OPINIóN
II Parte

De Homo astronomus a un Homo cyberneticus 2.0

Qué es la noosfera y qué cumple Dios en el proceso creador.

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Galaxia | Cedoc Perfil

En mi nota previa sobre el proceso evolutivo de cientos de miles de años que va de Homo sapiens a Homo cyberneticus terminaba con la pregunta: ¿Y Dios cómo interviene en este proceso? Para intentar alguna respuesta me valgo de la ayuda de un compañero jesuita paleontólogo: Pierre Teilhard de Chardin. Debo confesar que me ha costado entender algunas de sus ideas y que su pensamiento discurre por la ciencia, la filosofía y la teología sin atenerse claramente al estatuto epistemológico de cada disciplina. Sin embargo, tiene muchas intuiciones que me ayudan a pensar la relación de Dios con el mundo, y cómo pensar a Dios mismo teniendo en cuenta la evolución cósmica, biológica, social y también tecnológica o artificial. Comparto con Teilhard una misma cosmovisión que tiene sus raíces en ese “aire de familia” que tenemos los jesuitas. En nuestra tradición tenemos un gran aprecio por las ciencias, a las que un buen número de nosotros hemos dedicado muchos esfuerzos. Fundamentalmente diría que creemos que Dios trabaja en el entramado más profundo de la historia cósmica acompañando y favoreciendo procesos evolutivos. Esta afirmación es del ámbito de la fe que no llego del todo a comprender pero que no es irracional. Se trata entonces de pensar a Dios y pensar su acción en el mundo.

La integración que Teilhard hace de los fenómenos geobiológicos con perspectivas filosóficas y espirituales dio como resultado el concepto de noosfera. Se trata de una "esfera del pensamiento humano" siguiente etapa evolutiva de la biosfera. Esta idea me ha llevado a pensar que puedan existir noosferas en exoplanetas con vida inteligente.

El universo seguirá existiendo después del final de la humanidad. No somos inmortales-transhumanistas.

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Considero que esta idea de Teilhard puede ser una clave de interpretación de la evolución post-biológica de Homo sapiens. El concepto de noosfera puede aplicarse a una especie de conciencia universal que con fatiga la humanidad ha adquirido. Por ejemplo, me refiero a los derechos humanos. La noosfera también comprende el pensamiento científico, cultural y religioso. La inteligencia artificial es parte de la noosfera hoy y es un paso sucesivo en el proceso evolutivo hacia Homo cyberneticus. Este proceso consta de luces y sombras y creo que Dios sigue acompañando y sosteniendo esta evolución post-biológica. Creo ser un optimista-realista en mi interpretación de la historia, mi esperanza no me impide reconocer los riesgos existenciales que amenazan a la humanidad. El universo seguirá existiendo después del final de la humanidad. No somos inmortales-transhumanistas. En algún momento deberemos enfrentar el final de nuestra existencia personal y colectiva. Sería bueno que reflexionáramos personal y colectivamente sobre este desenlace con realismo.

Para Teilhard, Homo sapiens sigue gestándose y su evolución no es ciega, sino que está orientada hacia el “punto omega”. Este proceso lleva a la plenitud del cosmos y de la humanidad en el Cristo universal cósmico. Dice Teilhard: “Creo que el cosmos es una evolución. Creo que la evolución tiende al espíritu. Creo que el espíritu se realiza en algo Personal. Creo que el Personal supremo es el Cristo-universal”. El Credo de Teilhard no se aleja demasiado de lo que San Pablo escribe en la carta a los Efesios: “Dios nos hizo conocer el misterio de su voluntad, conforme al designio misericordioso que estableció de antemano en Cristo, para que se cumpliera en la plenitud de los tiempos: reunir todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, bajo un solo jefe, que es Cristo”. Retomando la noción de Homo cyberneticus, para el cristiano Jesucristo es el verdadero timonel que orienta la nave del universo y simultáneamente es su destino final.