SOCIEDAD
"Un problema muy serio"

"Olvidar los problemas" y "pasarla bien": los motivos y consecuencias detrás del consumo de alcohol en Argentina

Distintos estudios revelaron que Argentina continúa siendo uno de los países del mundo donde más se consume alcohol, un dato que preocupa a especialistas y autoridades que dialogaron con PERFIL.

Alientan a que consuman más alcohol en Japón
Alientan a que consuman más alcohol en Japón | Télam

"Suelo tomar alcohol en situaciones de angustia, cuando comparto un momento de cena o almuerzo con algún ser querido, y cuando salgo a bailar y quiero desconectar", comenta Paula (no es su nombre real), de 21, en diálogo con PERFIL. Desde hace años, Argentina es uno de los países del mundo donde más se consume alcohol y las razones detrás de esto varían desde buscar "pasarla bien" hasta enfrentar problemas como la angustia y la soledad.

Un informe del pasado julio realizado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) ubicó al país en el puesto 45 del ranking de más alto consumo de alcohol per cápita, siendo el lugar de mayor consumo en América del Sur. Para su relevamiento, la CIA analizó los litros promedio de alcohol puro que bebió cada persona en 189 países. En el caso de la Argentina, en 2019 consumió 7,5 litros de alcohol por persona.

Argentina, en el puesto 45 entre países con más consumo del alcohol del mundo y el primero de Sudamérica

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Por su parte, el último Informe Mundial de Situación sobre Alcohol y Salud (2018) llevado a cabo por la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló la situación en Argentina aparece como particularmente preocupante en la región. Al respecto, el porcentaje global de consumo de alcohol aumentó en los últimos años, convirtiéndose en el primer país consumidor de alcohol en América Latina con 9 litros de alcohol puro por habitante por año.

Si bien los estudios no aclaran el motivo por el cual los argentinos tienen un consumo elevado de alcohol, individuos consultados por este medio enumeraron una serie de razones por las que recurren a dicha sustancia. Al respecto, algunos explicaron que lo hacen en "situaciones positivas" como salidas con amigos o porque les gusta el sabor.

Ese es el caso de Daniel (pidió mantener su nombre real en el anonimato), de 36 años, quien consume "más en las reuniones sociales o en salidas". "Principalmente tomo alcohol porque me gusta, disfruto el sabor del vino, de la cerveza, de un trago. Me gusta tomar a la noche para disfrutar y relajar, y también si me junto con amigos o salgo a un evento nocturno", detalló el joven a este medio.

Los riesgos del consumo excesivo de alcohol en los menores de 40 años
En personas adultas el mayor consumo se da en varones, mientras que en adolescentes de 13 a 15 años es en mujeres.

Según Francisco Dadic, médico especialista en Medicina Interna y Toxicología (MN 125795) y director del sitio web Toxicología Hoy, existen dos motivos principales, e incluso "primitivos", por los cuales las personas consumen alcohol: evadir el miedo y darse placer. "Es el objetivo buscado históricamente en el consumo de las sustancias", subrayó en diálogo con PERFIL. 

Respecto a la búsqueda de placer, el especialista detalló que esto se debe a que el alcohol "provoca estímulos cerebrales placenteros". "El alcohol ya está históricamente asociado y se consume desde hace milenios para provocar esta desinhibición, temeridad y placer. Una vez descubierto, se empezó a asociar al placer, al divertimento, a las fiestas y a lo recreativo porque provoca liberación en el cerebro de sustancias que estimulan centros que dan placer básicamente", aseguró Dadic.

El alcohol para evadirse de los problemas

Sin embargo, además de tomar para divertirse, también hay quienes recurren a esta sustancia como una forma de evadir sus problemas. "Tomo en encuentros sociales nocturnos. En estos casos muchas veces es para desinhibir y en soledad quizás tenga más que ver con desestresar o parar la cabeza. Algunas veces tomé por tristeza y es la peor de las opciones", relató Agustina (decidió resguardar su nombre real), de 40 años, a PERFIL.

Sobre este tipo de consumo, Dadic explicó que la sustancia en bajas dosis provoca "un cuadro de desinhibición, de serenidad, hace que las personas pierdan el miedo y que también se olviden de sus problemas, así que muchas veces también se utiliza como un evasor". En sintonía con sus declaraciones, Paula sostuvo que "cuando me angustio suelo tomar vino blanco para sentirme menos sola. Me gusta acompañarlo con alguna película cómica para 'apaciguar'".

Francisco Dadic
Francisco Dadic, médico especialista en Medicina Interna y Toxicología (MN 125795). (Foto: Helena Florencia Obregón)

"Cuando busqué refugio en el alcohol creo que tuvo más que ver con lo contrario del refugio. Tenía más que ver con una conducta autodestructiva, un 'autoflagelo'. Las veces que tomé mucho para tapar algo, al otro día me sentí peor. Si es una copita, siento que ayuda a distender, pero también es complejo manejar ese equilibrio si tu estabilidad emocional esta endeble", afirmó Agustina.

Dadic explicó que las "noxas emocionales" (factores emocionales que atentan contra la salud de un organismo) pueden desembocar en que un individuo recurra a una "sustancia de abuso" como el alcohol para enfrentar sus problemas en búsqueda de una solución "rápida".

"Una persona que atraviesa un fenómeno de depresión, estrés social por la situación laboral o un problema familiar, por ejemplo, busca algo que le dé placer rápidamente y que le permita evadirse de esta situación que le genera dolor. ¿Y qué es lo más rápido que hay? La droga. En muchos muchos casos entonces recurren al alcohol que es lo que tienen a mano o es más barato", aseguró.

Por ejemplo, el especialista sostuvo que durante la pandemia aumentó el consumo de alcohol debido al "estrés por el Covid y la sensación de muerte que existía en esa época". Al respecto, una encuesta de investigadores del Conicet junto al Instituto Gino Germani determinó que durante la cuarentena el 45% de las personas tomó más alcohol que antes del aislamiento.

"Normalización" y "diversión": la cultura en torno al consumo de alcohol

Uno de los puntos en común que mencionan los entrevistados y especialistas es el de la cultura que existe en torno al alcohol, la cual recae en "normalizar" su consumo y asociarlo principalmente con elementos positivos, tales como la diversión, la amistad e incluso al éxito. En ese sentido, Daniel expresó que ubica al alcohol "dentro de la esfera del ocio y el placer". "No creo que sea lo mejor para lidiar con situaciones difíciles", argumentó.

Por su parte, Paula consideró que se trata de una sustancia "normalizada" a pesar de ser "perjudicial en exceso". "Soy fiel creyente de que la normalización del consumo de alcohol minimiza muchísimo las consecuencias que tiene cuando claramente si es consumido en exceso es algo perjudicial tanto para uno como para todos", expresó.

Y agregó: "Siento que existe un estigma social asociado al hecho de buscar refugio en el alcohol, ya que existen muchísimos prejuicios y 'beneficios', entre muchas comillas, de su consumo".

UPD: preocupación por el excesivo consumo de alcohol de los menores

En sintonía con sus declaraciones, Agustina consideró que "lamentablemente hay mucha benevolencia con el alcohol". "No creo que se estigmatice a alguien que consuma alcohol", expresó al respecto. Por su parte, Daniel opinó que "hay mucha gente que cae en el exceso para lidiar con situaciones problemáticas, y eso puede resultar en una adicción peligrosa".

Según Dadic, "es más fácil" que las personas recaigan en el alcohol para ahogar penas en comparación con otras sustancias de abuso como las drogas duras debido a su normalización. En esa línea, afirmó que "es más frecuente porque está socialmente aceptado y es un elemento central en la vida cotidiana de las personas".

"Los chicos crecen viendo que sus papás toman alcohol, que su tío se emborracha en una fiesta, que pueden comprar alcohol en la vuelta de la esquina, que están tomando en la otra cuadra", enumeró el especialista. "Eso hace que el acceso a la sustancia sea mucho más fácil y también las posibilidades de tener un consumo problemático mayores", remarcó.

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En jóvenes, la edad de inicio de consumo es a los 13 años y la tendencia es que cada vez sea a menor edad, informó el Ministerio de Salud.

Respecto al origen de la cultura argentina en torno al alcohol, Juan Gossen, director de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, consideró en diálogo con PERFIL que surge debido a un "conjunto de factores" que incluyen los mensajes publicitarios, la falta de un "espíritu crítico" hacia esta idea del alcohol y aspectos culturales como tradiciones y celebraciones, en especial entre los consumidores más jóvenes.

"Hay por un lado una fuerte estrategia de la industria de las bebidas alcohólicas donde apuntan directamente desde hace bastante tiempo a esta idea de que el consumo de alcohol puede estar asociado al éxito, a la diversión, que el consumo siempre se da en fiestas donde la gente la pasa bien, que afianza los lazos de amistad", explicó Gossen a este medio.

Juan Gossen
Juan Gossen, director de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires.

Sin embargo, remarcó que el impacto de la publicidad no es unidireccional, por lo que "un joven no va a actuar de esa manera si lo ve en un aviso". Aunque sí precisó que es un "factor que influye" en el comportamiento, ante lo cual es necesario "generar un espíritu crítico hacia ese tipo de mensajes".

Sumado a esto, destacó los factores culturales, tales como "celebraciones que se realizan desde hace tiempo y que también están atravesadas por el consumo de alcohol". En el caso del consumo en jóvenes, mencionó los festejos que se realizan en el último año del secundario, como el "Último Primer Día" (UPD). "Está la tradición de que muchos chicos jóvenes se junten el día anterior al inicio de clases para ir alcoholizados a la escuela y después eso se trasladó a otras fechas, como el último día de clases. Van pasando los años y esas tradiciones se van instalando", afirmó.

Las consecuencias sociales del consumo abusivo

El consumo excesivo de alcohol no solo genera repercusiones negativas en el organismo como dificultades cognitivas o lesiones cerebrales crónicas en casos perjudiciales, sino que también es una problemática que afecta al entorno social del bebedor. Según Dadic, un consumo irresponsable de esta sustancia puede llevar a la "destrucción de estructuras sociales fundamentales".

Al respecto, Paula explicó que tuvo "muchos episodios" donde se arrepintió de haber tomado debido a los conflictos que provocó con sus allegados. "Una vez dije cosas hirientes a una de mis amistadas más cercanas. Me arrepentí profundamente ya que por más que pensara esas cosas, no fue la forma ni el momento de decirlas", expresó.

Algo similar vivió Agustina, quien reconoció que tuvo "peleas o dramas" con sus seres queridos. En ese sentido, la joven consideró que "no hubieran llegado a ser tan hirientes si no hubiera estado el alcohol de por medio".

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Según el Ministerio de Salud, en Argentina mueren 8.000 personas al año por enfermedades vinculadas al consumo de alcohol.

En sintonía con las declaraciones de ambas mujeres, Dadic advirtió que quienes realizan un consumo abusivo "se quedan sin amigos, sin parejas e incluso venden sus departamentos y sus cosas para poder consumir". "La persona que tiene una adicción destruye la mayoría de las cosas de su vida cotidiana", remarcó.

Otra problemática asociada son los accidentes de tránsito ocasionados por automovilistas ebrios, los cuales también provocan un impacto en el entorno social del consumidor y de la eventual víctima. Según el Observatorio Vial Nacional, en 2021, en uno de cada cuatro casos fatales se detecta alcohol en sangre en alguno de los conductores. "Los accidentes de tránsito hoy en Argentina, en los cuales en un porcentaje importante está el factor alcohol, matan a más gente y más jóvenes que el cáncer", sentenció Gossen.

"Cuando tenía alrededor de 20 años choqué el auto saliendo de un boliche estando alcoholizado. Me arrepiento de haber manejado así. Por suerte solo rompí mi auto", contó Daniel. Además de la tragedia o lesiones que puede ocasionar un episodio de ese estilo, según Gossen, un hecho así también puede tener un "impacto totalmente enorme a nivel social en el entorno de la persona".

La importancia del tratamiento y las políticas de prevención

Los especialistas aconsejan que aquellos individuos que realizan un consumo abusivo del alcohol o recurren "rápidamente" a esa sustancia como "evasor" acudan a terapias o lleven a cabo "pequeños cambios de hábito". "Hablar con otras personas, buscar refugio social y correrme del lugar de soledad y dolor funcionó para que deje de consumir alcohol para sobrellevar alguna situación negativa. También fui a diferentes psicólogos que me ayudaron a desentrañar algunas angustias vinculadas a otras cosas de mi vida", explicó Agustina.

Paula coincidió con la mujer, asegurando que, en su caso, la ayudó ir a terapia desde "hace varios años". "En ciertas ocasiones tomé la decisión de consumir alcohol, pero no quiere decir que sea la opción más recurrente hoy. Muchas veces simplemente con música, arte o alguna actividad recreativa puedo subir mis ánimos", agregó.

Sumado a esto, la prevención juega un rol importante a la hora de evitar un consumo problemático de alcohol. En esa línea, Gossen sostuvo que las medidas restrictivas (como el alcohol cero al volante o la prohibición de venta de bebidas alcohólicas en determinados horarios) "no son tan útiles" si no se encuentran acompañadas de "fuertes políticas de prevención y educación". "Para no llegar a la instancia de un consumo abusivo o alcoholismo, es clave la prevención", remarcó.

Al respecto, el director de la Defensoría del Pueblo bonaerense subrayó que el consumo abusivo en Argentina es "un problema muy serio", por lo cual son necesarias "políticas permanentes y perdurables para trabajar primero en la prevención". "Hay que empezar a difundir e instalar prácticas más saludables de que pasarla bien no implica necesariamente tomar alcohol, así como retrasar lo máximo posible la edad de inicio del consumo", precisó.

La inflación golpeó de lleno en el segmento de bebidas alcohólicas
El consumo episódico excesivo de alcohol aumenta el riesgo de daño a largo plazo estructural y funcional del cerebro.

Y agregó: "Además del control que necesariamente tiene que existir por parte del Estado, hay que trabajar fuertemente la prevención para que no solamente sea apuntar a la oferta, sino también que disminuyamos la demanda de quienes quieren consumir alcohol".

Asimismo, hizo hincapié en la necesidad de "avanzar en una nueva reforma" del marco vigente debido a que se encuentra "desactualizado". En ese sentido, la Ley nacional de lucha contra el alcoholismo (Ley 24.788) fue sancionada en 1997. "Los contextos son diferentes, las modalidades de consumo son diferentes y los marcos normativos se tienen que ir adaptando a los cambios a nivel de la sociedad para ser más eficientes a la hora de la prevención", concluyó.

 

Si tenés problemas con el consumo de alcohol, podés llamar al 141. Asistencia gratuita, anónima y en todo el país durante las 24 horas, todos los días de año. También podés hacerlo por chat o por correo electrónico.

En el caso de la Ciudad de Buenos Aires, también podés comunicarte todos los días, las 24 horas al 108, opción 3 (Atención y orientación en Adicciones - Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat del GCBA) o al 0800-333-1665 (Salud Mental Responde - Ministerio de Salud del GCBA).

 

Gi