CULTURA
ARTE, PROVOCACIÓN Y CRIMEN

50 años del asesinato de Pier Paolo Pasolini: misterio, brutalidad y una obra monumental

Se cumple medio siglo de la muerte de Pier Paolo Pasolini, el cineasta y escritor italiano que revolucionó la cultura con su mirada crítica y provocadora. Su asesinato, lleno de contradicciones y teorías sin resolver, sigue siendo uno de los enigmas más impactantes de la historia reciente.

Incónico: el cineasta y escritor Pier Paolo Pasolini
Incónico: el cineasta y escritor Pier Paolo Pasolini | CEDOC

Madrugada del domingo 2 de noviembre de 1975: en Ostia, en las afueras de Roma, el cadáver de Pier Paolo Pasolini aparece destrozado sobre la arena, al borde de una playa oscura. Dos horas antes, su Alfa Romeo GT 1300 Junior color azul había sido detenido en el centro de la capital italiana por circular a exceso de velocidad. A bordo iba un joven de 17 años con antecedentes de estafa: Giuseppe “Pino” Pelosi.

La escena de horror estaba montada sobre una bellísima arquitectura romana antigua. El aire frío de noviembre tenía un olor salino mezclado con el aroma metálico de la sangre. De fondo, se escuchaba el rugido de olas pequeñas, y la brisa húmeda hacía que la arena crujiera bajo los pasos de los primeros investigadores que llegaban al lugar.

La luz amarillenta de los faroles de las veredas exponían los golpes y las quemaduras parciales sobre lo que había sido la humanidad de Pasolini. El silencio de los carabinieri era pesado, casi táctil. Nadie en Ostia había presenciado algo semejante: el crimen parecía más un acto de venganza teatral que un encuentro fortuito.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Pasolini, el centenario de un ‘gurú’

Los primeros periodistas en conocer la noticia, alertados por gargantas profundas policiales, marcharon rápidamente hacia la pequeña localidad costera con el pulso acelerado y los cuadernos temblando en las manos. Todavía era de noche.

Pier Paolo Pasolini en la playa de Ostia, donde sería asesinado
Pier Paolo Pasolini en la playa de Ostia, donde sería asesinado

Las cafeterías nocturnas se llenaron de susurros sobre “un asesinato incomprensible”. Las fuerzas de seguridad acordonaron las calles y entrevistaron a testigos. La mayoría sólo hablaron de sombras, murmullos y un fuerte rechinar de neumáticos. No hubo gritos.

La incredulidad se mezclaba con el miedo entre los vecinos: ¿cómo un hombre podía haber caído víctima de semejante brutalidad? En cambio, entre los carabinieri, surgió de inmediato la duda principal, la que perduraría durante décadas: ¿cómo Pelosi, podía haber ejecutado él sólo la violencia que mostraba la escena?.

¿Por qué leemos sobre Pier Paolo Pasolini?

Mientras tanto, el Alfa Romeo de Pasolini, detenido unos kilómetros más al centro de la ciudad, permanecía como testigo mudo del caos. Sus llantas brillaban bajo la luz de la calle y el capó abierto parecía un reproche silencioso.

La historia oficial apuntaría a un crimen pasional y espontáneo, pero los indicios que aparecerían luego hablarían de algo más oscuro y organizado, de una sombra que se movía entre la política, el poder y la intolerancia social que Pasolini había denunciado en cada una de sus obras.

Las sombras de Ostia: la investigación del asesinato de Paolo Pier Pasolini

La investigación del asesinato de Pier Paolo Pasolini fue un laberinto oscuro. Un territorio donde las pruebas y las declaraciones se mezclaron con rumores y cada indicio multiplicó las preguntas más que acercar cualquier tipo de certeza.

Desde el primer momento, la policía y los forenses se enfrentaron a contradicciones que desafiaban la lógica. La playa de Ostia, en la madrugada de aquel 2 de noviembre de 1975, había quedado marcada por rastros de neumáticos sobre la arena húmeda, por manchas de sangre que hablaban de una violencia desmedida y por gran cantidad de objetos dispersos.

Durante las primeras horas de las pesquisas, el viento salino convertía cada sombra en una amenaza y cada paso en un acto de descubrimiento. Más tarde, el cuerpo policial italiano sería acusado de no haber conservado la escena correctamente.

El caso Pasolini

Giuseppe “Pino” Pelosi, detenido mientras conducía el vehículo de Pasolini, no demoró en vincularse con el crimen del escritor y cineasta. Adolescente y marginal, con antecedentes de estafa, confesó inmediatamente un relato que parecía querer cerrar el caso: la muerte de Pasolini habría sido el resultado de un enfrentamiento durante un encuentro sexual.

Pero la escena contaba otra historia. El cuerpo mostraba fracturas múltiples, golpes reiterados, estallamiento de los testículos debido a lo que parecía ser una barra de metal y signos de arrastre sobre la arena. La violencia excedía lo imaginable para un joven sólo.

Pier Paolo Pasolini
Pier Paolo Pasolini fue asesinado durante la madrugada del 2 de noviembre de 1975

Además, el cuerpo presentaba quemaduras parciales, que luego se sabría fueron ocasionadas por el uso de gasolina, y la precisión de ciertos golpes indicaban un nivel de saña que sugería planificación y la intervención de manos adicionales. Quizás profesionales.

El timón de Pasolini abre las aguas

Los interrogatorios a familiares, amigos y colegas revelaron un clima de tensión previo al crimen. Algunos recordaban que Pasolini había recibido amenazas, que denunció persecuciones, y que hablaba de miradas que lo seguían, de encuentros inquietantes con personas desconocidas.

El Alfa Romeo GT 1300 Junior azul, detenido horas antes cerca del centro de Roma, continuaba como un testigo mudo de la tragedia: no se le realizaron pericias hasta muchos meses después, lo que advertía sobre una impunidad que se aproximaba.

A medida que avanzaba la investigación, las inconsistencias se multiplicaron. Las huellas recogidas en la arena y en los objetos dispersos no coincidían con las de Pelosi, y la ausencia de signos que corroboraran su versión alimentaba la sospecha de que había terceros implicados.

A cien años del nacimiento de Pier Paolo Pasolini

Los investigadores comenzaron entonces a contemplar escenarios que iban más allá de un crimen pasional: represalias culturales, ajustes de cuentas políticos, e incluso la intervención de la mafia italiana, grupo con suficientes recursos para planificar un asesinato que dejara a todos sin respuestas claras.

Pier Paolo Pasolini junto al Alfa Romeo azul en el cual sería asesinado
Pier Paolo Pasolini junto a su Alfa Romeo azul en el cual sería asesinado

Sin embargo, ante la falta de pruebas, la justicia italiana optó por el camino más “viable”: envió a juicio a Pelosi, quien terminó condenado a nueve años y medio de cárcel por homicidio voluntario. No cerró la controversia.

Con los años, el relato de Pelosi cambió. En 2005, tres décadas después del crimen, la justicia italiana intentó reabrir la causa tras nuevas declaraciones del condenado, quien aseguró que no había actuado solo y que tres hombres encapuchados participaron en el ataque con motivaciones políticas.

Salvar a Pasolini

La tecnología había avanzado, y estudios de ADN sobre restos de la escena reforzaron la idea de terceros no identificados. Sin embargo, la falta de pruebas concluyentes volvió a bloquear la investigación, y dejó el caso en un limbo judicial. El murmullo urbano continuó hablando de la participación de la mafia e incluso de sectores políticos de la Italia de la década del 70.

Los investigadores de entonces y los estudios posteriores concluyeron que el asesinato de Pasolini no podía reducirse a un solo móvil. La brutalidad del crimen, la evidencia de intimidación previa y la magnitud de las heridas sugerían un entramado más complejo, un acto cargado de mensajes ocultos y represalias simbólicas.

Ostia, escenario del asesinato, quedó marcada para siempre por un silencio inquietante y una sombra que, aún hoy, recorre sus playas cada noche. Hasta hoy, nadie puede afirmar con certeza quiénes estuvieron realmente detrás de aquel acto brutal ni cuáles fueron sus motivaciones.

Pasolini en Matera

Pasolini: el provocador inmortal

Pier Paolo Pasolini no era un hombre cualquiera. Su obra literaria y cinematográfica desafiaba la moral y las convenciones de la Italia de los años setenta. Desde “Ragazzi di vita” (1955) hasta “Saló” o “Los 120 días de Sodoma” (1975), su mirada exploraba los márgenes de la sociedad, la marginalidad, la violencia y la decadencia moral. “Accattone”, “Mamma Roma”, “Teorema”, “Las mil y una noches”: cada película era un golpe poético y político, un retrato descarnado de las contradicciones de su tiempo.

Como intelectual comprometido y comunista, y a la vez hombre abiertamente homosexual, Pasolini era un blanco constante de duras críticas, tanto de la derecha conservadora como de la misma izquierda (fue expulsado del Partido Comunista Italiano por considerar que la homosexualidad era “un desvío burgués”) que no compartían su método provocador.

Se publican ensayos sobre cine de Pier Paolo Pasolini

Sus amigos y allegados lo recuerdan caminando por Roma en largas tardes, fumando, con la mirada perdida en las luces de la ciudad, siempre discutiendo sobre política y cultura, apasionado, irónico, a veces dolorosamente consciente de su vulnerabilidad frente a la sociedad que lo miraba con desdén.

En sus últimos días, confesaría a algunas amistades que “estamos todos en peligro”. Esa frase resonaría para siempre como un presagio sombrío de su destino final.

Pier Paolo Pasolini frente a la tumba de Antonio Gramsci
Pier Paolo Pasolini frente a la tumba de Antonio Gramsci

Pier Paolo Pasolini: su obra como poeta

La poesía de Pasolini constituye un registro íntimo y social de su mundo. Sus versos, publicados en friulano (lengua romance emparentada con el italiano, el ladino y el occitano originaria de la región de Friuli) y en italiano, capturan la vida cotidiana de los marginados, los jóvenes de barrios pobres y la marginalidad de la Roma urbana y provinciana.

En “La meglio gioventù”, por ejemplo, sus palabras muestran una mezcla de lirismo y crudeza, donde cada imagen evoca el dolor y la belleza de la existencia, desde las calles de la periferia hasta los campos silenciosos de su Friuli natal.

La fuerza de su poesía radica en la combinación de observación crítica y sensibilidad: Pasolini no solo describe, sino que penetra en la psique de sus personajes, reconstruyendo sensaciones y emociones que son al mismo tiempo universales y profundamente personales.

Se publica un nuevo libro de Dacia Maraini sobre Pier Paolo Pasolini

Cada poema es un testimonio, un grito de denuncia ante la injusticia y la indiferencia social, y al mismo tiempo una celebración de la vida, de la juventud y de los gestos simples que permanecen de pie frente a la violencia del mundo.

Además, la poesía fue un espacio de experimentación lingüística. Su uso del friulano y del italiano popular reflejaba su intención de dar voz a quienes no la tenían, de reivindicar la riqueza de las lenguas locales y su capacidad para expresar verdades que el italiano formal a menudo no podía abarcar. En este sentido, su poesía es un acto político y estético al mismo tiempo, un equilibrio entre la denuncia y la creación literaria.

Pier Paolo Pasolini: el escritor

Como novelista y ensayista, Pasolini también desplegó su mirada crítica y analítica sobre la sociedad italiana. “Ragazzi di vita” y “Una vida violenta” exploran la marginalidad, la pobreza y las relaciones humanas en la Roma urbana, mostrando con detalle los conflictos, sueños y frustraciones de sus protagonistas.

Cada historia es una apelación directa, sin concesiones a la sensibilidad de los lectores: la brutalidad, la inocencia y la corrupción conviven en cada página, interpelan al lector a conocer lo que prefiere desconocer.

Le ceneri di Gramsci - Pier Paolo Pasolini
Pier Paolo Pasolini posando junto a una copia de "Le ceneri di Gramsci"

Sus ensayos y sus numerosas columnas periodísticas reflejan el compromiso intelectual y político que caracterizó su vida. Libros como “Escritos corsarios” y sus colaboraciones en Corriere della Sera o Il Mondo mostraban su crítica a la Iglesia, la burguesía y los partidos políticos, con un estilo incisivo, provocador y reflexivo. Pasolini siempre combinó análisis con estilo literario, convirtiendo la reflexión política en literatura viva.

Pasolini: radical como ninguno

Además, su prosa revela un ojo clínico para los detalles, un oído atento a la cadencia del habla popular y una sensibilidad excepcional hacia los matices de la vida urbana e íntima.

Aún hoy, sus textos mantienen una vigencia notable, por sus preocupaciones sobre la alienación, la marginalidad y la violencia social que siguen resonando y más vigentes que nunca medio siglo después de su muerte.

Pier Paolo Pasolini: el cineasta de culto

En este campo es en el que Pasolini encontró, quizás, su herramienta más poderosa. Desde “Accattone” (1961) hasta “Saló” (1975), el artista combinó el neorrealismo (movimiento cinematográfico surgido en Italia tras la Segunda Guerra Mundial caracterizado por mostrar la vida cotidiana y las dificultades del pueblo, con un estilo realista, austero y socialmente comprometido) con un lirismo visual y simbólico que lo convirtió en un cineasta de culto.

Sus películas exploran, al igual que su obra literaria, la marginalidad, la sexualidad, la represión y la corrupción con un enfoque audaz y radical. “Mamma Roma”, por ejemplo, muestra la lucha de una madre por superar la pobreza; “Teorema” examina el efecto devastador de un extraño en la familia burguesa; y su versión cinematográfica de “Las mil y una noches” ofrece un caleidoscopio de narrativas sensoriales y mitológicas.

Su último film, “Saló”, fue un escándalo desde su estreno. Con una violencia explícita y una crítica despiadada al poder, la película anticipó la brutalidad que marcaría sus últimos días.

Aparece en castellano un libro de cartas de Dacia Maraini dirigidas a su amigo Pasolini

El cine de Pasolini no buscaba el entretenimiento: buscaba la reflexión, la confrontación y la provocación. Era arte. Su capacidad para combinar estética, política y moral lo convirtieron en un autor único, cuya obra sigue desafiando, fascinando y, sobre todo, incomodando al público contemporáneo.

Además, su mirada cinematográfica era profundamente ética y estética: cada plano estaba pensado para cuestionar, confrontar y generar conciencia sobre los mecanismos de opresión y dominación en la sociedad.

La claridad poética de sus imágenes y la densidad simbólica de sus narrativas lo posicionan como un maestro indiscutible del cine europeo y mundial, cuya influencia atraviesa generaciones de cineastas y críticos.

El jugador de lo imprevisto

Legado y memoria de Pier Paolo Pasolini

A pesar de la brutalidad de su muerte, la obra de Pasolini sobrevivió y creció en relevancia. Sus poemas, novelas, ensayos y películas continúan siendo estudiados, analizados y admirados.

Cada plano de Saló, cada verso escrito, cada columna periodística es un testimonio de resistencia frente al poder y de crítica a la sociedad. Su nombre es símbolo de libertad artística y de lucha por la verdad, y cincuenta años después sigue despertando admiración, pero también debate.

En el campo de la cultura popular, las referencias a Pasolini son interminables. Desde canciones y bandas de rock nombradas en su honor, hasta películas, documentales y homenajes institucionales, su figura sigue irradiando una influencia transversal.

El sueño de una vida irrepetible

La banda argentina “Pasolinis”, liderada por Nacho Marciano, adoptó su nombre en tributo directo al cineasta y poeta italiano, evidenciando cómo su legado aún interpela a generaciones contemporáneas. En esa misma línea, el Ente Cultural de Tucumán y el Istituto Italiano di Cultura de Córdoba organizaron el "Ciclo de Cine Centenario Pasolini", dedicado al maestro del cine italiano en conmemoración de los 100 años de su nacimiento.

Pier Paolo Pasolini durante el rodaje de
Pier Paolo Pasolini durante el rodaje de "Saló", su última película

A nivel internacional, las evocaciones son igualmente vastas. El disco “Songs For A Child: A Tribute To Pier Paolo Pasolini”, publicado por el sello italiano Rustblade, reunió a diversos artistas europeos en un homenaje musical que refleja la persistencia de su mito.

El realizador Abel Ferrara lo retrató en el filme biográfico "Pasolini" (2014), con Willem Dafoe en el papel del intelectual perseguido y visionario. Poetas, músicos y cineastas —desde Francesco De Gregori, autor de la canción “A Pà”, hasta documentalistas como Ivo Barnabò Micheli o Luca Peretti— continúan revisitando su figura, símbolo de la disidencia estética y política del siglo XX.

Se reabre la causa de Pier Paolo Pasolini

Mientras tanto, a pocos kilómetros de Roma, en las playas de Ostia, todavía parece escucharse el eco de aquella madrugada fatal: el crujido de la arena bajo pasos temblorosos, el viento de mar que arrastra recuerdos, y un silencio cargado de preguntas que jamás encontraron respuesta.

El asesinato de Pier Paolo Pasolini no es solo un enigma judicial: también es un testimonio de la fragilidad de la vida frente al poder, de los riesgos que conlleva la genialidad y la provocación, y de cómo una obra puede perdurar mucho más allá de la muerte de su autor. En cualquier caso, Pasolini, el poeta de las ruinas y de los cuerpos, continúa habitando el imaginario cultural mundial.

Extracto del poema "Al Príncipe", de Pier Paolo Pasolini

Si vuelve el sol, si desciende la tarde,
si la noche tiene un sabor de noches futuras,
si una tarde de lluvia parece volver
de tiempos tan amados y nunca del todo poseídos,
ya no soy feliz de gozarlos o sufrirlos:
no siento ya, frente a mí, toda la vida.

NG/MU