Después de una semana en la que la crisis política en Brasil provocó un sobresalto en el sector financiero de la región, los mercados financieros están expectantes para medir las consecuencias del nuevo escenario. PERFIL dialogó con Mauro Roca, economista jefe para Argentina de Goldman Sachs, uno de los mayores bancos de inversión a nivel mundial, quien aseguró que ahora es riesgoso subirse a la bicicleta financiera conocida como carry trade y a su vez marcó que, tras el efecto Temer, ya es más caro el crédito para los países como el nuestro.
—¿Qué efectos puede tener en la Argentina el escándalo de corrupción en Brasil?
—Todavía estamos en medio de la incertidumbre política, hay muchos resultados posibles y es temprano para ver la resolución. Sin embargo, es cierto que no ayuda a la Argentina en términos de comercio, pero la verdad es que los principales temas a resolver son más argentinos que consecuencia de la crisis que atraviesa su vecino. Si miramos Brasil, es posible que los cambios que pensaba llevar adelante Temer, como la reforma previsional, sean postergados o directamente cajoneados. Un efecto que ya se observó es el encarecimiento de los mercados emergentes, una situación que suma desafíos a todos los países.
—Existió un fuerte debate sobre las operaciones de “carry trade” debido a la tasa elevada y el costo para el país. ¿Cuál es su visión sobre el nivel de riesgo de ese mecanismo para un inversor?
—La tasa de interés no es alta si se considera la inflación y se mira a 12 meses, que es lo que importa. Allí la tasa real –descontando la suba de precios esperada– es de 3%, por lo que no se puede pensar que tengan un nivel excesivo. Subir la tasa trata de anclar la demanda de pesos, pero está demostrado con el repunte del dólar a $ 16,22 que con un régimen de cambio flotante no es una inversión segura. Hay inversores que asumen ese riesgo y otros que no.
—Uno de los indicadores más importantes para los inversores es la inflación. ¿Cómo evalúa la medición oficial de los últimos meses?
—Vemos cierta persistencia de la inflación pero la tendencia claramente es a la baja, algo que resulta muy positivo. La tarea del Banco Central es lo más destacable, y si tuviera que hacer alguna crítica, diría que en el arranque del año posiblemente hubo un efecto de la relajación de los agregados monetarios, algo que admitió Federico Sturzenegger. Pero está bien tratar de construir el régimen monetario que nunca tuvo el país, hizo reformas rápidas y los resultados son muy buenos.
—¿Cuáles son los principales desafíos en materia económica?
—Es un año particular para el país porque se van a empezar a ver los efectos de las reformas del año pasado, pero creo que el calendario electoral demora una buena parte parte de los cambios que se necesitan. Políticamente se optó por el gradualismo. En lo fiscal no se avanzó tanto y hay que recordar que el año pasado hubo una relajación que se resolvió con un tipo de cambio fuerte. Lo fiscal es la madre de todos los problemas, y hace que la Argentina sea cara y las inversiones no lleguen a la economía real. Un tipo de cambio poco competitivo no ayuda a las exportaciones.
“Las metas fiscales son laxas”
De acuerdo con Mauro Roca, de Goldman Sachs, las metas fiscales presentadas por el ministro Nicolás Dujovne “son muy laxas” y agregó que “la forma de contabilizar hoy el déficit primario es dejando fuera la cuenta de intereses, y llega al 2,5% del PBI”. Opinó que en la primera etapa ayudó el blanqueo de capitales, “así que hay que esperar para ver qué pasó en la segunda parte”. En cuanto a la idea de que la reactivación ayudará a la consolidación fiscal, señaló: “Pienso que el orden es inverso, y que es la mejora de los números fiscales la que hará repuntar la actividad”.
El ejecutivo de Goldman Sachs apuntó que el país “tenía mucho espacio para endeudarse, no veo problemas de sostenibilidad pero creo que hay que apuntar al déficit fiscal”. En cuanto a la reducción del gasto, aclaró: “Los subsidios sociales son muy necesarios, por lo que debería apuntarse a la eficiencia en otras áreas”.