“El nuevo secretario de Medio Ambiente es un chaqueño, pero no lo conozco, no sé como se llama”. Con estas sinceras palabras, Juan Mussi respondió a la prensa cuando le preguntaron quién sería su sucesor. Ahora, la máxima autoridad ambiental es Omar Vicente Judis, un hombre sin experiencia importante en esos temas, amigo cercano de Jorge Capitanich y “superministro” de obras públicas en Chaco.
El flamante funcionario es uno de los tantos que el Jefe de Gabinete está colando –poco a poco- en las filas del Gobierno nacional. En ese sentido, “Coqui” ya apostó a Carlos Sánchez como titular de la Aduana, propuso a Néstor Avalle en el directorio de la Autoridad Federal de Comunicación Audiovisual y rearmó toda la Jefatura de Ministros, con colaboradores de extrema confianza.
Ingeniero agroindustrial, cercano a los 56 años, Judis es el quinto secretario de Ambiente kirchnerista. No es el único sin antecedentes en el rubro: sus antecesores son Atilio Savino (contador), Homero Bibiloni (abogado administrativo) y el ex intendente de Berazategui, Juan José Mussi (médico clínico). La única con pergaminos en la materia fue Romina Picolotti, una abogada ambientalista que terminó salpicada por denuncias de desvío de fondos.
La última designación continúa esa larga costumbre, inaugurada durante la era menemista, con la “polifuncionaria” María Julia Alsogaray. Con todo, a favor del chaqueño, vale aclarar que tiene algún vínculo académico con el tema. En su extenso currículum vitae informa tres títulos universitarios. Entre ellos, un Posgrado en Formación Ambiental, dictado por la Universidad Austral.
Sin embargo, llega al puesto porque es el hombre de mayor confianza de Capitanich. Apenas asumió como gobernador, le encomendó el estratégico Ministerio de Infraestructura. Y desde ese momento, en los últimos seis años, Judis manejó los millonarios fondos para obra pública. Por eso, cuando estalló el escándalo por las viviendas de las Madres, él salió a dar explicaciones en la provincia.
Se ganó el apodo de “superministro”, porque dirigía una cartera muy importante y –al mismo tiempo- ocupaba otros cargo. Coqui le confió su máximo orgullo: lo designó rector de la flamante Universidad Nacional Austral del Chaco, hasta el año 2015. Judis enseguida pidió “licencia”, pero esa responsabilidad le trajo un gran dolor de cabeza.
El responsable fue uno de sus dos hijos, Enzo, que había recibido un empleo en esa institución. Era “Secretario de Bienestar Estudiantil”. El verano pasado, se conoció que todos los fines de semana organizaba fiestas “hot” en las instalaciones universitarias, adonde concurrían los estudiantes y circulaba mucho alcohol.
Judis sumó otras dos funciones. En el año 2010, fue presidente de la empresa provincial de energía SEEPECH, que provocó una denuncia de la diputada opositora Alicia Terada (CC) y un fallo judicial que lo obligó a renunciar. Y como frutilla del postre, Capitanich lo nombró su representante en el Consejo de la Magistratura.
El nuevo secretario de Medio Ambiente tiene varios problemas por delante. Entre ellos, la limpieza de la cuenca Matanza-Riachuelo, declarada hace poco como “el octavo lugar más contaminado del mundo”. Aunque hoy pocos lo conocen, su nombre pronto se hará conocido