Una semana antes de que la varita mágica de Cristina Kirchner lo convirtiera en su heredero, Alberto Fernández llevaba varios meses asegurando a todo el que quisiera escucharlo que era ella, y solo ella, la heredera del proyecto político que lleva el nombre del fallecido Néstor Kirchner. “Es la candidata ideal”, “es la única candidata”, “tiene que se candidata” es la frase que el antiguo adversario y acérrimo crítico, ahora reconvertido en delfín de la exmandataria, repitió hasta el cansancio en la matarón de entrevistas que concedió en los días cercanos a la presentación del libro “Sinceramente” (que fue idea suya).
Cuando el pasado 11 de mayo la periodista radial María Julia Oliván le preguntó por la todavía desconcertante candidatura de Cristina, Alberto Fernández aseguró que “objetivamente es la que está en mejores condiciones de ser candidata”. Fernández dejó entrever además que había estado moviendo los hilos para que aquello sucediera: “Creo que debería serlo pero hay cosas personales que tienen que ver con sus ganas, su fuerza o su voluntad que me exceden a mí”, dijo, unas palabras muy parecidas a las que dijo días más tarde al ser entrevistado por María O’Donnell y Ernesto Tenembaum.
En la entrevista, que pasó desapercibida para muchos, Alberto Fernández dejó entrever una especie de ‘ultimátum’ que parece haberle dado a su madrina política: “Yo quisiera que Cristina sea candidata o que se vaya a su casa”, sentenció. Fernández dijo entonces que su temor era no era “que termine ungiendo a alguien”, quizás sin saber que Cristina ya tenía un heredero en la mira. “No podemos volver a recrear errores del pasado”, justificó Fernández, que durante la charla radial parece no saber nada sobre lo que el destino le tenía reservado.
Explayándose sobre el asunto de la candidatura, Fernández expresó sus miedos de que, aunque Cristina no llegara a la presidencia, su heredero se convirtiera en un “títere”: “No quiero que el poder esté en Uruguay y Juncal”, dijo refiriéndose al domicilio de la senadora en el barrio de Recoleta. Y fue más lejos: “No quiero en la casa de Gobierno haya un títere”, quizás reconociendo que el espíritu personalista de Cristina no le dará autonomía a su elegido. “No quiero un Cámpora al que Cristina le prestó los votos”, reafirmó Fernández. Teme que, como el fallecido Héctor Cámpora, el sucesor del kirchnerismo fuese “víctima del sistema”. “Cristina, o se hace cargo de lo que viene o libera a todas las fuerzas y deja que cada uno haga lo que quiera”, puntualizaba el ahora candidato.
"Cuando tuve diferencias con Cristina, me fui; cuando tuve que criticarla, la critiqué; y cuando tuve que reencontrarme, me reencontré”, dijo Fernández
Recordando todo lo que dijo el 11 de mayo pasado, una vez señalado por la senadora como su candidato presidencial Fernández se apresuró a aclarar que “ni Cristina es Perón ni yo soy Cámpora”, apoyándose en su historial de amor-odio que resintió su relación: “Cristina lo sabe porque un día renuncié y estuve diez años confrontando políticamente".
"Cuando tuve diferencias con Cristina, me fui; cuando tuve que criticarla, la critiqué; y cuando tuve que reencontrarme, me reencontré”, dijo Fernández este domingo, admitiendo que llega a la primera línea de candidatos presidenciales sin nunca haber buscado nada a cambio: “La verdad es que yo no hice nada para ser candidato. Cuando empecé la tarea de unir partes me autoimpuse la idea de no ser candidato para hablarle a todos de la unidad y que nadie piense que estaba hablando a favor mío”.
“Cristina me llamó a la facultad el miércoles, a la tarde nos reunimos y me hizo el ofrecimiento”, contó Fernández, al ser entrevistado por Nancy Pazos en radio Rock&Pop. En el encuentro del miércoles, luego de escuchar la propuesta, Alberto Fernández le explicó que él estaba convencido que ella iba a ganar las elecciones y le pidió que lo pensara 24 horas más. “El país no necesita a alguien como yo que divido sino a alguien como vos que suma”, le habría dicho ella. El jueves al mediodía, Cristina Kirchner volvió a marcar el número telefónico de Fernández: “Sigo pensado lo mismo, debes ser vos el candidato”.
"Cristina está llevando adelante un acto de generosidad increíble, no se está agarrando del poder", repitió el candidato
El relato de su elección como candidato presidencial, en un caso inédito en el mundo donde el candidato a vicepresidente elige al candidato a presidente, fue una gran sorpresa para alguien que pasó los últimos 17 años a la sombra del kirchnerismo. "Cristina está llevando adelante un acto de generosidad increíble, no se está agarrando del poder", repitió el candidato en su frenética carrera por convencer de que ella "no es la misma". Ahora, resta saber si, de ganar la fórmula Fernández-Fernández, habrá o no un títere en la Casa Rosada.
D.S.