El Gobierno cerró una nueva serie de acuerdos para sumar a Rusia a los socios estratégicos, pero a diferencia de China, el paso de Cristina Fernández por Moscú no sumó en cifras concretas. Más allá del acuerdo por Chihuido I, de la mano del empresario Eduardo Eurnekian, una obra que fue adjudicada el año pasado aunque el financiamiento de los casi U$S 2 mil millones todavía está en una negociación a la que se le puso plazo: debe resolverse antes de septiembre de este año.
Los acuerdos de cooperación nuclear fueron el plato fuerte por la experiencia rusa en el área, mientras que el anticipado acuerdo entre YPF y Gazprom quedó reducido a una carta de intención (ver página 22). Pese a que el ministro de Economía, Axel Kicillof, se sumó a la comitiva, no hubo números concretos de financiamiento ni swap con Rusia a la vista. La visita dejó acuerdos para financiar exportaciones entre el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) y el Banco Nación con una contraparte rusa, el Vnesheconombank.
“Algunos países que tienen problemas; visitan al señor Putin para pedirle dinero”, señaló Bart Pattyn, presidente de la empresa de análisis de riesgo Coface, que esta semana organizó una conferencia en Buenos Aires, que remarcó que en Rusia, sin embargo “el dinero está desapareciendo”. Para hacer frente a la depreciación de su moneda, el Kremlin liquidó US$ 70 mil millones de sus reservas, por lo que la Argentina se encontró con un panorama distinto al estimado cuando el ministro de Planificación, Julio De Vido, visitó el país en 2014 para perfilar los acuerdos. En ese momento, la promesa de comprarle más productos a la Argentina resonó fuerte. La ministra de Industria, Débora Giorgi, se ilusionó con reemplazar parte de los US$ 18 mil millones que Rusia le compró a la Unión Europea y que buscaba sustituir después de las sanciones recibidas por Putin. En 2014 el intercambio comercial entre Moscú y Buenos Aires alcanzó los US$ 2.120 millones.
La caída del rublo “tiene correlación con la caída del petróleo”, indicó el analista de riesgo sobre el país del que el 71% de las exportaciones dependen de los llamados “commodities duros”, como el petróleo y los minerales.
“El salario y el poder adquisitivo están bajando rápidamente. En el cuarto trimestre de 2014, Rusia tuvo crecimiento negativo de la inversión”, agregó Pattyn, que estimó que este año el PBI ruso caerá un 3%.