Ante el quietismo de la CGT opositora, la CTA de Pablo Micheli buscará convencer a organizaciones sociales y partidos de izquierda para realizar una protesta nacional, con movilización y piquetes, en el día más emblemático para el peronismo: el 17 de octubre. La decisión deberá ser confirmada en primer lugar por el plenario de secretarios generales de la CTA disidente, el 1º de octubre. Además, será necesario lograr la adhesión de las organizaciones que integran la Multisectorial y otras agrupaciones de izquierda para garantizar un fuerte impacto.
El tándem cegetista de Hugo Moyano y Luis Barrionuevo había decidido postergar la definición de nuevas medidas de fuerza hasta octubre durante el encuentro realizado con otros secretarios generales en la sede de camioneros el martes pasado. “No es momento de parar la pelota, las cosas que planteamos durante el paro no fueron resueltas y el Gobierno también les dijo a los sindicatos oficialistas que no va a exceptuar los aguinaldos del impuesto a las ganancias”, evaluó Micheli en diálogo con PERFIL.
La pausa de la CGT responde en parte a las gestiones para lograr la unidad del sindicalismo peronista a comienzos del año próximo. Además, el juego electoral divide a los secretarios generales en un escenario de múltiples candidaturas del peronismo kirchnerista y no kirchnerista. Los principales candidatos a la Presidencia se mostraron contrarios a las protestas gremiales, por eso hay suspicacias de que algunos gremialistas buscan mantener las aguas calmas.
El secretario general de Uatre, Gerónimo Venegas, explicó a PERFIL que los próximos pasos “serán discutidos en una reunión del Consejo Directivo de la CGT el próximo 25”. El dirigente gremial, que se había manifestado tras el último paro en favor de la continuidad del plan de lucha, no pierde las esperanzas de que se pueda avanzar con alguna medida en octubre, al recordar que “la última huelga se decidió pocos días antes, veremos qué pasa en octubre”.
Por su parte, el secretario general de La Fraternidad, Omar Maturano, indicó que durante el cónclave “se habló de que había que esperar un tiempo por el tema del default, para que después no pongan de excusa que lo único que queremos hacer es romper la gobernabilidad”.