En 2018, el Consejo Federal de Educación aprobó los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios de Educación Digital, Programación y Robótica que deben incorporarse en todas las escuelas del país desde el nivel inicial hasta el nivel secundario. Desde entonces, los saberes digitales se constituyen como temas de enseñanza obligatoria, hecho que significa un nuevo reto para los docentes.
Frente a ello, la Universidad Pedagógica Nacional (UNIPE) recoge el actual desafío y brinda la especialización en Educación Mediada por Tecnologías de la Información y la Comunicación, una carrera de posgrado a distancia destinada a egresados de institutos de formación docente y profesionales universitarios que se desempeñan en la docencia.
La propuesta busca que los estudiantes puedan comprender los cambios socio-políticos, culturales y tecnológicos que inciden en el ámbito de las instituciones educativas y en las prácticas pedagógicas, además de organizar, desarrollar, gestionar y evaluar programas con inclusión de TICs para las modalidades presenciales y a distancia, entre otras metas.
Para profundizar acerca de la importancia de esta oferta académica en el escenario de hoy, el suplemento Educación entrevistó al director de la especialización, Fernando Bordignon, quien además dirige el programa Más Allá de las Pantallas, una propuesta que trabaja saberes digitales con impresoras 3D, placas arduino, programación y robótica, en el marco del Laboratorio de Investigación y Formación en Nuevas Tecnologías Informáticas Aplicadas a la Educación (LabTIC) de la UNIPE.
¿Qué objetivos propone la UNIPE con la especialización?
La UNIPE se propone contribuir a la formación de docentes con saberes y habilidades que les permitan una adecuada apropiación, desarrollo y uso pedagógico de las TICs. Somos conscientes que estas herramientas enriquecen los procesos de enseñanza y de aprendizaje pero no mágicamente, sino a través de etapas previas de experimentación y reflexión que permitan a los docentes replantear sus propias prácticas.
Estamos transitando la segunda cohorte de la especialización con estudiantes de diversas provincias que participan activamente de la construcción de nuevos conocimientos, tratando de establecer una relación virtuosa con los denominados “saberes digitales”, los cuales, por primera vez, han sido acordados por el Consejo Federal de Educación en setiembre de 2018 a partir de la resolución denominada “Núcleos de Aprendizaje Prioritario de Educación Digital, Programación y Robótica”. Es un compromiso y un desafío para nosotros, como institución formadora de docentes, porque la resolución mencionada indica que tales saberes digitales comenzarán a ser temas de enseñanza obligatoria en todos los establecimientos del país (nivel inicial, primario y secundario). Lo que involucra y lleva a repensar acciones educativas en distintas dimensiones (currículum, recursos didácticos, metodologías, capacitación y formación, entre las principales).
-¿Considera que los avances tecnológicos son aliados de los docentes en el aula?
Estamos atravesando una etapa compleja. Con nuevos conocimientos que surgen de manera acelerada, con tensiones importantes entre países y entre corporaciones y países, con un avance importante de la mercantilización sobre distintos espacios y en particular sobre los bienes comunes. Estos son sólo algunos ejemplos de situaciones que configuran nuestro presente. La escuela no es una institución aislada ni despreocupada de su tiempo, estas situaciones la interpelan a diario. Además, algunos le exigen respuestas urgentes, que deberían llegar primero desde otros espacios del Estado.
Comprender y utilizar de manera fluida la tecnología para usos propios es parte de las clases que se dictan en las aulas, porque ayuda a formar un ciudadano que comprenda de forma plena e interactúe con el mundo que le toca vivir. Si bien hay escuelas y docentes que van a un paso más lento, las nuevas formas de circulación de los saberes están generando un ambiente de aprendizaje más rico que les ayuda a avanzar en su relación con estos temas.
- Mucho se habla de que en el futuro algunos trabajos de hoy ya no existirán y que habrá otros nuevos. Si bien vamos hacia un paradigma de formación permanente, ¿la escuela tiene que preparar y brindar herramientas para los nuevos desafíos sin perder los pilares básicos de la educación más formal?
Si vamos a la esencia de la formación como una obligación del Estado, nos encontramos ante un objetivo principal doble. Por un lado, lograr que el ciudadano pueda ser una persona libre (en términos de Paulo Freire), que pueda leer, interpretar su realidad y actuar en consecuencia. Por otro lado, que pueda convivir y desarrollarse junto a otros. La educación tiene que lograr estos dos objetivos como base, y luego incorporar todos los temas y las áreas del conocimiento articulados con ellos, para darle sentido al acto educativo. Si por educación más formal entendemos no renunciar a estos principios, estamos de acuerdo con que no debe perderse. Asimismo, como mencioné antes, estamos en un mundo que ha cambiado significativamente su forma en las últimas cuatro o cinco décadas, a partir de la denominada sociedad informacional, y eso obliga a la escuela a revisar su propuestas formativas, como así también su “caja de herramientas” didácticas. Por otra parte, la realidad nos dice que estamos ante la emergencia de nuevos oficios y profesiones que aún son invisibles para el sector educativo.
-Para concluir, ¿el docente tiene que estar preparado para generar la mejor síntesis entre pizarrón y tics?
Si, no hay duda. El docente es el guía, el acompañante, el mentor en el camino de la construcción de conocimientos de los ciudadanos. El que le da sentido al acto educativo por más que millones de tutoriales y cursos en línea estén al alcance de la mano de las personas. Esa relación con el conocimiento, hoy sólo puede llevarla a cabo de manera exitosa para una nación la escuela como institución y el docente como profesional encargado.