ECONOMIA
ENTREVISTA EXCLUSIVA

El heredero de Kiyosaki impulsa la libertad financiera para "salir del círculo de trabajar, ganar un sueldo y gastarlo todo”

En diálogo con PERFIL, Fernando González presentó su nuevo libro "Del Miedo a la Libertad". A su vez, analizó la crisis económica argentina y sostuvo que se trata de un "proceso cíclico" relacionado con "el populismo y la corrupción"

Fernando González, autor del libro "Del Miedo A La Libertad: De 9-5 Paga Tus Gastos y De 6-10 Construyes Tu Imperio".
Fernando González, autor del libro "Del Miedo A La Libertad: De 9-5 Paga Tus Gastos y De 6-10 Construyes Tu Imperio". | Gtlza. Prensa Fernando González

"No seas víctima de las circunstancias, sino el héroe de tu historia". Bajo este lema, Fernando González, el heredero de Robert Kiyosaki, que popularizó el célebre "Padre rico, padre pobre", habló con PERFIL sobre su último libro "Del Miedo a la Libertad: de 9:00 a 5:00 paga tus gastos y de 6:00 a 10:00 construyes tu imperio"; con el que, asegura, tiene la meta de enseñar las claves, de manera práctica, para “salir del círculo vicioso de trabajar, ganar un sueldo y gastarlo todo”. 

El experto en educación financiera es alumno de Robert Kiyosaki, reconocido empresario, inversor y autor de “Padre Rico, Padre Pobre”, uno de los libros de finanzas más vendidos del mundo, así como de Tony Robbins, especialista en desarrollo, finanzas y motivación personal.

Ahora, con un nuevo rol, ya no de pupilo sino de maestro, busca explicar la fórmula hacia la tan anhelada por muchos, principalmente en contextos de incertidumbre y crisis como la que atraviesa no solo el país sino también las diferentes naciones de la región, “libertad financiera”.

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Fernando González

En diálogo con PERFIL, el creador de activos y CEO de Rich Dad Latino presentó su nueva publicación. A su vez, analizó la crisis económica argentina, sostuvo que se trata de un “proceso cíclico” relacionado con "el populismo y la corrupción" y le deseó suerte al recientemente asumido Presidente de la Nación, Javier Milei“Necesitamos una Argentina próspera, porque eso es contagioso”, dijo.

Además, agregó: “La vida no se trata de ser de izquierda o de derecha, sino de ser felices. Si progresamos, seremos seres libres. Pero si dependemos de que alguien nos dé algo bajo la falsa promesa de tener éxito, seremos esclavos”.

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- ¿Qué te llevó a escribir “Del Miedo a la Libertad”?

- Lo que me llevó a escribir este libro es que cuando uno es capaz de solucionar un problema necesita compartirlo para que otras personas puedan beneficiarse de lo que uno ya logró superar. Para mí fue traumático ver a mi padre retirarse y que a los 88 años tuviera apenas 150 dólares. También que mi mamá, cuando él fallece, reciba 75, la mitad. Esa es la realidad actual de nuestro continente. Mucha gente depende de una pensión miserable de retiro. Lo que me impulsó fue el deseo de pasar un legado, de compartir herramientas útiles, para que la adversidad que vivimos los latinos sea el combustible del éxito.

Fernando González, autor del libro
"Del Miedo a la Libertad": el nuevo libro de Fernando González, el heredero de Robert KiyosakiCaption

- Esa situación que vivió tu padre, como bien mencionas, es muy común en América Latina. Hoy se puede ver en Argentina con los jubilados, con haber mínimo de $105 mil pesos, que es el ingreso de la gran mayoría de las personas mayores, en medio de una inflación que parece golpear cada vez más fuerte, y con distintos gobiernos que solo han sabido emparchar, por ejemplo, con bonos no remunerativos, que cuando no existen, llevan a la movilidad jubilatoria a un piso por debajo de la línea de la pobreza y apenas por arriba de la indigencia.

- Claro. Y uno ve que, de diferentes países, viajan a Argentina porque es muy barato en dólares. Y eso es porque es una economía colapsada. Es injusto que haya una mala distribución de la riqueza. Y esto es culpa del populismo, que nunca conduce a nada, a ningún camino favorable; todo lo contrario, trae más desigualdad, porque los capitales se van a otros países y el pobre se hace más pobre y el rico, más rico. La historia de siempre. El Estado es un pésimo administrador. El Estado debe ser un promotor de la libre empresa, para que genere empleo y dinamice la economía. Recibir bonos a cambio de nada es crear un aparato ineficiente, que a lo largo de la historia se ha visto que no funciona.

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- En tu libro catalogás al Estado como un “generador de corrupción”, afirmando que lo único que genera es pobreza a partir de no controlar la suba de precios, erosionar la moneda y no tener políticas efectivas para la contención social y la eliminación de la pobreza a nivel estructural. Entonces, a partir de esto, remarcás la importancia de la “independencia financiera” para la auto-sustentación y generación de riqueza. ¿Pero qué significa, concretamente, esto?

- La independencia financiera simboliza, en términos prácticos, tener la capacidad de solucionar problemas. En la economía moderna uno no se puede ver como un empleado, sino como una persona que ofrece un servicio. La receta de antes era estudiar para tener un trabajo seguro, invertir a largo plazo, comprar una casa y tener, en el futuro, una pensión. Hoy, esa es la receta de ‘Padre Pobre’, una para el desastre. El mundo es muy dinámico. Uno tiene que aprender a que el dinero trabaje para tí. Además es muy importante saber que uno no puede gastar más de lo que uno gana. Muchas veces nos endeudamos o llevamos una vida financiada por las tarjetas de crédito, que tienen intereses criminales, lo que nos hace caer en las garras del enemigo. Uno debe saber ajustarse el cinturón. Invertir el 30% o el 20% de los ingresos en un emprendimiento para que éstos puedan, el día de mañana, multiplicarse. Un aspecto más que importante es la autoeducación, salir de lo que impone el sistema educativo. Más allá de la importancia de la educación profesional, como es la universitaria, yo creo que esto es necesario para emprender. Mi vida cambió cuando cambié de mentor, de uno “falso” a uno “verdadero”. Por ejemplo, mi profesor de marketing me enseñaba 120 fórmulas y no tenía ningún negocio. Tenemos que contar con alguien que tenga éxito y que nos enseñe aquello que hace diariamente. Y para emprender hay que hacer tres cosas: solucionar un problema, saber quién es tu cliente y por qué te van a elegir a tí.

- Me quiero centrar en esto último. En plena era de la comunicación, con las redes sociales arraigadas en nuestra vida diaria hace ya varias décadas, se han proliferado las cuentas que tratan de dar asesoría financiera. Algunas con contenido elaborado e interesante, importantes principalmente para personas que quizás no tendrían acceso de otra manera a dichos conocimientos. Pero, como todo, con su contracara: el crecimiento de “falsos maestros”, tal como mencionas. ¿Cómo se los puede identificar?

- Hoy en día la tecnología ha hecho que el mundo sea muy pequeño. Entonces cuando alguien se presenta como un mentor, lo que uno tiene que hacer es buscar cuál es su experiencia. Si Fernando González se presenta como un mentor, cuál es la evidencia de que ello es así. Tú googleas y puedes dar con las raíces que tiene esa persona y saber si está investigado, por ejemplo, por cosas que no están bien. Lo que no hay que hacer es realizar una ‘compra emocional’. Uno tiene que corroborar antes. Así se puede desenmascarar “falsos maestros”. Las redes sociales muchas veces venden la gratificación instantánea. Eso no existe, uno tiene que pagar el precio al aprender. Ser bueno en algo toma, por lo menos, 10 mil horas de entrenamiento, algo así como 5 años. Los latinos subestimamos lo que podemos hacer en un año, imagináte en cinco. Somos muy cortoplacistas. Triunfar no es una respuesta académica, sino tener un proceso y una estructura.

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- Pero así como están los casos negativos, las redes sociales, al mismo tiempo, le han permitido a muchas personas conocer personas y aprender nuevos conocimientos que les han afectado de manera positiva. Por mencionar, está el caso de uno de tus mentores, Tony Robbins, que, aunque ya tenía popularidad, se dio a conocer masivamente con I’M Not Your Gurú, uno de los documentales más vistos en la historia de Netflix. Eso para mucha gente puede ser inspiradora. Y tuvo lugar a partir de las plataformas digitales.

- Totalmente. Está en nuestras manos elegir quiénes son nuestros consejeros. Tuve el honor de ser entrenado, durante muchos años, por Tony (Robbins). De hecho, yo estaba en Hawai con él cuando tuvo lugar el fatídico 11 de septiembre del 2001. Él te cambia la mentalidad. Lo peor que uno puede hacer es vivir asustado, el miedo es un obstáculo para tener éxito en la vida, y yo fui donde él porque tenía miedo a ser un fracasado, un mediocre, de no ser suficiente para mi familia. Él me sacó todo eso de la cabeza. Lo que hace es extraordinario, cambió la vida de millones en el planeta y bien vale resaltarlo.

Fernando González
Fernando González y Tony Robbins

- Y vos tenés como maestro también a Robert Kiyosaki, autor de “Padre Rico, Padre Pobre”, de quién sos su representante a nivel hablahispana hace más de 26 años. ¿Qué te inspiró de él y su obra?

- Yo normalmente me pasaba entre dos y tres años para finalizar un libro, era perezoso. Pero cuando mi esposa me regaló “Padre Rico, Padre Pobre”, me lo devoré en cinco días. Y al sexto le estaba dando la segunda vuelta. Tenía la sensación de que me lo había escrito solo a mí, desarrollé mucha intimidad. Entonces, una vez que lo finalicé, justo me llegó por correo una invitación para un evento que hacía Robert allá por 1998 en Phoenix, Arizona, en Estados Unidos. Sin pensarlo, me subí al avión y fuí. Aún recuerdo que la primera noche no pude dormir de la emoción. Lo que más me impresionó es que era conocimiento práctico y simple. Así aprendí y sigo siendo su alumno después de 26 años. Hemos recorrido toda Latinoamérica y tenido el placer de estar en Argentina con el expresidente Mauricio Macri. Robert (Kiyosaki) enseña desde la experiencia y eso es lo que busco aplicar yo. 

Fernando González
Fernando González junto a Robert Kiyosaki, su mentor

- ¿Y cómo te toca este rol, con "Del Miedo a la Libertad”, ya no de alumno, sino de maestro de otras personas, en la búsqueda de que alguien que consiga tu libro sienta lo mismo que vos el día que empezaste a adentrarte en las páginas de “Padre Rico, Padre Pobre”?

- Es una gran responsabilidad cuando la gente hace un esfuerzo y deposita su confianza en tí. Para decir ‘misión cumplida’ uno tiene que entregar más valor del que la gente espera recibir, prometer menos y entregar más, y eso lo aprendí de Robert. Cada día que pasa me entreno más con él, nos juntamos todos los jueves, siempre enfocados en que los emprendedores tengan cada vez más. Uno tiene que ser ético, moral y legal. No hay que vender humo, sino decirles las cosas claras a la gente y entregarles las herramientas para que ellos puedan tener éxito en lo que están haciendo. Eso es generar prosperidad, libertad. Y si un emprendedor crece, mejora un barrio, mejora una comunidad y mejora un país. Los latinos somos trabajadores, pero si no nos preparamos llegamos a viejos y, otra vez, volvemos a depender de una pensión miserable de retiro. Y eso no puede pasar.

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- ¿Pero cómo se puede crecer y ser independiente en medio de un contexto adverso, un marco de inflación como el que se vive, por mencionar, en Argentina, con un IPC que solo en diciembre tuvo un alza del 25,5%, lo que llevó al acumulado anual al 211,4%, uno de los registros más altos de todo el mundo? 

- Si uno quiere saber cómo va a ser el futuro, tiene que conocer la historia. Yo he tenido la suerte de navegar en el Ara Almirante Irizar cuando era Oficial de Marina en mi Perú natal e ir a la Antártida, invitado por el Estado argentino. Ya en esa época, te estoy hablando de 1993, iba con 25 dólares y tenía desayuno incluído porque salía todo baratísimo, porque la moneda estaba devaluada. Es decir, lo que está pasando ahora ya ha pasado antes. Entonces tenemos que aprender de nuestros errores. La otra base de todo es la productividad; el sistema educativo tiene que darle a la gente la posibilidad de que sea autosuficiente, eso quiere decir que aprendan a ganar más y gastar menos. Ahora la tecnología te permite venderle algo no solo a los argentinos sino a todo el planeta. Conectar a la gente en vez de dar bonos o discursos populistas. Eso tiene que acabar. El Estado tiene que ser eficiente e insertar a la Argentina en la nueva economía. Latinoamérica es rica, repleta de recursos, pero tiene un pobre sistema educativo y gobiernos corruptos, con personas que solo quieren entrar al Estado para robarse sus arcas. Tiene que haber menos populismo y más acción. Cuando uno le ofrece a la gente la ilusión de que, sin ser productivos, vas a tener una buena calidad de vida, empieza el problema. Eso no existe. Tiene que haber esfuerzo, compromiso, dedicación. En lugar de bonos, el Estado debería dar buena educación. Pero si a las personas les hacen creer, falsamente, que su éxito estará basado en función de lo que el Estado le da, lo que se está haciendo ahí es crear dependencia. Esto es clave no solo en Argentina sino en Latinoamérica, solo hay que ver lo que pasa en Venezuela, Nicaragua y Cuba, por ejemplo. El populismo destruye el progreso, porque te ofrece ilusión a cambio de nada.

 

LR