SOCIEDAD
UNA TENDENCIA QUE CRECE

‘Parejas dúplex’: se comparten los gastos y el edificio, pero cada uno en su departamento

Estas familias ensambladas viven en una misma propiedad, pero en pisos diferentes. Se lo denomina living apart together. En Argentina, Tinelli y Rial siguen esa moda.

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Estas familias ensambladas viven en una misma propiedad, pero en pisos diferentes. Se lo denomina living apart together. | marta toledo

“Juntos, pero no revueltos”. Hace pocos días, el conductor Jorge Rial usaba esas palabras para definir el paso que  daban con su pareja, Romina Pereiro, en busca de apostar a futuro viviendo en el mismo edificio, aunque en pisos distintos.

Como ellos, muchas parejas eligen esta forma de vincularse, donde el amor y el compromiso no se ponen en duda, pero la convivencia bajo el mismo techo no es vista siempre como la mejor opción. Sobre todo en casos de familias ensambladas, donde cada uno ya tiene hijos de parejas o matrimonios anteriores, y prefieren preservar los vínculos, cada uno en su casa.

Este fenómeno, que en inglés se conoce con las siglas LTA (living apart together), gana cada vez más adeptos, y en casos donde la elección de convivir es ascensor de por medio, podría hablarse de “parejas dúplex”, como los casos de Rial y también de Marcelo Tinelli y Guillermina Valdes.

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“Parece que queremos una vida cada vez menos complicada, sumado a que cayeron algunos mitos acerca del amor y de la pareja”, dice la psicóloga Rosalía Beatriz Alvarez, coordinadora del Departamento de Familia y Pareja de APA. Y aporta que esta “tendencia de parejas dúplex suele darse más en parejas con hijos adolescentes, una etapa  que siempre fue muy compleja, tanto para el que adolece  como para que el que tiene la función de cuidar, contener, educar, guiar”. Según dice, son las mujeres quienes suelen elegir este tipo de vínculos, una nueva relación con más autonomía y no volver a las demandas domésticas. “También tiene que ver con evitar el desgaste en un vínculo nuevo; evitar los  problemas y la rutina. Parece ser una manera de preservar el amor, el desear estar juntos; donde se está revalorizando el lugar de la pareja y de los hijos”, agrega Alvarez.

Además de las familias ensambladas, que suelen ser los casos más comunes donde se da esta modalidad de convivencia, las nuevas generaciones de millennials, sobre todo quienes ya superaron la barrera de los 30 años y apuestan al amor, eligen vivir cada uno en su casa, priorizando así un crecimiento no solo personal, sino profesional. No por esto dejan de irse de vacaciones juntos, o pasar las fiestas reunidos; incluso comparten responsabilidad como cualquier pareja, gastos y compras cotidianas, y pasan tiempo juntos. Solo que eligen no vivir bajo el mismo techo y priorizar así sus espacios.

En países anglosajones, de donde viene el término LTA, varios estudios determinaron que esta tendencia viene creciendo. En Estados Unidos,  por ejemplo, se contabilizaron cerca de dos millones de matrimonios que elegían no vivir juntos, y un 7% de las parejas se autodefinía LTA. En Inglaterra, un informe de The Economic and Social Research Council hablaba de dos millones de personas que elegían esta modalidad de convivencia en casas separadas; mientras que en Francia y en España, representaban el 10% y el 8% de las parejas respectivamente; según encuestas demográficas locales.

“Esto antes se observaba sobre todo con parejas de mediana edad, sin hijos o con hijos ya grandes con los que ya no conviven; que eligen vivir separados, pero siguen compartiendo momentos de intimidad y de ocio. Pero ahora se ve y consulta mucho más en casos de familias ensambladas, donde suele ser gente más joven, con hijos pequeños o hijos adolescentes, donde el planteo de habitar en cercanía, muchas de las veces en el mismo edificio, parece una buena opción”, aporta Alvarez.

Aunque advierte que también “hay casos de familias ensambladas que logran una convivencia armónica, y una relación de la pareja que se fortalece. Pero diría que esto es caso por caso, imposible de generalizar”. El problema llega, dice, cuando alguno de los dos no quiere esta modalidad “cerca, pero no amontonados”.

“Es divertido, es como estar siempre de novios”

Luis Romerá (48) y Marcela López (43) viven en un edificio en Belgrano. El en el piso 10, y ella con sus dos hijos en el sexto. Uno de los departamentos, donde vive Marcela, lo compraron juntos;  el otro, donde vive Luis, lo alquilan. Se van de vacaciones todos juntos y, cuando los chicos no están, Luis duerme con Marcela en la casa de ella o en la de él. “Es como estar siempre de novios”, definen acerca de la relación que tienen hace cinco años.

“Implementamos este sistema al año de habernos mudado juntos. Los dos tenemos hijos de otros matrimonios, pero no en común. Nos conocimos y enseguida quisimos convivir, así que primero yo me mudé a su casa. Pero los chicos estaban en una edad difícil, tanto los míos como los de ella, y hacía difícil la convivencia diaria”, cuenta Luis. Luego de consultar con psicólogos, decidieron que lo mejor sería mudarse, para priorizar el vínculo de los chicos.

Como no querían dejar de vivir juntos, una vez que vendieron la casa de Marcela, y compraron el departamento, encontraron la solución: cuando el portero les avisó que había otro en alquiler no lo dudaron. “Es divertido esto de subir y bajar; además hacemos cosas cotidianas juntos: las compras del supermercado, los pagos de las cuentas, por ahora nos funciona bien”.

A un piso de distancia

“Se dio todo naturalmente y surgió la posibilidad de alquilar un departamento en el edificio. Veníamos pensando y creemos que lo mejor es estar juntos pero no revueltos”, decía Jorge Rial en una entrevista con Teleshow, contando la decisión que tomaron con su pareja, Romina Pereiro, de vivir juntos pero cada uno en su casa.

Así, el conductor de Intrusos se sumó a la tendencia LTA, a la que ya apostaron  otros famosos como Marcelo Tinelli y Guillermina Valdes.

En el caso de Rial, vivirán a un piso de distancia, cada uno con sus hijas. “Igual vamos a pasar gran parte del día juntos, dormir juntos, veremos cómo y dónde. Queremos estar juntos, y esta es la manera de encontrarnos. Me parece lo más inteligente, ya venimos de matrimonios, convivencias, y lo mejor es esto, una familia ensamblada con sus espacios”. Así, sostuvo, pueden preservar los espacios y libertades de cada uno. “Ensamblar la familia no es fácil, los dos tenemos dos hijas y de distintas edades”, dijo.