El Congreso, fiel a lo que indica la tradición para los años electorales, está inmerso en una parálisis legislativa con una poca o nula actividad que se acentuó sobre todo en el último mes y medio. La Cámara de Diputados no sesiona desde el 3 de julio y el Senado, desde el 31. El balance en lo que va del año, sin embargo, muestra una mayor producción de leyes que en años anteriores.
La semana pasada, al criticar a sectores de la oposición por pretender quedarse con la presidencia de Diputados, Cristina Kirchner recordó el bajo rendimiento legislativo durante el período en el que los opositores eran mayoría (2010 y 2011, aunque no en el Senado). "(Fue) la menor producción de leyes en cuatro años. Eso tampoco es el futuro, ése es el pasado. Ya lo vi y al país no le sirvió”, aseguró la mandataria. Los números, sin embargo, indican que en 2011 (para comparar con otro año legislativo) la cantidad de sesiones fue igual en Diputados y apenas inferior en el Senado, y se sancionaron sólo dos leyes menos.
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
La referencia de Cristina fue sorpresiva, ya que ella misma, en diciembre de 2011, cuando le tocó reasumir como presidenta, criticó a quienes evalúan el funcionamiento del Congreso por la cantidad y no por la calidad de las leyes. "Parece ser que algunos miden la calidad institucional o la calidad de este Parlamento por la cantidad de leyes que sancionan. Yo les quiero decir que en este ranking el que más leyes había sancionado en dos años fue el gobierno de Fernando de la Rúa”, expresaba Cristina.
Respecto a la calidad de las leyes sancionadas, el período legislativo estuvo plagado de discusiones controvertidas. Luego de la aprobación del memorándum con Irán (fue en febrero, por lo que pertenece al período 2012), el año estuvo signado por dos discusiones importantes: la reforma judicial y el blanqueo de capitales, proyectos que ocuparon gran parte de las sesiones porque algunos tuvieron modificaciones que obligaron a las cámaras de inicio a volver a debatirlos.
El primer tema, que incluyó seis proyectos de ley, está trabado en la Justicia. Y en el caso de la reforma al Consejo de la Magistratura, la Corte Suprema ya declaró su inconstitucionalidad. El blanqueo, mientras tanto, está siendo aplicado con poco éxito, y la oposición ya adelantó que de volver a tener mayoría propondrá derogarlo.
De las once sesiones que tuvo el Senado, una fue para prestar acuerdo para designaciones judiciales, otra para avalar a Nilda Garré en la OEA y otra para girar a comisión un proyecto para crear una comisión que analice la situación de Carlos Menem ante la condena judicial que recibió (por el momento no se conformó). En el medio, en una de las últimas sesiones, se sancionaron proyectos para declarar el vino argentino como bebida nacional y el mate como infusión nacional.
