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Buscando soluciones

“Fraude si no gano”

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Fraude. Si fuera tan simple, nos encontraríamos con telegramas hacia los centros de cómputos. | NA

A horas de que los argentinos definamos quién será el próximo presidente, el equipo de Milei comenzó a agitar el fantasma de un posible fraude. Incluyó no solo a la escudería opositora, sino también a la Gendarmería, con la idea de que miembros de esta fuerza, una vez que llevan las urnas para entregarlas a la Justicia Electoral, cambian las actas y hasta los votos. Si realizar un fraude electoral fuera tan simple, en todas las elecciones nos encontraríamos con telegramas que salen desde las escuelas hacia los centros de cómputos, con actas con las que se realiza el cómputo provisorio, y luego en el recuento definitivo nos encontraríamos con datos fuertemente diferentes. No hay antecedentes, desde que volvió la democracia, de que tal cosa suceda en nuestro país.

Además de esta denuncia, LLA ha decidido que en las urnas estará solo un porcentaje de las boletas necesarias, el resto lo llevarán sus fiscales de mesa. Habrá que preguntarse si tendrá fiscales de mesa en todas las mesas, porque en caso de no tenerlos, el presidente de mesa no puede resolver el problema, excepto que la idea sea intentar parar la elección en los lugares en que ello suceda. No sabemos cuán ajustado u holgado puede ser el triunfo de quien sea elegido como el próximo presidente, pero es como si Milei estuviera diciendo: “O yo gano o me hicieron fraude”.

La pobreza, la inseguridad, son problemas que la democracia no ha podido solucionar

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Pensemos un momento en qué sucedió en las elecciones de 2015, en donde la diferencia final entre Macri y Scioli estuvo dentro del error estadístico de cualquier encuesta. Allí, el oficialismo podría haber intentado hacer lo que sugiere Milei. Era un oficialismo mucho más fuerte que el actual. Dominaba más provincias, el gobierno contaba con más simpatizantes, más acompañamiento social, y sin embargo ganó Macri, y no recuerdo que este haya realizado denuncias formales ante la Justicia sobre que si él no ganaba sería porque le habían hecho fraude. Me cuesta imaginar un escenario en donde durante toda la tarde del domingo escuchemos denuncias de fraude, de falta de boletas, de no cobertura de mesas por parte de fiscales. Sería poner un manto de duda sobre cómo funciona en nuestro país el sistema electoral y poner en duda la legitimidad del presidente si el libertario no resultara vencedor. Como dice Marta Lagos, directora de Latinobarómetro, los argentinos son, en América Latina, los principales reivindicadores del sistema democrático, al tiempo que son parte de quienes más cuestionan los frutos del mismo.

La crisis económica, la pobreza, la inseguridad, son problemas que la democracia no ha podido solucionar. Lejos quedó el sueño de Alfonsín de que con la democracia se come, se educa y se cura. Pero esto es parte de la actual discusión que afrontamos.

Si se le da una chance a Massa de rectificar los errores del actual gobierno o se decide ir hacia un cambio fuerte y duro. Si se corren los riesgos de que alguien sin experiencia alguna en la gestión tome el mando del país, o lo tome alguien con vasta experiencia pero que, como él mismo dice, en treinta años ha tenido errores y aciertos. Veremos qué vence, si el miedo a lo desconocido o la bronca ante lo conocido.

El gato doma al león

Esa es una parte de la discusión, pero la misma viene envuelta en lo que Milei llama la batalla cultural. Esto implica si vamos a discutir los avances de la democracia sobre el autoritarismo y la dictadura, o avanzamos para resolver los problemas del futuro. Cuando Kirchner reinstaló la discusión sobre lo acontecido durante la dictadura militar, reavivó lo que parecía olvidado. Hasta llegó a decir que solo su gobierno había puesto la mira sobre el tema derechos humanos, olvidándose del juicio a las juntas. Luego debió pedirle disculpas a Alfonsín y homenajearlo.

Ahora pareciera que estamos intentando volver a esa discusión, pero en sentido inverso. Cuestionando todo lo hecho en materia de derechos humanos en cuarenta años de democracia. Si Milei se ocupa de lo económico, pareciera que Villarruel será la encargada de volver sobre los 70. Esperemos que el domingo sea un día de alegría democrática y que, en el país que viene, no vuelvan viejas antinomias, sino soluciones para un mejor futuro.

*Consultor político.