Farrokh Bulsara, más conocido como Freddie Mercury, se destacó como uno de esos artistas únicos que solo emergen ocasionalmente. No solo poseía una de las voces más potentes y versátiles en la historia de la música popular, sino que también exhibía una personalidad arrolladora en el escenario, en marcado contraste con la timidez que, según aquellos que lo conocían bien, caracterizaba su vida privada. A pesar de su naturaleza reservada, no dejaba de participar en algunas de las fiestas más memorables.
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En este día, que marca el 32º aniversario de su fallecimiento debido al virus del VIH, recordamos algunas de las anécdotas más peculiares de su vida.
Una noche con Lady Di
Salir de fiesta con la princesa de Gales en los años 80 era una tarea casi imposible debido al constante acoso de los paparazzi a Lady Di, quien era una gran amiga de Freddie. Sin embargo, un ingenioso disfraz cambió las reglas del juego. En un día memorable de 1988, cuando Diana tenía 27 años, Freddie Mercury la transformó con una chaqueta militar, una gorra de cuero y unas gafas de sol. Juntos disfrutaron de una noche en el Royal Vauxhall Tavern, un conocido bar de la comunidad LGBTQ, y se divirtieron enormemente.
El bigote como velo de un trauma
El bigote de Freddie Mercury trascendía la mera estética. Detrás de ese distintivo facial, el cantante buscaba ocultar sus dientes, una fuente de complejo desde su infancia. Aunque siempre tuvo la intención de corregirlos, cuando finalmente pudo permitírselo, temió que la intervención afectara su asombrosa voz. No estaba completamente equivocado: gran parte del secreto de su habilidad vocal radicaba en la peculiar forma de su mandíbula y, sí, también en sus dientes. A veces, las aparentes adversidades pueden tener un lado positivo.
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El enigma en torno a sus restos mortales
A pesar de haber transcurrido 32 años desde su fallecimiento, el paradero de los restos mortales de Freddie Mercury sigue siendo un misterio. Mary Austin, su mejor amiga y confidente, heredó la mitad de su fortuna y la impresionante mansión de Kensington, escenario de muchos momentos memorables compartidos. También asumió la responsabilidad de custodiar las cenizas de Freddie sin revelar su ubicación, según el compromiso establecido. En una entrevista con el diario Daily Mail en 2013, Austin reveló que el líder de Queen "temía ser desenterrado. Le preocupaba que sus restos fueran robados por algún fan y simplemente quería descansar en paz". Aunque nunca confirmado, la hipótesis más plausible es que las cenizas fueron esparcidas en el Lago Lemán, en Suiza.
La celebración más extravagante de la historia
Según la leyenda, esta fue la fiesta más desenfrenada en la historia del rock. Después de un espectacular concierto en Nueva Orleans el 31 de octubre de 1978, Freddie Mercury y el publicista Bob Gibson organizaron un evento para 500 invitados en el Fairmont Hotel de la ciudad. Describirlo como un desenfreno sería quedarse corto: enanos con bandejas atadas en la cabeza sirviendo cocaína, camareros desnudos distribuyendo caviar y otras sustancias, guerreros zulúes ejecutando danzas tradicionales, strippers transexuales, mujeres con tangas y un servicio de sexo oral disponible para todos los invitados que pasaran por el baño.
El mejor concierto de la historia
Dicen que la calidad prevalece, incluso en la brevedad. Para numerosos aficionados, el pináculo de los conciertos reside en la actuación de Queen durante el Live Aid de 1986, un evento benéfico destinado a recaudar fondos para la lucha contra el sida. Este espectáculo incluyó también a destacadas figuras como Paul McCartney, Dire Straits, Sting y Phil Collins. Aunque la presentación apenas duró 21 minutos, Freddie Mercury y sus compañeros decidieron prepararse a fondo. Interpretaron la introducción de 'Bohemian Rhapsody', seguida de 'Radio Ga Ga', 'Hammer to Fall', 'Crazy Little Thing Called Love', 'We Will Rock You' y 'We Are the Champions'. Entre canciones, el líder de Queen exhibió un estado de forma excepcional, dejando un legado con sus gestos al público que perdurarían en la historia. "Fue el mejor día de nuestras vidas", declararía más tarde Brian May. Y lo fue para muchos de los presentes también.
JCCL