El Nobel de Química 2022 es para los estadounidenses Barry Sharpless y Carolyn Bertozzi, y el danés Morten Meldal, por el desarrollo de dos herramientas “ingeniosas” para construir moléculas, según el anuncio de esta mañana de la Academia Sueca de Ciencias en Estocolmo.
Se trata de la “química clic”, en la que se forman compuestos de manera rápida a partir de combinaciones de piezas moleculares más chicas, y de la química bioortogonal, que genera reacciones dentro de las células, evitando la interferencia con las reacciones naturales.
Es el segundo premio para Sharpless, quinto ganador del Nobel por duplicado, que en 2001 también había sido destacado por un método para construir moléculas.
Johan Åqvist, jefe del Comité del Nobel de Química, explicó que este “Lego molecular” representa “un descubrimiento que puede usarse casi para cualquier cosa”, como fármacos, polímeros y geles. “Puedes construir estructuras complicadas, puedes hacer casi cualquier cosa”, se entusiasmó.
Dos estadounidenses y un danés ganan el Premio Nobel de Química por la "Química Click"
“He sido muy afortunada de haber podido trabajar en la interfase entre química y biología, y con tantos estudiantes talentosos. Esta es una oportunidad de compartir y celebrar con ellos”, declaró Bertozzi.
Los ganadores del Premio Nobel que se anunciaron
Ayer se había anunciado el Nobel de Física para el francés Alain Aspect, el estadounidense John Clauser y al austriaco Anton Zeilinger, por sus trabajos sobre comunicación cuántica. Los investigadores lograron demostrar que es posible controlar partículas entrelazadas, un estado en el que lo que le pasa a una determina lo que le ocurre a otra, aún a kilómetros de distancia.
El récord en la materia se batió en 2020, cuando el satélite chino Micius transmitió una clave escrita con fotones entrelazados a dos instalaciones terrestres separadas por más de mil kilómetros. Estos experimentos -destacó la Academia- permitieron allanar el camino hacia nuevas tecnologías de comunicación cuántica y métodos seguros de encriptación de la información.
El lunes, el biólogo sueco Svante Pääbo había ganado el Nobel de Medicina por sus descubrimientos sobre el genoma de homínidos extintos y la evolución. Su trabajo para rescatar ADN de fósiles humanos permitió conocer el código genético de especies como los neandertales, develar la existencia de otras nuevas y confirmar que el Homo sapiens tuvo descendencia con ellas hace miles de años. Son logros tan trascendentes que dieron lugar a una nueva disciplina, la paleogenómica.
“Lo que hace único el trabajo de Pääbo es que explora los orígenes de nuestra especie usando herramientas antes reservadas para la biología molecular y la medicina”, explicó el diario El País. Su propia vida es un terreno sorprendente: en la biografía El hombre de neandertal habla abiertamente de su orientación bisexual y de la aventura con la esposa de un colaborador, que terminaría siendo la madre de su hijo. El dato más impactante es que el propio biólogo es hijo secreto de otro Nobel de Medicina, Sune Bergström, galardonado hace exactamente 40 años.
Los próximos ganadores se anunciarán mañana (Literatura), el viernes (Paz) y el lunes (Economía). No sólo serán afortunados por el reconocimiento mundial; también engrosarán sus cuentas con 10 millones de coronas suecas, unos 920 mil dólares.
JL PAR