Constituyentes debieron huir para salvar sus vidas
Estallido social en Bolivia ya dejó tres muertes
Tras
la aprobación de la Carta Magna que impulsa Evo Morales sin presencia opositora.
el levantamiento sucreño recrudeció con gravísimos enfrentamientos.
Los pobladores lincharon a un policía.
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AFP
Sucre - Barricadas, incendios, saqueos, humo, protestas incontrolables... La ciudad colonial de Sucre, convertida en un campo de batalla, vive un domingo de infierno por choques de vecinos con policías que ya provocaron tres muertos y centenares de heridos. Unos 120 constituyentes debieron ser evacuados de la ciudad para salvar sus vidas, hay decenas de presos fugados y el repliegue de los uniformados predice un estado de total anarquía y violencia.
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El estallido social comenzó luego de que la Asamblea Constituyente, aislada en una unidad militar y sin la presencia de los miembros de la oposición, sancionara en general la reforma constitucional impulsada por el gobierno del presidente Evo Morales. Esta tarde, el mandatario hizo un dramático pedido de "tranquilidad y paz" a la ciudadanía de Sucre y atribuyó a la oposición las protestas de los últimos tres días contra la Constituyente y el gobierno.
Las calles de Sucre -ciudad de 300.000 habitantes donde se lanzó la primera proclama libertaria de Sudamérica contra la colonia española en 1809-, están tomadas por miles de vecinos que han bloqueado el tránsito de vehículos quemando neumáticos y madera, y colocando promontorios de tierra y piedra.
Los violentos choques entre vecinos y policías comenzaron el sábado en la noche y recrudecieron este domingo por causa de la aprobación intempestiva de una nueva Constitución por parte del oficialismo.
Los universitarios, la columna vertebral de los movimientos civiles que reclaman a la Asamblea Constituyente, atacaron desde primeras horas de la mañana los cuarteles de la policía, como Bomberos y Tránsito, donde los efectivos se atrincheraron a duras penas.
El sábado los vecinos asediaron la Asamblea Constituyente que aprobó en global la nueva Carta Magna sin presencia de la oposición, tras sesionar en un cuartel militar a 8 kilómetros de la ciudad. Los sucreños buscan que la Constituyente reconozca a su ciudad como sede del Ejecutivo y el Legislativo, derecho que perdió a finales del siglo XIX a manos de La Paz.
El casco viejo de la ciudad, que aún ostenta el estilo colonial con el que fue fundado en 1538 por el capitán español Pedro de Anzures, está nublado por densas humaredas provocadas por la quema de neumáticos y madera a unas cuatro y cinco cuadras de acceso a la plaza de Armas.
El aire se mezcla entre el penetrante olor de goma quemada y gases lacrimógenos que aún se animan a lanzar efectivos de la policía que quieren controlar la inusitada violencia civil, antes de iniciar su retiro de las calles.
Decenas de hombres se han agrupado en bocacalles de la ciudad, portando piedras y palos para vigilar una eventual presencia policial, mientras que las mujeres, de distintas edades, se ocupan de proveer de agua en botellones de vidrio y plástico a los sedientos vecinos que apostados en vía pública soportan el humo y un calor que bordeaba los 25 grados.
"íEstamos dispuestos a morir!, ¡Estos indios del Altiplano no nos van a asustar!", señala Alfredo Gascón, de 40 años, que portando una bandera blanca con una "equis" roja al medio (símbolo de Chuquisaca) hace ademanes guerreros con la mano.
Cerca de allí mujeres, con pañuelos en boca y nariz para repeler los gases, culpan al gobierno de Evo Morales por querer imponer una Constitución a la fuerza.
"íNos están disparando otra vez, nos quieren matar los policías!" señaló llorosa una madre de familia.
El acceso a la ciudad del sudeste de Bolivia ha sido interrumpido, lo que significa que para llegar a la plaza de Armas de la ciudad, desde los primeros puntos de cortes de rutas, se debe caminar entre 4 y 5 kilómetros.
En las calles de ingreso y salida a Sucre, capital del departamento de Chuquisaca, hay un inusitado movimiento organizado de decenas de vecinos, que a todos los transeúntes que recorren las rutas de bloqueo les inculcan el mensaje de que "la lucha es justa, para recuperar la sede de gobierno".
Este reclamo -dicen las organizaciones civiles opositoras al gobierno- ha sido desoído por la Asamblea Constituyente dominada por el oficialismo que aprobó la estructura general de la nueva Constitución.
