POLITICA
El negocio de la minera argentina

Los insólitos negocios que hacen en Santa Cruz

La provincia del presidente Kirchner ofrece un ejemplo práctico de los jugosos beneficios que la legislación minera argentina le aporta a las grandes empresas internacionales. Se trata de un emprendimiento millonario con el cual, si se cumple con las leyes vigentes, el Estado terminará perdiendo dinero.

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Es cuestión de sumas y restas, y los resultados, en este caso, borrarían la sonrisa de cualquiera. Construido millones de dólares del Standard Bank, el proyecto San José es una explotación subterránea de dos vetas de plata y oro (Huevos Verdes y Frea).

Ubicado a unos 120 kilómetros al oeste de Las Heras y a unos 50 al este de Perito Moreno, es el más avanzado en el noroeste de Santa Cruz y se espera que comience a operar plenamente a comienzos de 2007. La empresa que se ganó la gallina de los huevos de oro, en este caso, es Minera Santa Cruz (MSC), una sociedad entre la peruana Mauricio Hochschild & CIA S.A. y la canadiense Minera Andes.

De acuerdo a los datos publicados en el estudio de impacto ambiental oficial de MSC, el trabajo de extracción del metal precioso se extendería por espacio de cuatro años y representaría una inversión total en la provincia del presidente Néstor Kirchner de US$ 61 millones, incluyendo los costos financieros.

La proyección prevista por la empresa establece una extracción total de 61.000 onzas de oro por año (U$S 625 la onza, según el precio internacional de septiembre) y 3.400.000 onzas de plata (U$S 12), tras la cual se alcanzaría una facturación total de U$S 315,7 millones, según cálculos realizados por la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Esquel.

Siempre de acuerdo a las estimaciones de la explotadora, el 70 por ciento de la inversión inicial será en maquinaria importada, por las cuales no pagarían impuestos, según lo establece la ley de inversiones mineras. Si tenemos en cuenta que para un inversor común la tasa de estadística por importación ronda el 15 por ciento del valor a importar, el Estado dejará de percibir unos US$ 9,150 millones en impuestos.

Según el informe de MSC, el monto total de los costos desde la extracción inicial del mineral hasta la obtención del lingote de oro o plata será U$S 95 millones. Si se toma la facturación bruta (U$S 315,7 millones) y se le restan los costos totales (U$S 95 millones) y la inversión inicial (U$S 61 millones), la ganancia neta de la empresa ascenderá a U$S 159,7 millones.

Pero por ley, la empresa deberá pagar un porcentaje en concepto de regalías por la extracción de un recurso no renovable a la provincia. Este monto representa el 3% del valor del mineral en boca de mina (aproximadamente unos U$S 220,7 millones), luego de haberle descontado los gastos necesarios para su extracción (US$ 95 millones). Las arcas de Santa Cruz recibirán, entonces, US$ 6,621 millones en cuatro años.

Sin embargo, si la minera optara por exportar el oro a través de Puerto Deseado, el Estado Nacional deberá devolverle, en concepto de reintegro por exportación, el 2,5 por ciento del valor exportado, pero sobre el precio de facturación. Es decir, si la facturación bruta fuera de U$S 315,7 millones, el 2,5 por ciento (el reintegro) serían U$S 7.892.500.

Si las regalías para la provincia son de US$ 6,621 millones y el reintegro por exportación desde un puerto patagónico es de US$ 7.892.500, una simple resta demuestra que los argentinos les pagan a las mineras para que se lleven sus recursos no renovables.

Por si fuera poco, Santa Cruz posee un Régimen de Privilegios de Estímulo como la exención del impuesto a los Ingresos Brutos (que insume entre el 1,5% al 2,5%), del gravamen a los Sellos y de impuestos Municipales.

Además, la provincia se encuentra adherida a los descuentos sobre Aportes Patronales, lo que se traduce en una disminución del cargo para el empleador de aproximadamente el 9 por ciento sobre los sueldos brutos, más la deducción del 100 por ciento del Impuesto a las Ganancias en montos invertidos en prospección y exploración, y la exención total del impuesto a los activos, del pago de aranceles y tasas estadísticas para la importación de equipos y herramientas.

Sobre el costo del agua, la empresa no paga un centavo, cuando utiliza enormes cantidades de agua cruda. ¿El impuesto a los combustible? Tampoco paga un centavo de impuesto sobre los combustibles (aunque utilizará millones de litros), ya que el 40 % del precio del gas oil es impuesto, y las mineras están exentas del pago.