"Hoy estamos titulando la apertura en forma de pregunta porque, a los 78 años, Lula seguramente aspire a tan solo un turno y a los 82 pedirá el traspaso para que Gerardo Alckmin, su vicepresidente que es ocho años menor y por entonces tendrá 74 años, también le pidió asociarse y ser quien elija al ministro de Economía", afirmaba Jorge Fontevecchia en la apertura de Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil FM 101.9, de este jueves 29 de septiembre.
Para entrar en contexto del recorrido político de Luiz Inácio Lula da Silva, en esta editorial, Fontevecchia comenzó haciendo énfasis en la intención que tiene el futuro presidente, según las encuestas, de formar puentes para solucionar la grieta que generó el gobierno de Jair Bolsonaro, quien tiene todo para perder el próximo domingo cuando el país vecino elija democráticamente.
"'Vaca, bala y virgen' son las ideas que siempre mantuvo Bolsonaro en relación al campo, que la sociedad debe estar armada y la religión", expresó en referencia a estos pilares que trascienden al actual presidente. Por su parte, Lula pregona consolidar un acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, como así también una Sudamérica unida.
En cuanto a la relación con la Argentina, el candidato del Partido de los Trabajadores está más que agradecido con Alberto Fernández por ser el único presidente que lo visitó cuando estaba encarcelado. También sabe que el futuro no depende del máximo mandatario argentino, por lo que sí Mauricio Macri o Patricia Bullrich fueran los candidatos de la oposición apoyaría a Cristina Kirchner para que se presente como presidenta en 2023.
Posteriormente comenzó la línea cronológica de la carrera y los inicios en la política de Lula, en donde se podía catalogar a un funcionario revolucionario para posteriormente convertirse en un reformista. Su actividad comenzó fuertemente en el sindicato metalúrgico. "Nunca los trabajadores ganaron nada sin que hubiera una lucha", subrayaba el ex Jefe de Estado en un discurso de una huelga en época de dictadura en Brasil.
El Lula revolucionario tenía ideas muy nacionalistas y una de ellas era poder nacionalizar las empresas multinacionales. Desde su posición sindicalista, en los '80, planteaba que "hacían política para transformar a la sociedad".
Luego, se da un salto hacia 2002 cuando era presidente electo y celebraba su primer diploma (ser presidente del país), ya que no había terminado el colegio y, por consiguiente, no poseía títulos universitarios. En 2010, realizó una analogía entre la forma de actuar que debería tener un Gobierno y el que mantiene una madre que cuida al más debilitado: en el caso de los gobernantes sería priorizar a los más pobres, ya que los poderosos no necesitan del Estado.
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Antes de entregar el poder, Lula destacaba que su Gobierno eliminó varios preconceptos y que su responsabilidad era mayor por ser un dirigente obrero. Previo a ser arrestado declaró que "mientras más días lo tengan encerrado, más Lulas iban a nacer". Tras ser liberado, indicó que no guardaba resentimiento, pero que quería encargarse de que el país sea mejor y que tenga un mandato que no mienta tanto como el de Bolsonaro.
Para finalizar el recorrido, fue el momento de escuchar el discurso en la visita a la Argentina, en diciembre del 2021, en donde señaló que "América del Sur vivió el mejor periodo (2000-2012) cuando gobernamos democráticamente todos los países de este sector". Además, destacó la creación de distintas instituciones como el Mercosur y el CELAC.
"Hicimos un recorrido por un Lula sindicalista metalúrgico y revolucionario en los '70 y '80, luego reformista en 2002-2010 cuando gobernó y hoy sería un ecuménico que pretende, como Nelson Mandela, en tratar de unir a una sociedad desunida", aseveró Fontevecchia en el cierre de la apertura.
BL PAR
