Tres días después del atentado que dejó ocho muertos –entre ellos cinco argentinos–, Estado Islámico (EI) reivindicó la autoría del ataque, en un artículo publicado en su revista semanal Al Nabá (Las Noticias). El presidente estadounidense, Donald Trump, respondió al grupo terrorista, al que amenazó con una agresión militar “por cada ataque” contra los Estados Unidos.
El atentado fue una “respuesta de los soldados del califato en Estados Unidos y Europa a la llamada de Estado Islámico a responder a la ofensiva de los “cruzados” en Siria e Irak, informó la organización yihadista, al tiempo que sostuvo que el uzbeko Sayfullo Saipov es uno de sus “soldados”. La reivindicación no llegó por canales oficiales como la agencia Amaq, vinculada a EI.
Pese a que las autoridades estadounidenses no confirmaron la veracidad de esa reivindicación, el presidente la dio por válida. “EI acaba de asegurar que el Animal Degenerado que mató e hirió gravemente a la maravillosa gente del West Side, en Manhattan, era su ‘soldado’”, escribió en su cuenta de Twitter. “Los militares han golpeado a EI ‘más duramente’ estos últimos días. Pagarán un alto precio por cada ataque contra nosotros”, agregó el jefe de Estado.
Saipov, de 29 años, fue acusado por la Justicia por terrorismo y podría ser condenado a pena de muerte, tras embestir con una camioneta a ciclistas y peatones en una ciclovía en Manhattan. Según The New York Times, la policía investiga dos indicios que señalarían su filiación a Estado Islámico: las notas escritas en inglés y árabe halladas en el vehículo y la modalidad del ataque, similar a las instrucciones publicadas en la agencia Amaq y en la revista en inglés Muriyah, que recomendaban utilizar camiones para atropellar personas.
El atacante actuó en Halloween para infligir una cantidad mayor de víctimas, según las autoridades. El Califato había alentado el uso de camiones hace más de un año con un mensaje escalofriante: “El método de un ataque de este tipo consiste en que un vehículo se precipite a alta velocidad contra una gran concentración de no creyentes, dejando tras de sí una carnicería. Los vehículos son como armas blancas ya que son muy fáciles de conseguir”.
Marcha. Amigos y vecinos de las víctimas fatales marcharon el jueves por la noche junto al río Hudson, epicentro de la masacre. Dos mujeres portaron una bandera argentina, en homenaje a los cinco rosarinos que habían viajado para festejar el 30 aniversario de su graduación de la escuela secundaria.