Hace tiempo que el fútbol argentino no tiene fichajes rutilantes. Las únicas excepciones son las de aquellos jugadores que están hechos económicamente tras varias temporadas en Europa y deciden volver al país para dar sus últimos años de gloria al club de sus amores. Juan Sebastián Verón en Estudiantes es tal vez el caso más notorio y más exitoso. El modelo funcionó muy bien en Newell’s, que salió campeón con Maxi Rodríguez, Scocco y Heinze en cancha, más el Tata Martino en el banco. Y ahora acaba de incorporar a Ever Banega, sin dudas el refuerzo de más jerarquía de todos los que llegaron durante el verano, por lejos.
Por lo demás, poco y nada es lo que se puede esperar de la llegada de jugadores de nivel. Y a esta altura, tras los fracasos de Carlos Bianchi en Boca y Ramón Díaz en River, tampoco es mucho lo que puede esperarse de los entrenadores. El eje se corrió, eso está claro. Y hoy, gracias al revuelo por la posible llegada de Marcelo Tinelli al Fútbol Para Todos, la expectativa está puesta en la transmisión. Es viernes mientras escribo esto y en el portal digital de este diario uno de los títulos es “Apo negocia para comentar el domingo”.
No, la noticia no es si juega Riquelme. La noticia es si comenta o no Apo. Como la noticia es que se cayó la llegada de Varsky y Closs tras el adiós de Tinelli a Fútbol Para Todos, pero que sí sigue (parece) el Bambino Pons. Una vez resignados a que el juego no va a ser gran cosa, no nos queda otra que resignarnos a que en el fútbol, parafraseando a Sandra Russo o a Orlando Barone, lo que importa es el relato.
Más allá de la llegada o no de Tinelli, es raro que el eje esté puesto en cómo se muestra más que en el qué se muestra. O sea, esto bien puede valer para un festival de cine experimental o una bienal de arte contemporáneo. Pero esto es fútbol. ¡Fútbol! ¿Cómo puede ser que estemos pendientes de quién relata, cuál va a ser el logo y dónde van a estar las cámaras?
Esto no significa que no haya críticas para hacerle a la transmisión del FPT actual. Vamos con cal y arena: 1) La dirección de cámaras de los partidos es muy buena. 2) El relator y el comentarista estrella (Marcelo Araujo y Julio Ricardo) son impresentables. Pero ese no es el punto. Bueno, sí, claro que Closs y Varsky podrían ser infinitamente mejores. Pero si no mejora la calidad del juego, el relato no va a cambiar las cosas. Hacen falta buenos jugadores, no buenos relatores ni buenos técnicos.
O en una de esas la intención es convertir al fútbol argentino en un paraíso de relatores y periodistas. Si los mejores jugadores están en España, Italia e Inglaterra, los mejores relatores del mundo estarán en la Argentina. Vamos a traer a los mejores. Se van a tener que ir los intendentes del Conurbano del relato. Y vamos a recibir con los brazos abiertos a los Laclau, a los Feinmann, a los Forster del relato.
Gracias por todo, país del fútbol. Fue un placer, país del fútbol. Adiós para siempre, país del fútbol. Bienvenidos al país del relato.
* Periodista y escritor.
