El sábado 11 de junio de 2011, Carla Milens cumplió 19 años. El domingo 12 la apuñalaron, la remataron con un piedrazo en la cabeza, la prendieron fuego y la tiraron en una casa abandonada. Pasó más de un año. Aún no hay sospechas contundentes sobre quién cometió el crimen.
El caso conmovió al pueblo de Pilar, en la zona norte de Buenos Aires. Tres días después del crimen, en un hecho inédito, la Municipalidad destruyó la casa y limpió la escena a raíz de un supuesto pedido de los vecinos del barrio. Sin embargo, uno de ellos reconoció que les hicieron firmar papeles luego de haber pasado las topadoras.
El caso. Carla trabajaba en el bingo Oasis de Pilar. Ese domingo salió a las 6 de la mañana rumbo al departamento de su novio, Angel David Herbel. Luego, según declaró él, la acompañó hasta la parada del 510 para que se tome el colectivo hasta su casa. Como no llegaba, su familia salió a buscarla.
La encontró su hermano Ezequiel Milens a las 10.30. Estaba en la plaza alta de la casa boca arriba, casi imposible de reconocer por las heridas.
Inentendible. El miércoles 15 de junio las máquinas municipales arrasaron con la casa y destruyeron todo tipo de prueba que podía haber allí. El municipio mostró, luego, unos papeles firmados por los vecinos en donde pedían limpiar el lugar. Sin embargo, uno de los firmantes le dijo a los padres que fue el subsecretario de Obras Públicas del municipio, José Kastelic, quien llevó los papeles “20 días después de pasar las topadoras”.
Perfil.com habló con los padres de Carla. Los dos mostraron su enojo con el municipio y sospechan que puede haber algo detrás del apuro por limpiar las pruebas: “Los escombros los siguen revolviendo. Eso lo puede hacer solo una topadora”, dijo Claudio Milens. Su mujer, Analía Palatnik consideró que "todo fue mal hecho desde el priuncipio. Durante las pericias a mi hija la cepillaron y después hicieron la autopsia y su ropa estuvo un año en la comisaría sin usarse como prueba".
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“No entendemos porque limpiaron todo tan rápido. Le pido a los fiscales que llamen a declarar a esta persona (Kastelic). El intendente (Humberto Zúccaro) nos dijo que fue de mala leche”, remarcó Claudio. Este portal intentó comunicarse con funcionarios desde el viernes. Kastelic no contestó los llamados y los voceros del jefe comunal repitieron que le habían pasado el mensaje. Sin embargo nunca hablaron.
Gustavo, uno de los vecinos que firmó el supuesto pedido le reconoció a los padres que desde el municipio llegaron con los papeles para que todos firmen “20 días después” del crimen, “cuando se les empezó a poner violeta el quilombo”.
Hasta el momento el único acusado es Ricardo Darío Rocha, un vecino del barrio. La fiscalía elevó el pedido para que sea llevado a juicio oral, aunque no según el abogado de la familia, Eduardo Cantis, no hay suficientes pruebas como para probar su culpabilidad. Por eso pide que “se investiguen terceras personas. Alguien le importaba estar con ella. Hay que ver quien es. Entonces hay que investigar otros actores”, señaló.
