Ante la atenta mirada del yerno de Donald Trump, Jared Kushner, que llegó el jueves a Israel y se reunió con el premier Benjamin Netanyahu, más de 260 mil fieles musulmanes se congregaron ayer a rezar en la Explanada de las Mezquitas, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, el tercer lugar santo del islam, bajo extrema vigilancia israelí tras un atentado que culminó con dos heridos y el atacante abatido. El estricto operativo de seguridad no evitó que la oración del último viernes del Ramadán contara con una asistencia multitudinaria.
Azzam al Yatib, director general del Waqf, la fundación que administra el lugar, informó que no hubo incidentes durante la oración. Los fieles rezaron postrados en el suelo, frente a la mezquita Al Aqsa. Decenas de personas fueron atendidas por deshidratación en las carpas de la Media Luna Roja, provocada por las altas temperaturas de más de 30 grados. Según Azzam al Yatib, la afluencia hubiera sido mayor si las autoridades israelíes no reforzaban los controles de seguridad tras los ataques.
Helicópteros y patrullas de la policía sobrevolaron y rodearon la Ciudad Vieja, en un operativo desplegado tras dos atentados con armas blancas. “Una persona fue apuñalada en la Puerta de Damasco y otra en la Ciudad Vieja. El terrorista fue neutralizado por la policía”, informó un vocero policial. El atacante fue un palestino de 19 años procedente de Cisjordania, del que no se reveló la identidad. Una de las víctimas fue herida gravemente, mientras que la otra estaba internada en el hospital con condición moderada.
El primer apuñalamiento fue a las 6.30 de la mañana cerca de la Puerta de Damasco, una de las principales entradas a la ciudadela amurallada. La víctima era un hombre de unos 50 años, que fue herido en el torso, informó el servicio de emergencias Maguem David Adom. El segundo ataque, en tanto, ocurrió cerca de la sinagoga Jurva, dentro de la ciudadela, y la víctima, de 18 años, sufrió cortes en la espalda.
"Una persona fue apuñalada en la puerta de Damasco y otra en la Ciudad Vieja."
Diplomacia. El rezo y los ataques coincidieron con la gira de Kushner por la región, que lo llevó a Marruecos, Jordania e Israel. El presidente de Estados Unidos le encomendó diseñar una propuesta de paz, bautizada el Acuerdo del Siglo, cuyos puntos principales aún no fueron explicitados. “En Israel no hay preocupación con respecto a la propuesta de Estados Unidos, sino indiferencia”, explicó a PERFIL Arie Kacowicz, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Hebrea de Jerusalén. La conferencia de Bahrein se celebrará el 25 y 26 de junio, dos meses antes de las nuevas elecciones generales de Israel. “Si el plan se publica antes de las elecciones, eso complicará todavía más el panorama electoral, que hoy en día se enfoca solamente sobre las cuestiones judiciales pendientes del primer ministro Benjamin Netanyahu”, agregó Kacowicz, quien resaltó que la ultraderecha israelí no quiere oír hablar de un acuerdo de paz.
Por su parte, los líderes palestinos anunciaron que no aceptarán a la Casa Blanca como mediadora y no acudirán al seminario convocado por Kushner en Bahrein. En ese encuentro, Estados Unidos planea anunciar inversiones millonarias para mejorar la infraestructura de Gaza y Cisjordania, pero no abordaría los puntos más conflictivos, como el derecho al regreso de millones de refugiados palestinos, la delimitación de las fronteras y capitales de los dos Estados.
La conferencia de Bahrein, organizada por Estados Unidos, se celebrará el 25 y 26 de junio.
Washington había provocado la ira de la Autoridad Palestina al trasladar la embajada estadounidense a Jerusalén y reconocer esa ciudad como capital de Israel, lo que rompió con décadas de consenso diplomático internacional. La Ciudad Vieja se encuentra en Jerusalén Este. Naciones Unidas considera que la anexión israelí de ese sector de la ciudad fue ilegal y apoya una solución que contemple la coexistencia de dos Estados. Los palestinos reivindican Jerusalén Este como capital del Estado que aspiran construir, pero Israel proclama que Jerusalén es su capital “reunificada” e “indivisible”.
Más violencia. Los ataques en la Ciudad Vieja de Jerusalén no fueron los únicos episodios trágicos de ayer. Un adolescente palestino fue abatido por soldados israelíes cerca de Belén, en Cisjordania, indicó el Ministerio de Salud palestino en ese territorio, ocupado por el ejército israelí. Según medios palestinos, el joven pretendía cruzar la barrera israelí para viajar a Jerusalén para el rezo del último viernes del Ramadán. La policía israelí se limitó a indicar que había disparado contra un palestino que intentaba cruzar la barrera.
Ayer también se celebró el Laylat Al Qadr, o Noche del Destino, festividad en la que los musulmanes rezan a Dios durante la noche, invocando su piedad y salvación.
Mañana los israelíes conmemorarán el Día de Jerusalén, que recuerda la “reunificación” de la ciudad tras la toma de la parte oriental durante la Guerra de los Seis Días (1967). La marcha, que pasa por el barrio palestino, amenaza con elevar aún más la tensión en el epicentro del conflicto.
Irán repudió el plan de paz
Cientos de miles de iraníes marcharon ayer para apoyar al pueblo palestino frente a la ocupación israelí y para rechazar el plan de paz ideado por Estados Unidos. “Recuperaremos Jerusalén” y “Jerusalén es la eterna capital de Palestina” fueron los lemas más coreados por la multitud, que pidió el fin de la construcción de asentamientos israelíes en Cisjordania.
En Teherán, la marcha por el llamado Día de Al Quds (Jerusalén) transcurrió por la calle Enghelab, aunque los manifestantes llegaron a pie desde distintos puntos de la ciudad. El presidente Hasan Rohaní aseguró durante el acto que el denominado “acuerdo del siglo se convertirá, sin duda, en la quiebra del siglo y no dará resultados”. La marcha terminó en la Universidad de Teherán con el rezo musulmán del viernes. Los asistentes gritaron “muerte a EE.UU.” y “muerte a Israel”, y quemaron las banderas de esos países.