OPINIóN
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Justicia: pasos "sólidas"

El discurso del presidente Alberto Fernández en la Asamblea Legislativas. "Lo que necesitamos son transformaciones judiciales con una mirada feminista."

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Asamblea Legislativa en el Congreso de la Nación | CEDOC

Acaso lo mejor del discurso del presidente, diría un Roland Barthes, reconocido semiólogo francés, amigo del argentino Raúl Escari, fallecido hace pocos años, fue su desliz sintáctico: cuando anunció que daremos entre todes "pasos sólidas". Parte de lo que necesitamos son transformaciones judiciales con una mirada feminista, algo que involucra de lleno a los varones. El formalismo judicial es una forma astuta de cumplir "con las formas", pero dejando en el aire muchas demandas. Muchos reclamos legítimos, que nunca son resueltos. Diríamos que al lado del control de constitucionalidad y convencionalidad, habría que inventar hoy un "control" nuevo, que midiera la eficacia social, práctica, de lo resuelto. Seguramente este nuevo o tercer control que aquí se propone, pondría patas para arriba el aparato judicial, dominado hoy por el formalismo. Cuando se impugna judicialmente el sobreendeudamiento, se está buscando generar jurisprudencia para combatir la pobreza. El 90% de las denuncias que se hacen son archivadas. Necesitamos más "garantías". Más jueces. Más eficacia judicial. Más valentía. Más compromiso. Dar respuestas que hoy no damos. 

Las claves principales del discurso de Alberto Fernández en la Asamblea Legislativa

El Presidente acaba de anunciar la creación de un tribunal federal de garantías, centrado en reclamos de arbitrariedad, para circunscribir y optimizar el funcionamiento de nuestra Corte Suprema, hoy desbordada. El nombre es fundamental y puede ser lo que falta en un mundo donde el derecho procesal pasa a ser a la vez una trampa (procesalismo infinito, coartando y socavando de este modo la voluntad y la autonomía de los "procesados" ad eternum, esperando que tengan la guardia baja para poder pasar a ser "arrepentidos", forzados a declarar -"negociar"- contra sí mismos muchas veces, violando normas constitucionales básicas, algo que reconoció no solo Zaffaroni, sino también la otra vereda del penalismo argentino: Marcelo A. Sancinetti, en pocos temas parece haber acuerdos de fondo entre ambos penalistas argentinos, la inconstitucionalidad de la ley del arrepentido parece ser un punto de acuerdo, en cárceles "cableadas" en plena democracia constitucional...) y una falsa garantía de equidad, que no tenemos, porque muchos procesos son llevados adelante en plazos eternos y en muchos casos, sin resultados útiles para la ciudadanía que los demanda. Llega tarde. Y muchas veces, llega sin efecto. Llega mal.

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Las mujeres son las que pagan con su vida la inoperancia de la "Justicia"

Las mujeres son las que pagan con su vida la inoperancia de la "Justicia". Simbolismos formales, con los cuales nuestra "justicia" se contenta para adentro, quedan sin resultados para afuera. Hablar de "garantías" es hablar de debido proceso, pero también de derechos sociales no solo formales, declarativos, que suenan bien, sino plenamente operativos para todos, algo que tampoco tenemos, como reconoce Victor Abramobich en sus trabajos. Miles de pibes buscan en la "quema". Son chicos!. Es una grave inmoralidad, una tristeza imperdonable con esos pibes que revuelven la basura con 3 años. Pero eso no provoca un "escándalo" en el prime time de la TV. La pobreza se naturaliza. Hay que des-naturalizar la violencia que es un nene revolviendo la basural. Hay que hacer algo ya. 

Se declaran derechos que no se cumplen. Cumplirlos forzaría a nuestros jueces máximos a tomar decisiones muy serias, que no tienen en general ni de cerca el coraje de tomar. Pero hay doctrina constitucional suficiente, aquí y en todo el mundo. Solo hace falta animarse. Solo así la Argentina combatirá la pobreza masiva que hoy nos avergüenza.

La justicia se equivoca cuando no ve a la pobreza como un fenómeno criminal, que los involucra o debiera involucrarlos de lleno. ¡La pobreza los interpela! Los jueces pueden tomar decisiones. No lo hacen por miedo o porque quieren hacer "carrera judicial", como solía decir mi amigo el juez chileno recientemente fallecido Juan Guzman Tapia (justo es decir que nuestro presidente perdió una valiosa oportunidad en su reciente visita a Chile, la oportunidad de homenajear o mencionar siquiera a tan alto abogado, en una causa que hermana a nuestros pueblos, como es la defensa de los derechos humanos, naturalmente esto no le hubiera granjeado el aplauso de la UDI y los sectores conservadores, pero tampoco fue a buscar ese aplauso).

La idea expresada por el presidente resulta decisiva porque plantea lo que falta, sin atacar nada de lo que ya hay. Es la mejor forma de avanzar

La "carrera judicial" prostituye y anula el compromiso de los jueces. Un juez valiente, comprometido, disfuncional, puede ser una "amenaza" para un escenario donde domina la chatura y el acomodo, los dos laderos del "formalismo". De ese modo, no podrá convertirse nunca en un "colega" ni ir a jugar al tenis con sus pares. Pero pondrá sus decisiones en sintonía con los que esperan de los jueces hace siglos afuera del Palacio. La Justicia tiene que volver a decir algo que hoy no dice. Es fácil ponerse un traje y posar con solemnidad en una foto cortesana. Pero ese tiempo es un tiempo terminado. La Justicia tiene que dar respuestas. Tiene que dar derechos. 

La idea expresada por el presidente resulta decisiva porque plantea lo que falta, sin atacar nada de lo que ya hay. Es la mejor forma de avanzar, sin crear falsos antagonismos ni fantasmas de "colonización" o "ataques" a la Justicia. El "garantismo" necesita un tribunal para reordenar el castigadísimo sistema criminal y penal argentino, en general orientado a encarcelar pobres sin garantías ni derechos de ningún tipo, muchos de los cuales nacen y crecen con hambre. Ya el nombre del tribunal supone una toma de posición valiente. La Argentina necesita sin dudas un tribunal federal de garantías. Necesita "garantismo". Necesita garantías reales. Necesita derechos. Es la única forma de construir "seguridad", construir desarrollo, construyendo inclusión. Qué otra cosa puede significar entre nosotros la palabra "Justicia". Hay que dar pazos "sólidas". Hay mucho por hacer.