Mientras Gustavo Arribas juraba como jefe de la AFI, su vice estaba de viaje en Miami. Se trató de una metáfora no buscada sobre el esquema de conducción que el macrismo impuso en la Agencia Federal de Inteligencia. Arribas, amigo e interlocutor cotidiano de Mauricio Macri, refrendó su papel de mandamás de la ex SIDE en el acto de asunción formal: ahí Macri le dio un apoyo que excedió largamente lo institucional.
En ese momento, su vice, Silvia Majdalani, estaba como embajadora de la AFI (aunque agregó dos días de vacaciones) para estrechar vínculos con los servicios estadounidenses. Ante los ojos aspiracionales del macrismo, la CIA, la DEA y el FBI son modelos a imitar. O intentarlo, al menos.
Desde que llegó el dúo Arribas-Majdalani a la AFI, hace ya casi un año, uno de sus objetivos fue acercarse integralmente a los Estados Unidos. Eso implicó tomar como propios a los archienemigos globales (y declamados) de ese país: el terrorismo y el narcotráfico. Así, en el último año, los viajes de agentes entre ambos países se volvieron mucho más frecuentes. Con un detalle: para achicar costos (el presupuesto de la AFI para este año fue de 1.450 millones de pesos, contra los 14.700 millones de dólares con los que habría contado la CIA en 2013), lo más usual es que los integrantes de la CIA y la DEA vengan a la Argentina.
En la Escuela Nacional de Inteligencia de la AFI, ubicada en Libertad al 1200, los agentes estadounidenses dictan cursos sobre narcotráfico y terrorismo, con capítulos especiales para reducir la vulnerabilidad de los aeropuertos. “Nuestros agentes tienen que saber semblantear, determinar perfiles”, justifican desde la agencia macrista.
Ese adoctrinamiento es parte de la “profesionalización” y ampliación (en los últimos meses, la AFI abrió nuevas bases en la provincia de Buenos Aires) a la que apuntan Arribas y Majdalani. Tras una purga que alcanzó a 561 agentes, el plantel de la AFI quedó en 1.720 espías. De los 544 incorporados por el macrismo, sólo 32 pasaron por la Escuela Nacional de Inteligencia. Ahí, 40 profesionales reclutados en distintas universidades (UBA, Di Tella, San Andrés y Católica) hicieron un curso de cuatro meses, con tutores de la AFI. De ellos, ocho resultaron bochados.
Viaje. El reciente tour de la Turca Majdalani por Estados Unidos, sobre el que rige el secretismo, estuvo orientado (al margen de un par de días de relax en Miami) a cerrar ese intento de afinidad con la CIA, la DEA y el FBI. De ahí, su notoria ausencia en la jura de Arribas, ocurrida hace diez días en un repleto Salón Blanco de la Casa Rosada. Así, más que una señal del internismo entre ambos, el acto sirvió para reafirmar el enorme respaldo político de Macri a su amigo Arribas, representante de futbolistas hasta el año pasado. El Presidente optó por dedicar un evento exclusivo para formalizar la asunción de Arribas, cargado de comentarios elogiosos.
“Dadas las características de la persona que se necesitaba para la AFI, de extrema confianza del Presidente, en el que el Presidente creyese en su capacidad y honestidad de muchos años, es que me decidí a convocar al señor”, explicó Macri.