En la lucha contra los grupos pandilleros armados que están intentando tomar el control de Haití, Kenia hizo una oferta a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para enviar agentes de policía en ayuda. La propuesta fue bien recibida por las autoridades y criticada por los grupos de derechos humanos de la nación caribeña.
En octubre del año pasado, el primer ministro de Haití, Ariel Henry, había solicitado el apoyo internacional de la ONU para que los países contribuyan a desplegar fuerzas armadas que ayuden en la crisis de seguridad que atravesaba el país a manos de las pandillas que comenzaban a tomar gran parte de la región y a generar un caos.
Sin embargo, la organización tuvo problemas para convencer a un país para que lidere los esfuerzos para restablecer el orden en el país caribeño, en parte debido a controversias pasadas que formaron parte de las misiones de mantenimiento de la paz.
Finalmente, esta semana apareció la oferta de Kenia para “desplegar un contingente de mil policías para ayudar a capacitar y ayudar a la policía haitiana a restablecer la normalidad en el país y proteger las instalaciones estratégicas”.
Fuerzas policiales de Kenia en Haití
En un comunicado, la cancillería de Kenia sostuvo que se aceptó encabezar una fuerza multinacional en Haití, contribuyendo con mil oficiales policiales. Sin embargo, su "propuesta de despliegue" necesita de un mandato del Consejo de Seguridad de la ONU, así como del consentimiento de las autoridades locales, precisó la cartera.
"En las próximas semanas se prevé una misión de evaluación por parte de un equipo operacional de la policía de Kenia", explicaron, al sostener que esto permitirá tener información y orientar el mandato en función de las necesidades en el terreno.
El primer ministro de Haití dijo que el martes habló con el presidente de Kenia, Willian Ruto, para agradecer por la “demostración de solidaridad fraternal”. Mientras que Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, afirmó que la creación de la fuerza multinacional estaba progresando.
Kenia ya desplegó sus fuerzas de apoyo de la paz en el extranjero en países como la República Democrática del Congo y Somalia.
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Las críticas a las fuerzas policiales de Kenia en Haití
Las organizaciones sociales y de derechos humanos de Haití están expresando su escepticismo sobre la oferta de Kenia para dirigir una fuerza policial destinada a combatir la violencia de pandillas que sacude la nación caribeña e incluso sostienen que podría empeorar la crisis de seguridad en el país.
El debate entre los haitianos se debe a que muchos desconfían de las intervenciones internacionales tras cientos de fracasos, abusos y enfermedades que han acompañado a las misiones extranjeras de mantenimiento de la paz que la ONU impulsó durante décadas.
Si bien en algunos casos tales misiones ayudaron a aliviar el caos y a crear la Policía Nacional de Haití, esos sucesos se ven eclipsados en la visión de parte de la población caribeña por llevar consigo los desastres que ocurrieron durante esas épocas.
Una de las intervenciones se realizó de 2004 a 2017, la cual estuvo plaga de denuncias de abuso sexual masivo, incluidas afirmaciones de que fuerzas de la paz violaron y embarazaron a niñas de hasta 11 años. Todos casos que resultaron impunes, según investigaciones de The Associated Press.
Además, en 2010, las aguas residuales provenientes de un campamento de mantenimiento de la paz de la ONU recayeron en el río más grande del país, iniciando una epidemia de cólera que mató a casi 10.000 personas.
Pero los haitianos no son los únicos que cuestionan el plan de intervención. Los grupos de vigilancia de la ONU están marcando fuertes advertencias sobre el historial de derechos humanos de la policía de Kenia, que podría exportar su carácter abusivo.
Según mencionan, la policía en la nación de África Oriental fue acusada durante mucho tiempo de asesinatos y torturas. Entre ellos, se encuentran los asesinatos a tiros de civiles durante el toque de queda por COVID-19 y de más de 30 personas durante protestas realizadas en julio, todas ellas en los barrios más pobres de Kenia.
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Louis-Henri Mars, jefe de la organización de mantenimiento de la paz de base haitiana Lakou Lapè, se hizo eco de esas preocupaciones. “La gente está desconcertada por esto”, sostuvo, y alertó: “Puede convertirse en otro gran desastre”.
Mientras que Benedict Manzin, el principal analista de riesgo para Medio Oriente y África de la firma Sibylline, asegura que las fuerzas de paz de Kenia fueron acusadas de apoyar redes de contrabando en Somalia.
Según sostiene, con grupos armados extorsionando gran parte de los negocios de Haití y la corrupción penetrando los niveles más altos de la política y la policía, es probable que cualquier fuerza externa se involucre en la economía criminal de Haití.
¿Qué está ocurriendo en Haití?
Haití se encuentra sumergido en una gran crisis producto de la guerra de pandillas que se está desatando a lo largo del territorio. El peligro de secuestros, asesinatos y abusos se fue incrementando y, en la actualidad, los grupos armados ya controlan aproximadamente el 80% de la capital del país.
Con el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, los grupos paramilitares capitalizaron el vacío de poder y tomaron en control de los más de dos tercios de Puerto Principe, junto con carreteras y puertos clave.
Unas 200 facciones lograron paralizar gran parte de la economía haitiana, desencadenando la peor crisis del hambre en la historia del país y contribuyendo al regreso del cólera que acecho la región hace más de 10 años.
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Según la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos de Haití, entre el 1 de mayo y el 12 de julio al menos 75 fueron asesinadas y 40 fueron secuestradas. Estas pandillas multiplican la criminalidad a través de atroces delitos, junto con robos a mano armada y el robo de vehículos.
Con tiradores en los techos, violaciones como armas para aterrorizar a la población, secuestros y asesinatos, la violencia de estos grupos armados no deja de agravarse en este país donde se superponen la crisis política, de seguridad y humanitaria.
Haití tiene 9.500 policías al servicio de su población de 12 millones y no tiene ejército, ya que fue disuelto por dar golpes de estado. Es por ello que los defensores de la intervención argumentan que la policía haitiana es incapaz de detenerlos sola, por lo que necesita de más armas y personal.
LT
