POLITICA
DIARIO PERFIL

Un compañero del maquinista: "Cordobita es muy responsable"

Gustavo Bulacio debió haber ido en el tren del accidente. Defiende a su colega y amigo y dice que en la calle la gente los trata de asesinos. La entrevista.

En el anden. La charla transcurrió en la estación Paso del Rey. Atrás, una barrera estaba rota.
| Cedoc

“Siempre es más fácil echarles la culpa a dos perejiles que hacerse cargo de las responsabilidades”, dice Gustavo Bulacio, más conocido en Paso del Rey como “Lechu”, impulsor de la murga local, de oficio ferroviario  en los  trenes que unen el oeste con Plaza Miserere, en la ciudad de Buenos Aires. Bulacio sabe de lo que habla.

Todos los días desde hace cinco años recorre esas distancias revisando los vagones en su rol de guarda, cargo que lo distingue por ser el encargado de abrir las puertas, controlar los frenos, comunicarse con el motorman permanentemente. Desde hace un año comparte ese recorrido con Marcos Antonio Córdoba, el conductor del tren que chocó el miércoles en la cabecera del ferrocarril Sarmiento y produjo 51 muertos y más de siete centenares de heridos.

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Ese día, Miguel Angel Gerónimo le pidió que lo suplantara en su turno ya que debía viajar. Bulacio accedió, y quizás le deba la vida a esa decisión. “Como ese día no fui a trabajar por la mañana aproveché para dormir hasta tarde. Un amigo me llamó y me despertó y preguntó si estaba bien, pues habían chocado dos trenes. Le corté porque pensé que me estaba haciendo una broma. Después me llamó mi vieja. Ahí prendí la tele. No lo podía creer”, cuenta a PERFIL.

La charla se desarrolla en el andén de la estación Paso del Rey, mientras una barrera permanece baja y los autos atraviesan la vía. “Está así desde hace media hora”, dice Bulacio, “debería haber un trabajador levantando manualmente la barrera, pero no mandan a ninguno”. Mientras tanto, los autos cruzan de un lado a otro de los rieles sin que la alarma deje de sonar.

—¿Cómo es Córdoba como trabajador?
—Es muy correcto. Hace un año que trabajamos juntos, en el mismo turno, y nunca tuve ningún accidente con él. Yo he tenido cinco accidenes en la vida, pero ninguno junto a Cordobita. Por el contrario, es un tipo muy responsable. Por ejemplo, no se quedaba tarde en las reuniones si tenía que trabajar temprano. Es lo que cualquier otro podría hacer, pero Marcos Antonio siempre decidía irse a dormir a su casa.

Lea el reportaje completo en la edición impresa del diario PERFIL.