo de la Virgen es fundamental. No poder comprender lo complejo de los femenino a partir de tener como imagen femenina, única y preponderante a una virgen. Después la Biblia te habla de otra mujer, María Magdalena, que es la prostituta. O sea, o tenés la "Virgen" o la "prostituta". Durante más de 20 años estuve igual que "Junior" tratando de desentrañar ese problema. Me enamoraba de la “Virgen” y cuando se me acercaba la “prostituta” no me podía enamorar porque no entendía que una mujer pudiera tener deseos. 

La inculcación de la culpa católica también. La idea de querer forzar el enamoramiento con la imagen más virginal posible falla, porque después claro, como era la Virgen me resultaba aburrido. Te vas a buscar la “prostituta”, entre muchas comillas, afuera y es el mismo patrón que las películas de Alberto Olmedo y Jorge Porcel. Está “la Bruja” en casa, que te corta la posibilidad del sexo y la diversión, y afuera la María Magdalena, la puta, donde podés ser vos mismo.

También está el homoerotismo. Un colegio de varones solos y el ícono es un hombre semidesnudo, un chongazo, "lindo" y pelo largo, porque esa es la imagen de Jesús que nos llegó. Y aparte nosotros teníamos un cura en la escuela y el resto eran “hermanos” que eran pibes de 25 años que usaban sotanas… había un grado de homoerotismo en el ambiente. 

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La reacción machista

- ¿Qué pensás de la aparición como respuesta a esto movimientos, quizás a veces asociados a las manifestaciones de derecha, que piden que no haya educación sexual en las escuelas o que eso esté a cargo de los propios padres?
Es la reacción conservadora y machista de un sistema que se ve puesto en jaque. Siempre se habla de los privilegios que los hombres están perdiendo o que deben perde, y ahora yo veo gente que pide que no haya más educación sexual en las escuelas, como Ramiro Marra, u otros delirios, eso de que los padres puedan renunciar a la paternidad, dicho por Lilia Lemoine.

A tipos como Javier Milei o Marra los veo muy violentos. Te decía antes que uno de los pilares de las masculinidad tóxica es la violencia y su propuesta de gobierno está basada en la violencia. La motosierra es violencia pura, como en la películas de terror; la violencia como respuesta central. 

Es un intento de reinstalar la sociedad tal cual la conocimos hasta hace no muchos años. Es entendible que cuando avanza un sector de la sociedad hay otro sector que se siente amenazado. Lo que me gustaría es que ese sector en lugar de ir a atacar como artilugio de defensa, salgan a informarse, a tratar de entender y compartir, abrirse, y que no traten de encorsentarnos de nuevo a todos.

Los privilegios y su "lado B"

- ¿Cuál es la relación entre esos mandatos y los privilegios?
Si sos hombre era responsabilidad traer solo el plato de comida a tu esposa, hijos y a veces también a tu madre. Es más, hasta el mismo hombre se encargaba de que la mujer no trabajara. También, si había una guerra, teníamos que ir a pelear y dar la vida por la patria, otro mandato de masculinidad.

Siete de cada 10 personas que van al médico para prevenir una enfermedad son mujeres. ¿Por qué? Porque los hombres se supone que son más fuertes, que no decimos lo que nos pasa si nos sentimos mal, no lo contamos para no mostrarnos débiles. Somos solitarios, no hablamos… y bueno, entonces nos morimos de un infarto a los 55 años.

Ocho de cada 10 personas que van a un hospital por un accidente tránsito, por problemas en algún tipo de conducta peligrosa, por toxicidad o autodestrucción son hombres. ¿Quién es el que tiene que ser valiente y temerario? El hombre. Bueno, también hay tres veces más suicidios de hombres que de mujeres. Los hombres no hablamos de lo que nos pasa; tenemos que renunciar a nuestros privilegios no solamente para que las mujeres vivan mejor, sino porque hay encima de ellos un costo altísimo que tenemos que pagar.

- ¿Existe un cambio sobre este tema en otras generaciones?
El padre de "Junior" encarna un poco todo eso en mi libro. Un tipo que tiene el privilegio de llegar a su casa, sentarse, mirar la televisión, que le sirvan la comida, y no la deja a la esposa trabajar porque él dice ‘este es mi rol en el mundo’. Ese hombre se levantó toda su vida durante 50 años a las seis de la mañana para ir a trabajar y volvió a las nueve de la noche. Ni ser feliz, ni desarrollarse, solo esa función.

Eso es algo que tanto a los hombres de nuestra generación ya no les pasa. Tienen los privilegios, pero hay muchos que ya no se levantan a las seis de la mañana. Tienen padres que laburan desde que tienen nueve años, se jubilan, siguen laburando y tienen pibes de 30 años a los que les pagan la tarjeta de crédito.

Enzo Maqueira,

Entonces creo que lo que pasó en los últimos años es que había un equilibrio “injusto” por el que la mujer tenía el rol del hogar y el hombre tenía el rol de trabajo y los dos estaban encorsetados para hacer eso. El hombre cada tanto aprovechaba, se mandaba alguna por afuera mintiendo y la mujer era Madame Bovary… sufría, se aburría y quería salir. 

Ahora los hombres y mujeres trabajan igualmente pero muchos hombres quieren seguir viviendo en su vida de privilegio pero no pagan ese precio. De ahí esa bronca tan grande del colectivo de las pibas contra los pibes de su generación. Ya ni tenemos ni la obligación de ir a la guerra; antes de mediados de los noventa a los 18 de años tenías que ir al servicio militar y te cagaba la vida. Bueno ahora tampoco está eso y es buenísimo, pero creo que el desequilibrio se notó más amplio en el último tiempo.

 

Hacia una nueva perspectiva

- Se dice que mientras más invisible es una cosa, más efectiva es, cuando nos viene dado como algo natural. 

Siempre fue un ejercicio muy usual para las mujeres encontrarse a hablar entre ellas de sus emociones, de lo que les pasa. Los hombres si nos juntamos a hablar, hablamos de tres, cuatro pelotudeces: fútbol, mujeres, algo de política y no mucho más… es muy raro que vos ante tus amigos te abras, sobre todo en la adolescencia y la juventud. 

De a poquito estamos yendo hacia ahí. Ocho años desde la irrupción de los feminismos en la Argentina es hora de que los hombres digamos ‘sí, somos los victimarios, somos los culpables y causantes de este dolor’, pero por algo somos tantos. Hay una matriz cultural y de educación, la sociedad en la que vivimos es una “fábrica de hacer machitos”. Nadie pidió que nos enseñaran esto y ahora hay más responsabilidad porque tenemos las herramientas para darnos cuenta.

- El libro es muy rápido de leer, muy visual y "muy musicalizado". ¿Te lo imaginabas en algún momento como una adaptación para una serie o una película?

En principio hay un videoclip, donde "Junior" compone una canción. Esto está relacionado a la propuesta del libro de revisar cómo se nos construye como varones y también qué posibilidades tenemos hacia el futuro de ser otra cosa y en cuanto a nuestro vínculo con los demás hombres, así como con las mujeres, y terminar abriendo las perspectivas de una “nueva masculinidad”, aunque yo prefiero hablar de ninguna masculinidad.

Por eso también se abre hacia el video como para decir ‘no queda en un libro, salta al ciberespacio, y el personaje puede ir a deambular’. Y sí, me la imagino película, serie u obra de teatro, todo lo que pueda aportar para abrir el debate e interpelar.

FP / Gi