¿Alguna vez nos dejarán de contar el cuento de la buena timba? Con bonos argentinos prometiendo “a todo riesgo” retornos del 100% a un año, reservas drenando para contener al dólar y una economía real que no para de pauperizarse, acumulando año y medio de malas noticias consecutivas, los ejes discursivos de la semana pasaron por la repartición de culpas y responsabilidades, dejando en un segundo (pero indisimulable) plano el nudo de nuestros problemas. En el propio anuncio de Hernán Lacunza en el que se determinó la extensión de vencimientos de letras y el inicio de negociaciones por bonos y FMI, se destinó más de la mitad del tiempo a detenerse en excusar culpas y responsabilidades.
¿Dónde estamos parados y que escenarios pueden pensarse para nuestra economía en las próximas semanas? La economía argentina hoy se puede analizar en tres planos: el minuto a minuto de los mercados; la seguridad que pueda darse a las obligaciones financieras de corto plazo y, lo más importante, los efectos del actual escenario de extrema tensión en la golpeada economía real. Si bien podemos analizarlos por separado, estos planos se entremezclan. En esta columna buscamos explicar lo anunciado hoy, repasar el contexto de nuestras ultimas semanas y caracterizar los alcances y responsabilidades de los actores de peso.
Lacunza anunció que se planteará al FMI un "reperfilamiento de deuda sin quita"
Reperfilar, la palabra de moda
En primera medida, esta situación obliga al gobierno a salir de la siesta de los parches. Hasta el 10 de diciembre, por lo menos, Macri es Presidente y debe controlar el frente cambiario, monetario y real. En este contexto hay que entender medidas como la de limitar el financiamiento en pesos a firmas exportadoras para obligarlas a liquidar dólares anunciada hoy a la mañana, previamente a los anuncios de Lacunza sobre postergación de vencimientos. Lo cierto es que muchas de estas medidas de gobierno (como las de emergencia al bolsillo hace dos semanas) están llegando a destiempo, de forma improvisada, sin perspectivas de que tengan el impacto deseado.
Lo más interesante en este marco es lo anunciado por Lacunza hoy. El gobierno asume la responsabilidad sobre las dudas que arroja el programa financiero argentino y actúa en consecuencia, proponiendo reperfilar los vencimientos de deuda. Lo único certero es la postergación de pagos de vencimientos de Letes en manos de bancos y aseguradoras (menos del 10% del total), mientras que se planteó el envío al congreso de un proyecto para extender los plazos de vencimientos de deuda bajo legislación local, se anunció iniciar negociaciones para la deuda extranjera y el comienzo de negociaciones con el FMI por los vencimientos con el organismo.
El dato cierto que ya manejaba el gobierno es que la licitación de Letes y su renovación quedó prácticamente desierta. La extensión de plazos es la respuesta a no poder refinanciarse. No es lo ideal, pero era lo que se podía hacer dentro de lo lógico.Si bien la carga de estas postergaciones pesará en los primeros momentos de un eventual nuevo gobierno, esta señal era reclamada tanto por la oposición como por analistas: El trabajo de alivianar el horizonte financiero ES responsabilidad de este gobierno.
El desafío de Lacunza: renovar vencimientos por U$S1.600 millones en Letes
Tras sostener artificialmente el tipo de cambio con el apoyo del FMI y una política monetaria rígida que solo fue acumulando inconsistencias tras la corrida cambiaria del 2018, los 15 puntos de diferencia entre el Frente de Todos y el oficialismo en las PASO fueron el catalizador que reacomodó de un golpe al dólar y dio paso a la zozobra financiera. A su vez, esos 15 puntos son consecuencia del derrumbe del consumo, que acumula 15 meses de caída;del deteriorodel poder adquisitivo, 30% más bajo que en 2015; del aumento de la desocupación que hoy supera el 10% y el incremento de la pobreza, la cual se estimaba previa corrección cambiaria de agosto en torno al 35%.
Las primarias dejaron al desnudo la política económica con pies de barro del gobierno. El impacto de la diferencia hizo mella en los mercados, presionando al alza al dólar. Con herramientas económicas gastadas (tasa de interés que pierde efectividad para evitar dolarización, uso de reservas que emparcha pero no modifica confianza y un mercado de futuros que convalida valores que retroalimentan incertidumbre), las señales políticas de Mauricio Macri y Alberto Fernández conversando lograron estabilizar la semana pasada los nuevos pisos desde donde partir. Los acreedores y tenedores de títulos no tienen preferencias partidarias, sino vocación de cobro. En la medida que la política de certidumbre sobre la capacidad de pago argentina, se aplacan las ansiedades.
No obstante, la volatilidad de los mercados post PASO sigue siendo muy sensible. Las dudas que hay sobre la concreción del próximo desembolso del FMI le echan nafta a la incertidumbre transitoriamente amainada, repercutiendo en el precio de los bonos argentinos que están en niveles bajísimos, incrementando el riesgo país y poniéndole presión al dólar, que aguanta a fuerza de reservas sacrificadas: entre martes y miércoles el BCRA intervino con USD 669 millones. Esto sin contar las erogaciones por Letes no renovadas, rescate de bonos exigidos por bancos y el impacto de la devaluación del yuan en nuestra moneda. Con todo, la perdida bruta de reservas argentinas es de casi USD 10.000 MM y contando; mientras que las reservas netas y disponibles para contener corrida y vencimientos (ahora estirados) caen por debajo de los USD 20.000 MM.
Hernán Lacunza: "No hay que dejar tierra arrasada para que el que sigue deba empezar de nuevo"
En este contexto, las acciones y las palabras cobran mayor peso. Si bien es cierto que Alberto Fernández soloes un candidato y no cuenta con atributos para dar solución a los problemas expuestos, su palabra tiene el peso de ser la del candidato más votado, por lejos, en las PASO. En este sentido, la postura de señalar las inconsistencias del programa del FMI es correcta y hace a una estrategia lógica si tenemos en cuenta sus chances de ser Presidente; ese señalamiento es la base de una discusión profunda sobre los términos y condiciones del acuerdo y el re-perfilamiento de vencimientos que serán una pesadísima herencia para nuestra cuenta corriente y cuya patada inicial fue hoy dada por el gobierno. Al mismo tiempo, poner sobre la mesa la idea de que el FMI es corresponsable de la actual situación caótica de nuestra coyuntura económica es completamente acertado y verdadero. Un candidato a la presidencia no puede dejar de señalar estos innegables errores. Es esa su responsabilidad como candidato. Sin embargo, el exceso comunicacional de los trascendidos sobre la idea de “vacío de poder” en boca delos emisarios del Fondo es erróneo, por cuanto dicho impacto pesa en reservas. Reservas que serán necesarias en el próximo gobierno.
El gobierno, por su parte, agitando fantasmas en la comparación de la propuesta opositora con el régimen venezolano, con la apuesta permanente a la polarización en el discurso de sus referentes políticos y en la obstinación por terciarizar culpas y responsabilidades (con el ejemplo de aquella conferencia de prensa de Macri postpaso como todo lo que no hay que hacer) solo contribuye al incremento de la incertidumbre.
Por último, el FMI, la institución en la que Cambiemos tercerizó la conducción económica y hasta su propio destino es la voz responsable que faltaba ser oída desde las PASO.Que el Fondo haga el desembolso esperado de USD 5.400 MM por los resultados del segundo trimestre (que el gobierno asegura cumplidos debidamente) para no comprometer el programa financiero de la Argentina hasta fin de año es vital y extremadamente necesario.
Argentina no es un deudor más del FMI. Si contamos lo efectivamente prestado de todos los acuerdos stand by del Fondo y los arreglos extendidos(no contabilizamos las líneas de crédito flexibles, por ejemplo, que no han sido utilizadas por México y Colombia a pesar de ser acordadas), Argentina concentra el 63% del dinero que el FMI tiene colocado. Esto significa que ha sido una decisión política del FMI como institución y de su ex directora Lagarde en particular jugarse un pleno por Argentina y por la administración Macri. Y los resultados fueron pésimos. Los destinos de ambos hoy están atados. Es también problema y responsabilidad del Fondo esta situación. Argentina firmó el acuerdo stand by más ambicioso de la historia del FMI. Las metas y proyecciones de crecimiento e inflación respondían a modelos teóricos que no necesariamente explicaban el proceso económico que atravesaba la Argentina de Macri inserta en plena corrida cambiaria y con sus fragilidades expuestas tras un proceso récord de toma de deuda.
En medio de los desmanejos y lavado de culpas desde el gobierno estamos nosotros, los oyentes eternos del cuento de la buena timba.
* Economista (UBA), Docente UBA, UCES y UNGS. Twitter: @lmoraalfonsin