Mario Lugones, el presidente de la Fundación Güemes, no tiene ningún cargo en el Gobierno nacional, pero fuentes cercanas al Poder Ejecutivo dicen que tiene cada vez más poder. Desde que asumió Javier Milei, este médico cardiólogo participa de encuentros clave en Casa Rosada, de reuniones de gabinete del Ministerio de Salud y hasta fue acusado en público de haber despedido a funcionarios de alto rango para reemplazarlos con personas de su confianza. En el pequeñísimo círculo de la política sanitaria repiten que es él, y no Mario Russo, el verdadero ministro de Salud. En su entorno son conscientes de que se trata de una idea extendida, pero niegan todo.
La pregunta es, entonces, por qué se instaló que Lugones tiene semejante nivel de influencia. Cuando se rastrea su trayectoria aparecen algunas pistas: nexos con Enrique “Coti” Nosiglia y Luis Barrionuevo, vínculos que llegan hasta Anker Consultora -la compañía de Luis “Toto” Caputo- y relación directa con Santiago Caputo a través de su hijo, Rodrigo Lugones, un influente asesor que compartió tiempo con Milei en Davos.
Sobre cuál es su papel en el Gobierno, hay distintas respuestas. En el entorno del médico dicen que “no tiene ningún rol oficial” y que “solo participó de algunas reuniones, invitado por Jefatura de Gabinete, para hacer un análisis del sector”. Sin embargo, cerca de Santiago Caputo la primera respuesta fue diferente: “Mario integra el Consejo de Asesores de Jefatura de Gabinete. Asesora al jefe de Gabinete de la Nación”. Luego, cuando se repreguntó por la versión del médico, se aclaró que quizás nunca se concretó su integración.
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Los Lugones no son unos recién llegados a la política. Sus nombres comenzaron a aparecer en los diarios desde fines de los años 90. Mario siempre estuvo vinculado al mundo de las obras sociales y las prestaciones de salud. Rodrigo es un experto en comunicación política y dio su primer gran salto en la campaña presidencial de Fernando de la Rúa.
Contra lo que Lugones padre quisiera, el triunfo de La Libertad Avanza lo puso bajo la mirada pública, pero no por su carrera como sanitarista. De hecho, en las últimas semanas comenzó a mencionarse en la prensa que trabaja bajo las órdenes de Nicolás Posse. “Todo mentira”, repiten sus allegados y aclaran que el funcionario solo lo consulta porque “lo estima y lo conoce desde hace una década”.
Lugones y La Libertad Avanza
“Mario sabe moverse, es escurridizo. En los ‘90 iba a todas las reuniones y cuando apareció con el (Sanatorio) Güemes empezó su carrera fuerte. Es inteligente y hoy es el único que entiende globalmente el sector de la salud. Tiene más poder que el ministro”. Así describe a Lugones un viejo conocido del médico. No es el único que piensa que Lugones es el verdadero jefe de la cartera sanitaria y, de hecho, fue un nombre que se barajó cuando Milei organizaba su gabinete de ministros.
La primera persona confirmada para ese puesto había sido Eduardo Filgueira Lima. Sin embargo, a fines de noviembre se supo que el cirujano había renunciado a La Libertad Avanza “por razones personales”, según informó el partido. Las razones que se repiten en el universo médico tienen que ver con un enojo de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, de quien iba a depender en un principio Salud.
Esa versión cuenta que durante un programa de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la Argentina (AmCham), Rubén Torres, el director del Instituto de Política, Economía y Gestión en Salud (Ipegsa), había mostrado una filmina del supuesto organigrama que tenía en mente Filgueira Lima con los nombres de los posibles subsecretarios y directores. En cuestión de horas la imagen se viralizó por WhatsApp entre las personas más influyentes de la política sanitaria.
Pettovello habría estallado con la filtración y la consecuencia fue la salida del cirujano del equipo. ¿Por qué, entonces, no llegó Lugones al ministerio? Hay quienes dicen que Karina Milei, la secretaria General de la Presidencia, le bajó el pulgar. “Nada que ver. Mario ni siquiera evaluaba ser ministro”, aclaran en su entorno.
La designación de Russo, sin embargo, no lo dejó fuera del radar. Apenas asumió Milei, el 14 de diciembre, participó de una de las primeras reuniones de Gabinete en Casa Rosada y también se sumó a encuentros de la jefatura del ministerio. En un chat interno de la cartera que pudo ver PERFIL se observa que el médico tiene un rol omnipresente. Sin embargo, sus allegados también lo niegan. “Sólo participó de tres reuniones. Nada más”, dicen.
Los contactos de Lugones: Nosiglia, Barrionuevo y Caputo
Lugones es el secretario de la Federación Argentina de Prestadores de Salud y presidente de la Fundación Sanatorio Güemes, en la que son socios el “Coti” Nosiglia, el histórico operador del radicalismo, y el histórico líder del síndicato gastronómico, Luis Barrionuevo.
Sin embargo, ese no es el único espacio que Lugones ha compartido con Nosiglia. Según consta en el Boletín Oficial, en 2019 el médico formó parte del directorio de Consultora Nueva Buenos Aires junto al “Coti” y su yerno, Alexis Hoffman. En su entorno se encargaron de aclarar que la firma “nunca llegó a operar, está disuelta y liquidó ante la IGJ y la AFIP a fines de 2021”.
Hoffman es otro nombre que conecta a Lugones con figuras importantes del Gobierno. Cuando Luis “Toto” Caputo asumió como ministro de Economía y se llevó a sus socios de Anker Consultora a trabajar con él, el yerno del “Coti” y Flavio Caputo fueron designados al frente de la firma.
En 2010, además, se publicó que Lugones era accionista de Prestaciones Integrales de Salud Presal junto uno de los hijos del “Coti”, Juan Francisco Nosiglia, Adolfo Carril y Federico Moisés. En esa firma fueron designados en el directorio Jorge Fábrecas y Juan Carlos Lasagna.
El teléfono rojo de Lugones
Durante las primeras semanas de gobierno, la influencia de Lugones en La Libertad Avanza era un tema recurrente en las conversaciones en off the récord. Sin embargo, hubo alguien que decidió contarlo en público: Enrique Chiantore, el bullrichista que fue desplazado de la Superintendencia de Servicios de Salud.
Chiantore contó que se enteró que había sido despedido a través del Boletín Oficial el 25 de enero y que un rato más tarde recibió un mensaje de Lugones que decía: “Podemos hablar cuando quieras, pero las cosas tienen su dinámica, así que hicimos cambios”. Su salida también implicó la de su segundo, Nicolás Striglio. Y, según pudo saber PERFIL, una versión similar cuenta el expresidente de la Agencia Nacional de Discapacidad David Aruachan, quien dice haber recibido un llamado del médico exigiéndole que presentara su renuncia.
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Allegados a Lugones niegan la información. Es más, aseguran que el mensaje que reveló Chiantore es mentira. Cuando se consulta el motivo por el que el bullrichista habría apuntado en público contra el médico, una persona de su entorno responde: “Es algo que Mario comentó en privado, pero no lo puedo decir”.
En lugar de Chiantore y Striglio, asumieron en la SSS Gabriel Oriolo, un exejecutivo de OSDE, y Claudio Stivelman, un médico que se desempeñaba como directivo de la empresa Modum, que en la actualidad se encuentra investigada en la Justicia por el supuesto desvío millonario de fondos.
Stivelman es parte del staff de la Fundación Sanatorio Güemes. En su sitio oficial, es presentado como un consultor independiente en gestión de servicios de salud. Personas que se lo han cruzado en las últimas semanas repitieron a PERFIL que es “la sombra” de Lugones, que lo acompaña a reuniones y que lo llama “El jefe”. Una vez más, en el entorno del médico lo niegan y dicen que él nada tuvo que ver con su designación en la SSS. “Hay que preguntar en el ministerio por qué lo eligieron”, respondieron. Desde la cartera de Salud no contestaron a la consulta de PERFIL.
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En la Agencia Nacional de Discapacidad, el gobierno reemplazó a Aruachan y designó a Diego Spagnuolo, el abogado de Milei que lo representó en causas como la que impulsó el libertario en octubre del 2023 para dejar sin efecto licitaciones públicas y contratos firmados en la última etapa del gobierno de Alberto Fernández. En el universo sanitario, fue asesor de Carlos Kambourian en la secretaría de Salud del municipio de PIlar durante la intendencia de Carlos Ducoté.
Línea directa con Santiago Caputo
En el entorno de Lugones insisten en que el vínculo con el Gobierno es por su trayectoria y por tener una relación desde hace más de 10 años con Posse. Sin embargo, conocidos del médico insisten en que, en realidad, el verdadero nexo es su hijo, Rodrigo.
Rodrigo es amigo íntimo de Santiago Caputo, una de las personas de máxima confianza de Milei. En el entorno del consultor aseguraron que Lugones hijo “no tiene ningún rol en el gobierno”. Además, aclararon que no viajó con Milei a Davos sino que “fue invitado por terceras personas”.
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Según una nota de Página/12 del 2011, “Lugones (Rodrigo) se acercó al macrismo en 2004, cuando comenzó a trabajar como asesor del entonces legislador Diego Santilli. Fue virtualmente su jefe de despacho por tres años, hasta que en la campaña de 2007 conoció a (Jaime) Durán Barba”. Uno de los puntos que se destaca de su carrera es haber integrado el equipo de campaña de John Kerry en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de ese año.
Rodrigo se alejó del equipo de Durán Barba luego de un escándalo que llegó a la Justicia a partir de una denuncia de Daniel Filmus, que lo había responsabilizado por una “campaña sucia”. Desde el entorno del exministro confirmaron a PERFIL que la causa prescribió. Unos años después, en 2019, formó parte de la campaña de Roberto Lavagna, en un equipo en el que también participaron dirigentes como Ramiro Marra y Eugenio Casielles.
Los vínculos sociales, familiares, comerciales y políticos de Lugones con el poder se construyeron en un cuarto de siglo. Aunque el médico reniegue por los llamados de la prensa, sus colaboradores tienen la orden de atender a los periodistas. “Hace un tiempo solamente estamos desmintiendo y aclarando. Mario solamente es un médico a quien consultan por su trayectoria”, repiten.
LT CP
