Un total de 9,4 millones de personas con HIV no saben que están contagiadas a fecha de 2017, según revela "El conocimiento es poder", un nuevo informe de ONUSIDA que analiza los esfuerzos para facilitar el acceso a las pruebas del virus y los tratamientos disponibles.
Dicho estudio también calcula que, en 2017, tres cuartas partes de las personas con HIV (75%) conocían su estado con respecto al virus, en comparación con solo dos tercios (67%) en 2015. Además, 21,7 millones de personas que viven con HIV (59%) tenían acceso a terapia antirretroviral en 2017, más que los 17,2 millones de 2015.
El informe apunta que, aunque el número de personas que viven con el HIV y tienen carga viral indetectable aumentó en alrededor de 10 puntos porcentuales en los últimos tres años (47% en 2017), 19,4 millones de personas que viven con el HIV aún no tienen controlada su carga.
ONSUDIA recordó en su informe que para prevenir la transmisión, el virus debe ser suprimido a niveles indetectables o muy bajos mediante terapia antirretroviral sostenida. Y para monitorear efectivamente la carga viral, las personas que viven con el HIV necesitan acceso a las pruebas cada 12 meses.
"Las pruebas de carga viral son el estándar de oro en el monitoreo del tratamiento del HIV . Muestra que el tratamiento está funcionando, manteniendo a las personas vivas y bien, y manteniendo el virus bajo control", señala el director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé.
En su estudio, ONUSIDA alerta además que el acceso a las pruebas de carga viral es "mixto". En algunas partes del mundo, obtener una prueba de carga viral es fácil y está totalmente integrada en el régimen de tratamiento del HIV de una persona, pero en otros lugares puede haber solo una máquina de carga viral para todo el país, lamentan.
"El control de la carga viral debe estar disponible en Lilongwe como en Londres. Las pruebas de HIV y las pruebas de carga viral deben ser iguales y accesibles para todas las personas que viven con VIH, sin excepción", recalama Sidibé.
Las pruebas de carga viral son "particularmente importantes" para los recién nacidos, recuerdan desde ONUSIDA, ya que el HIV progresa mucho más rápido en los niños. Las pruebas de diagnóstico rápido estándar son ineficaces hasta los 18 meses de edad, por lo que la única prueba viable para el HIV en niños muy pequeños es una prueba virológica, que deben recibir dentro de las primeras cuatro a seis semanas de vida. Sin embargo, en 2017, solo la mitad (52%) de los niños expuestos al HIV en países de alta carga recibieron una prueba en los primeros dos meses de vida.
Estigma y discriminación
El informe muestra que uno de los mayores obstáculos para el establecimiento de las pruebas de VIH es el estigma y la discriminación. Los estudios realizados por ONUSIDA entre mujeres, hombres, jóvenes y poblaciones clave concluyen que el temor de ser visto en accediendo a los tratamiento del VIH y, en caso de diagnóstico positivo, el temor de que esta información se comparta con familiares, amigos, parejas sexuales o la sociedad en general, evita mejorar la respuesta contra el sida.
En estas poblaciones clave (hombres homosexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres, transgénero, trabajadoras sexuales, personas que se inyectan drogas, presos y otros lugares cerrados y migrantes), estas barreras pueden afectar el acceso en mayor medida.
"El estigma y la discriminación, tanto de la sociedad como de los servicios de salud nacionales, pueden disuadir a los miembros de las poblaciones clave de acceder a la atención sanitaria, mientras que las leyes penales pueden agravar esa discriminación, aumentar las tasas de violencia y crear barreras adicionales, incluido el temor de ser arrestados y acosados", critican.
Por otra parte, el informe describe la importancia de adoptar un enfoque de cinco aspectos: consentimiento, confidencialidad, asesoramiento, resultados correctos de las pruebas y conexión/vinculación con la prevención, la atención y el tratamiento. "No hay un enfoque único para todas las pruebas de VIH. Se necesitan una serie de estrategias diferentes para llegar a las personas en riesgo de contraer el VIH, incluidos los enfoques innovadores, como las autocomprobaciones, donde las personas pueden sentirse más cómodas al respetar su privacidad", dijo Sidibé.
Otro paso importante que pide ONUSIDA es integrar los servicios de pruebas del VIH en otros servicios de salud, incluidos materna e infantil, los servicios para la tuberculosis y para las infecciones de transmisión sexual y la hepatitis viral. La tuberculosis es la principal causa de muerte de personas que viven con el VIH, y representa una de cada tres muertes relacionadas con el sida; sin embargo, estiman que el 49 por ciento de las personas que viven con VIH y tuberculosis desconocen su coinfección y, por lo tanto, no reciben atención.
D.S.