POLITICA

Macri fuerza a Cristóbal López a pactar un nuevo convenio del juego

El zar del juego presionó a los asesores de Macri para evitar que se denuncie el convenio, que se renovaba automáticamente cada cuatro años.

FUTURO. El empresario de casinos ahora deberá negociar con el sucesor del jefe de Gobierno.
| CEDOC.

En una jugada arriesgada, Mauricio Macri decidió no prorrogar un oscuro convenio que mantenía la Ciudad con el gobierno nacional desde 2003 para la fiscalización del juego.

La negativa del PRO a continuar delegando en la Nación la competencia sobre el millonario negocio supone también un golpe para el zar del juego, Cristóbal López, quien tiene fuertes intereses en la Ciudad a partir de las tragamonedas del Hipódromo de Palermo y de los dos buques casino de Puerto Madero.

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El zar del juego, según pudo averiguar PERFIL, presionó a los asesores de Macri para evitar que se denuncie el convenio, que se renovaba automáticamente cada cuatro años, con el fin de poder garantizarse que el próximo presidente sea quien continúe fiscalizando sus negocios en la Capital Federal. En este sentido, fue el presidente de Boca, y amigo del jefe de Gobierno porteño, Daniel “el Tano” Angelici, quien intentó, sin suerte, convencer a la cúpula del PRO que lo mejor era sostener el statu quo con respecto al juego. 

Ahora, López deberá esperar a una negociación entre el futuro jefe de Gobierno porteño y el futuro presidente. Es decir, en lugar de tocar una sola puerta, deberá tocar dos. Cristóbal viene jugando muy cerca de Daniel Scioli, a quien le apostó sus fichas políticas, y esperaba poder sostener su poder en la Ciudad bajo el sol del sciolismo. Macri le mostró su carta más fuerte. Con este giro, Cristóbal va a tener que sentarse a negociar con el PRO, si es que Horacio Rodríguez Larreta gana en estas elecciones. Con esta decisión, si el próximo jefe comunal recupera las potestades, podría cobrarle ingresos brutos al juego porteño y, más aún, hasta rescindirle la millonaria concesión a Cristóbal y sus socios.

El oscuro convenio había sido firmado el 30 de octubre de 2003 entre Aníbal Ibarra y Néstor Kirchner. Luego, a fines de 2007, Néstor le prorrogó la concesión del Hipódromo y las tragamonedas a Cristóbal hasta 2032 mientras la Ciudad no había podido ni inspeccionar los carritos con comida. El tema está judicializado ya que las empresas del juego aducen que están sobre terrenos fiscales de la Nación, una verdad que embarró siempre la cancha.

Bajo la idea de “recuperar las potestades, competencias y recursos relacionados con la actividad” del juego, Macri, en rigor, también le allanó el camino a su hombre de confianza y candidato a sucederlo, Horacio Rodríguez Larreta, quien tendrá la chance de negociar con el próximo primer mandatario cómo traspasar el control del millonario negocio a su órbita. En una entrevista con PERFIL antes de las primarias porteñas en las que le ganó a Gabriela Michetti por casi diez puntos, Larreta había confiado que está dispuesto a “regular” el juego e impedir que no crezca más. La semana anterior, Gabriela Michetti había instalado la necesidad de ponerle un freno a este negocio.

La decisión fue comunicada ayer mediante una carta documento firmada por el directorio del Instituto de Juegos y Apuestas porteño a Lotería Nacional. El convenio vencía en diciembre y el Gobierno porteño debía informar 120 días hábiles antes de su vencimiento si quería que no se renovara.

Cristóbal actualmente administra unas 6.200 tragamonedas, entre el Hipódromo de Palermo y de Puerto Madero. Esta cifra supone casi la misma cantidad de slots que la mayor operadora del juego en la provincia de Buenos Aires, con 14 salas de bingo y que, según su último balance, obtuvo ingresos en 2014 por aproximadamente $ 4.890 millones, con 12% de ingresos brutos, un canon que, por la judicialización del juego porteño, López no paga.