POLITICA
el mundo en buenos aires

Macri hace equilibrio entre China y EE.UU. y apuesta al respaldo de las potencias

Aunque hoy no se firme un documento consensuado, el Gobierno pone el foco en acuerdos que demuestren el apoyo de los principales líderes. Trump, Xi Jinping y el factor Merkel.

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Familia. El presidente norteamericano, Donald Trump, fue el centro de atención en el primer día de la cumbre por sus desplantes y la presión que impuso en la guerra comercial con China. Macri seguirá hoy con una agenda cargada. | Marcelo Aballay

No arrancó fácil el día para el presidente Mauricio Macri, con su primer invitado de la mañana, Donald Trump, arribando unos minutos tarde y arrojando al suelo el auricular por el que un intérprete de la Casa Rosada le había traducido, en simultáneo, el efusivo saludo de su anfitrión. “Le entendí mejor en su propio idioma que lo que me dijeron por acá”, protestó el estadounidense. Macri sorteó el episodio con cara de póquer a sabiendas de lo que sus asesores le habían anticipado: no sería sencilla la jornada haciendo equilibrio en el juego de las grandes potencias.

“Si el mayor de nuestros problemas es no conseguir un documento final consensuado, honestamente vamos a seguir felices”, le dijo a PERFIL uno de los hombres que no se despegó de las espaldas del Presidente en cada uno de los eventos de las últimas horas, al explicar el delicado equilibrio geopolítico del gobierno argentino. Aunque el grueso de la atención pública se concentra en la tan mentada Declaración de la Cumbre y si habrá consenso hoy o saldrá un papel al estilo Hamburgo –con asteriscos y notas al pie–, eso no es lo que pondera la Casa Rosada para evaluar el papel de Macri y la Argentina ante el mundo durante estos días.

Hoy, el foco está puesto en el número final de acuerdos que se puedan presentar como resultado del “respaldo internacional” a la Argentina y a Macri, en particular. Esas fueron las palabras en boca de la media docena de ministros y secretarios que desfilaron por el Centro Internacional de Medios, en Parque Norte, mientras los mandatarios estaban reunidos en Costa Salguero. Algunos de ellos brindaron conferencias abiertas. Otros prefirieron el off the record para despacharse con definiciones más crudas, pero honestas.

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“Negociamos con los chinos y los gringos por igual. No nos metemos en esa guerra y esto demuestra que podemos tener relaciones con ambos y sellar acuerdos muy buenos con los dos”, le aseveró un funcionario de Presidencia a este medio. La figura del “honest broker”, el mediador bienintencionado, fue otra de las metáforas recurrentes en el relato de Cambiemos desde mucho antes de esta cumbre para dejar claro que el plan es hacer todo lo posible para que la cumbre llegue a buen puerto, lo que no significa que sea el mejor de ellos. Ayer también fue recurrente. “No es solo G20, es todo lo que lo rodea”, añadió el mismo funcionario.

Entre fuegos. No todos están de acuerdo, en el Gobierno, respecto al papel jugado ayer en el duelo entre Estados Unidos y China. Tras difundirse unas declaraciones de la vocera de la Casa Blanca sobre la reunión Trump-Macri en la cual se aludía a una postura en común frente a China respecto a su actividad económica “predatoria” en la región,  algunos de los históricos internacionalistas de PRO consideraron que la Rosada debería haberse despegado con mayor énfasis de esa terminología, pensando en los acuerdos económicos que su presidente, Xi Jinping, trae bajo el brazo. Cree, además, que mostrar tanta efusividad por un socio tan impredecible como Trump frente al largo plazo chino es una jugada de riesgo en el delicado equilibrio que hace la Argentina entre las potencias.

En su primer descenso a Latinoamérica, Trump aterrizó dispuesto a pelear cada espacio conquistado por China. Se lo dejó en claro a Macri, puertas adentro del despacho presidencial: “Estados Unidos  quiere ser un socio preferencial de la Argentina. No buscamos endeudar a los países como otros”. Es la misma línea con la que planteará el diálogo bilateral con cualquier país de la región. La frase levanta cierta preocupación, todavía medida a juicio del Gobierno, pensando en Brasil y su próximo presidente, Jair Bolsonaro, quien ya ha correspondido las palabras del estadounidense y no duda en alinearse con él en otros temas todavía más controversiales como el descreimiento sobre el cambio climático. Allí, la Argentina muestra sus diferencias las cuales recién hoy se discutirían a nivel de líderes.

China avanzó ayer en esta posición para sentar un claro contrapunto con Trump. Lo hizo a través de su canciller, en una conferencia conjunta con el de Francia y el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, en uno de los salones  de Costa Salguero. Para el Gobierno, las posturas en torno a este tema están mucho más claras para todos los involucrados.
Donde subsisten fricciones es en lo comercial. Al cierre de las sesiones, era el tema en el que Macri, su sherpa, el embajador Pedro Villagra Delgado, y la deputy del canal de Finanzas, Laura Jaitman, seguían trabajando a fin de lograr un documento con el mayor consenso posible. La alternativa era reducirlo a una mínima extensión, centrarlo en el compromiso de continuar la discusión y derivar los contrapuntos hacia lo técnico.

Ausencia. La inesperada ausencia de la canciller alamana, Angela Merkel, durante la primera jornada de sesiones privó a la Rosada de una aliada clave para contener el ímpetu de Estados Unidos, además de una foto que anhelaba desde lo político. Su actual embajador, Jürgen Mertens, quien ofició de sherpa en la cumbre anterior de Hamburgo. colaboró en la seguridad del megaevento. Y fue una carta de enlace clave con Merkel  en uno de los temas que interesa a Alemania como inversor, la represa neuquina de Chihuidos.
“Macri no tuvo coffee breaks hoy (por ayer)”, ilustró un diplomático a este diario al describir la actividad del Presidente. Semejante nivel de actividad es la regla con la que miden, hasta ahora, el éxito en el balance de estos días, no importa que todavía no sepan cuál será el desenlace hoy de la cumbre.